6- La señora Thompson

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-Gracias por avisarme- entra rápido al apartamento, cerrando la puerta tras de sí, visiblemente emocionada por estar allí.

-No me las des, sabes que eres la primera a la que llamo cuando recibo algo tan especial como esto- le guiña un ojo, sonriéndole, y la morena le devuelve la sonrisa.

-Enséñamela ya, no me hagas esperar más, que me has dejado sumamente intrigada con tu llamada- se apoya en la mesa del comedor de aquel piso, situado en pleno centro de Brooklyn, mientras mira cómo la chica se dirige a una de las paredes de su apartamento. Normalmente siempre que va a visitar a su vendedora de armas, es para comprar más munición no rastreable, o adquirir un arma nueva en el mercado negro. Para ella, como profesional del asesinato, es impensable hacerse con un arma en una tienda de forma legal, esos modelos, que cuentan con un número de serie registrado en las bases de datos del gobierno, son fácilmente rastreables por la policía, y eso le habría traído muchísimos quebraderos de cabeza y complicaciones a la hora de realizar su trabajo.

Comprando ese tipo de armas y munición, evitaba muchísimos problemas, y esa mujer es su persona de mayor confianza para esa clase de negocios en los que ambas andan metidas. No conoce a nadie que trabaje de forma más rápida y discreta que ella, y eso a Lexa le encanta. Ambas han forjado una extraña amistad: se ven a menudo por asuntos de negocios, de vez en cuando tomaban tienen alguna conversación trivial mientras beben cerveza juntas y hablan de mujeres, pero ninguna sabe nada acerca de la vida de la otra, no hacen ese tipo de preguntas; simplemente, no es necesario.

No obstante, Lexa no se encuentra en aquella ocasión para adquirir nuevas provisiones. Hace un par días, recibió una llamada de su vendedora de armas, diciéndole que tenía algo muy, muy especial para su colección privada. La ojiverde tiene verdadera pasión por las armas, y no es solamente por su profesión. Desde pequeña, su padre le ha transmitido el amor y la pasión por todos y cada uno de los objetos bélicos que existen alrededor del mundo y, en especial, las armas de fuego. Su progenitor poseía una gran colección armamentística, con armas de todos los tipos y épocas históricas. Colección que, tras su muerte, Lexa decidió continuar. Así que, en algunas ocasiones, su vendedora le trae modelos exclusivos, los cuales son sumamente difíciles de encontrar, para que pueda añadirlos a su exquisita colección armamentística.

La chica retira un enorme póster enmarcado, del álbum "welcome to the jungle", perteneciente al mítico grupo de música Guns N' Roses, su favorito. Cuando el póster se halla en el suelo, la puerta de una enorme caja fuerte queda al descubierto. Sus grises y robustas paredes deben de tener, como mínimo, treinta centímetros de grosor. La chica pulsa varias teclas y, tras oír un ruido metálico, la cerradura de esa pesada caja de metal se abre, dejando ver su interior.

La vendedora coge algo de dentro, pero la ojiverde no alcanza a ver que es con exactitud, hasta que la chica gira sobre sí misma, mostrándoselo mientras lo alza con ambas manos, sonriendo de oreja a oreja. Lexa abre los ojos, totalmente sorprendida, y es que ante ella se halla una auténtica obra de arte, una pieza única de coleccionismo, un arma que es parte intrínseca de la historia de los Estados Unidos y que la morena se muere de ganas porque forme parte de su colección. Sin duda alguna, va a ser la joya de la corona, la guinda del pastel... tiene que hacerse con ella, al precio que sea.

-¿Enserio?- Lexa sigue con los ojos abiertos de par en par, sin poderse creer aquello que se alza ante sus propias narices, a apenas unos centímetros de distancia. La chica asiente, complacida con la reacción de su clienta favorita, y alza aún más las manos, acercándole el arma.

-Toma, sujétala- La ojiverde agarra aquella obra de arte con sumo cuidado, con miedo a que pudiera romperse entre sus manos. Se trata de un arma realmente antigua y, pese al paso de los años, para suerte de ambas, se encuentra en un muy buen estado de conservación.

Un encargo peligrosoWhere stories live. Discover now