6. El primer cosquilleo

1.8K 242 27
                                    

[Yoongi]

Miré cómo el enano de Jimin y el imbécil de Jungkook se alejaban hacia los dormitorios con los artículos de limpieza sobre sus manos. Sentí mi sangre hervir con sólo ver su espalda. De verdad había llegado a odiarlo, y eso que apenas lo había conocido hoy. Y, bueno, también era cierto que no era una persona muy tolerante cuando se trataba de otras personas que no fueran Hoseok. No era por nada especial, simplemente no me impacientaba tan rápido con él y era una persona muy amable, a comparación de mí.

Suspiré con cansancio y volteé a ver a mi amigo, y ahora compañero de castigo, para comenzar con los deberes de una vez. A nosotros nos correspondía limpiar el patio de los dormitorios, labor que no parecía muy difícil. Esto era pan comido para mí, ya que antes de entrar a BigHit, había tenido un trabajo de medio tiempo limpiando patios de casas lujosas que se encontraban en el mismo vecindario de la casa de la familia Jung. No era nada del otro mundo.

—¿Qué haces ahí sentado? —le pregunté a Hoseok, ya que se había sentado en una banca, cerca de uno de los árboles del patio y me miraba demasiado relajado.

—¿Descansando? —inquirió, como si fuera la cosa más obvia del mundo.

—No puedes descansar si ni siquiera hemos empezado, ¿es que no piensas ayudarme? —le pregunté, sin saber muy bien qué pensaba en ese momento. Aunque me llenó de tranquilidad, ya que no me seguía ignorando como esta mañana.

—No recuerdo haber sido yo quien golpeó a Jungkook creando todo este lío, hyung —expuso sin cambiar su expresión —. No veo por qué debería ayudarte si yo no tuve nada qué ver con esto.

—Oh, ¿entonces de esa manera me pagas el chocolate que te di hoy? —pregunté con un tono de voz alto, exaltándome. Había dicho que no me impacientaba tanto con él, pero hoy no había sido un buen día.

—Hyung, ¡era medio chocolate! —me gritó, para después comenzar a reír.

Suspiré cansadamente, sin saber qué más decirle. Aunque debía admitir que tenía razón, él no tenía nada qué ver con esto y, por ende, no tenía por qué ayudarme. Era mi culpa, así que desistí de seguir insistiéndole.

—De acuerdo, no me ayudes —le dije, dándome media vuelta mientras tomaba una escoba para ponerme a barrer.

—Estaba bromeando, Yoongi-hyung —me dijo acercándose hacia mí —. No podría ser capaz de dejarte solo en algo como esto —murmuró tomando un rastrillo, imitándome.

Nos quedamos callados por un momento, cada quien por su lado: yo barriendo la acera y mi amigo rastrillando el pasto. Escuché que él tarareaba una canción que no pude identificar, pero tenía un tono un poco infantil.

—Eh, Seok —lo llamé, sin dejar de barrer —, ¿qué te pasaba esta mañana? —cuestioné, recordando la manera en la que me ignoraba.

—Oh, eso —recordó Hoseok aun rastrillando el pasto —no era nada importante, hyung. Sólo... no le tomes mucha importancia —contestó, al parecer no muy seguro de lo que decía.

—El que me hayas ignorado media mañana no es algo a lo que no le pueda dar importancia, Hoseok —le dije —. Normalmente tú no haces eso— le conteste, tratando de no alterarme de nuevo. Pareciera que la paciencia hubiera sido drenada de todo mi cuerpo por el día de hoy.

—Bueno... es que...— empezó a decir, pausando lo que estaba haciendo en ese momento para voltear hacia mí, sin mirarme a la cara —. Hoy, por la mañana, antes de que llegarás —decía, mientras intentaba no balbucear —, te llamé, ya que estaba preocupado de que el almuerzo de ayer te hubiera caído mal. Entonces, cuando me contestaron no eras tú y se escuchaban ruidos extraños y jadeos... en realidad pensé que tenías una pareja —me dijo, hablando rápidamente, sin pausas —, y no me habías dicho nada al respecto, aun cuando fuera tu mejor amigo. Pero no importa, ya que es tu vida y no tienes por qué avisarme con las personas que frecuentes o lo que hagas con ellas. Aunque después de un rato, me encontré a Jungkook en los sanitarios y me aclaró todo. Por eso, realmente me siento mal por haberte ignorado, hyung —terminó diciendo, haciéndome una reverencia rápida, demasiado agitado por la manera en la que se encontraba hablando.

Yo no pude evitar soltar una carcajada cuando él terminó de explicarme las cosas, también dejando de barrer. Solté la escoba aun riendo y comencé a caminar hacia él. Lo miré y noté que tenía un leve rubor en sus mejillas, como si estuviera avergonzado por ello, lo que lo hizo ver un poco indefenso e inocente, por lo que, al estar frente a él, no pude evitar acortar la distancia que nos separaba y lo rodeé con ambos brazos, abrazándolo.

—Calma, Seok —le susurré, cerca de su oído, mientras posaba mi mentón en su hombro —. Después de todo lo que has hecho por mí, créeme, que serías la primera persona a quien se lo diría.

Sentí que me regresaba el abrazo y que su cabeza se escondía en mi cuello, de tal manera que sentí su cálida respiración sobre mi piel, acto que me hizo sentir un poco nervioso, por no decir incómodo.

—Gracias, hyung —susurró también, sin despegarse de mi cuello, por lo que sentí un pequeño cosquilleo cuando habló —. No sabes cuánto significa para mí. En verdad te quiero —dijo, profundizando más el abrazo.

No era la primera vez que abrazaba a Hoseok, ni la primera vez que él me decía que me quería; incluso, tampoco era la primera vez que hundía su rostro de esa forma sobre mi cuello; pero era la primera vez que sentía que lo decía con tanta sinceridad, como si en verdad lo sintiera desde lo más profundo, y también era la primera vez que sentía ese leve pero insistente cosquilleo en mi estómago gracias a él.

No podría decir cuánto tiempo estuvimos de aquella manera, pero decidí, cuando el cosquilleo se calmó, que era hora de volver al trabajo. Me separé suavemente de él, sin saber qué decir exactamente para romper el silencio en ese ambiente repentinamente extraño.

—Creo que hay que continuar con nuestro trabajo —le dije, sin mirarlo, comenzando a caminar hacia mi escoba.

—Tienes razón —me dijo, en un tono de voz que no llegué a descifrar, aunque tampoco vi su rostro —. Se hace tarde.

Tomé mi escoba y no le contesté. Sin embargo, antes de volverme a concentrar en barrer de nuevo, sentí una presencia frente a mí, que me hizo levantar la vista. Y ahí estaba el mocoso que tanto odiaba y por el que ahora tenía que barrer la acera del patio, parado sobre la puerta principal de los dormitorios, con una prenda blanca sobre sus manos mientras me miraba con una sonrisa perversa. Estaba claro que nos había visto, y entendía perfectamente lo que quería transmitirme con esa irritante expresión en su rostro.

—En verdad voy a matarlo —susurré para mí mismo, imaginando que lo golpeaba de nuevo.

Beyond The Scene (Jikook, Yoonseok Y Namjin)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ