Beyond The Scene (Jikook, Yoonseok Y Namjin)

10. ¿La práctica hace al ganador?

[Jimin]

Cuando por fin habíamos terminado nuestro castigo, llegó el momento en el que tuvimos que comenzar a prepararnos para el Namjawa. Aunque se llevaba a cabo cada dos semanas hasta el fin de curso, la mayoría de los estudiantes se preparaban con esmero (incluyéndome) para demostrar sus mejores talentos al resto de la escuela.

Lo que nos tenía tan motivados a la hora de participar, eran los puntos. Entonces, se preguntarán: "¿Por qué los puntos eran tan importantes? ¿Para qué servían?". Bueno, la explicación era fácil: cuando cada generación salía por fin del internado, una vez que se graduaban, se contaban los puntos que cada uno de ellos habían reunido a lo largo de toda su estancia aquí. Si se reunían los puntos suficientes, tenían la posibilidad de ser promocionados por alguna compañía discográfica y de poder crecer como artistas a una edad tan corta. Además, si ganábamos alguna de las actividades, nos daban la opción de poder salir un fin de semana de la escuela con la libertad de dejarnos ir con nuestras familias o a cualquier lugar que quisiéramos.

El año pasado, yo no había concursado demasiado, por lo que me preocupaba no tener los puntos suficientes, así que me propuse ganar y esforzarme mucho más este año. Sin falta, cada tarde, me ponía a ensayar el baile que presentaría el sábado hasta que se me entumecían las piernas y llegaba a altas horas de la noche a mi dormitorio (lo que me privaba un poco de estar con Jin y Tae, pues sólo los veía en clase y a la hora del almuerzo; además de que ellos tenían sus propias actividades: Jin preparando una canción y Tae practicando su papel en una obra de teatro llamada Hwarang, interpretando a Hansung), sabiendo que me haría mal dormir muy poco. De verdad quería hacerlo bien.

Hoy era jueves, y estaba practicando. Era la tercera vez que fallaba en el mismo paso de baile. No entendía qué me pasaba; aunque podía atribuirlo al cansancio que había estado acumulando durante toda la semana.

Iba a comenzar de nuevo, cuando escuché que alguien abrió la puerta, pero no me giré para ver quién había sido, sino que me quedé parado mirando su reflejo sobre el enorme espejo que cubría toda la pared del aula.

-Sabía que estarías aquí -me dijo Jungkook mientras entraba con su mochila sobre una de sus manos y cerraba la puerta detrás de él.

-¿Dónde más podría estar? -murmuré, para mí mismo.

-Tienes razón -contestó, acercándose a mí -. No has salido de aquí desde que empezó la semana. ¿Qué tal la práctica? -me preguntó.

-Podría ir mejor -contesté, volteándome hacia él -. ¿Tú qué tal vas con tu rap? -cuestioné.

-Espero ganar -me dijo con emoción en su voz y un pequeño brillo en sus ojos. Entonces, antes de volver a hablar, abrió su mochila y metió su mano para sacar una bebida energética y me la entregó -. Hoy pasé por la cafetería -me dijo, comenzando a evitar mi mirada -, y vi esta botella, entonces me acordé de ti, así que decidí traértela.

-Como todos los días, ¿no? -le pregunté sonriendo mientras tomaba la botella. No entendía por qué se ponía nervioso.

En realidad, yo debería ser el nervioso aquí, pero después de estas dos semanas que hemos estado juntos cada tarde, ya me había acostumbrado a su presencia y, por ende, a las cosquillas que sentía sobre mi estómago cuando él se encontraba cerca. Solamente me sentía muy intranquilo cuando se acercaba demasiado a mí, como aquella vez que me había abrazado en la cafetería para demostrarle a Tae una acción "íntima". El problema no había sido que me había abrazado, sino la forma en que lo había hecho, pues aun sentía su respiración sobre mi cuello y sus cálidos brazos a mi alrededor. En verdad me había gustado, pero no había tenido otra oportunidad de acercarme a él de esa manera, además de que no me acercaría a él; temía que me rechazara, por eso no quería hacer nada al respecto. Aun así, me gustaba estar con él, más que con alguien más.