56. Corazones cálidos

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[Jimin]

Estaba durmiendo, cuando algo me despertó, y era el hecho de que Jungkook no estuviera a mi lado. Le habíamos pedido que se quedara por hoy, ya que, después de que les explicara la situación a mis padres acerca de la vida de Jungkook, decidieron que no estaría bien dejarlo ir a casa por el momento, así que lo mandaron a dormir conmigo, a pesar de que ellos ya sabían que éramos novios.

Abrí los ojos, pero él no estaba ahí y no pude evitar alarmarme. Rápidamente me levanté de la cama y caminé hacia la puerta para abrirla. El pasillo estaba oscuro, pero salía una luz por debajo de la puerta del baño, y no creía que mis padres o mi hermano utilizaran el baño a esa hora. Me aproximé con pasos lentos hacia el baño y toqué la puerta, pero nadie contestó desde el otro lado.

Por alguna razón, me embargó una enorme desesperación, así que decidí abrir la puerta, la cual cedió sin problema, haciendo que me calmara un poco. Empujé la puerta, mirando la habitación, pero nadie estaba ahí; sin embargo, se escuchaba agua gotear desde la bañera, detrás de la cortina. Tragué saliva y comencé a caminar con pasos lentos hacia ahí, temeroso de lo que pudiera encontrar detrás.

Cuando llegué frente a la cortina, la tomé con una mano y la recorrí. Y encontré a Jungkook. Él estaba ahí, cortado de la misma manera en la que estaba cuando intentó suicidarse, pero esta vez estaba muerto de verdad. Tenía una mirada vidriosa y la boca entreabierta, mientras que el agua en la que estaba metido se encontraba teñida de ese espantoso color a sangre. Yo, esta vez, había llegado tarde.  

Fue en ese momento que desperté, respirando con rapidez y con la frente sudorosa, aun cuando estuviera haciendo frío, percatándome de que todo había sido un mal sueño. Sin embargo, Jungkook no estaba a mi lado en la cama, tal como se suponía que debía estar. Sin pensarlo dos veces, me levanté de la cama de un saltó y corrí hacia la puerta, abriéndola y dirigiéndome después al baño. Él no estaba ahí; de hecho, la luz del baño estaba apagada.

Aquello me hizo soltar un pequeño suspiro de alivio, pero aún no me explicaba dónde podría estar. Volví a la habitación y miré que sus zapatos no estaban, lo que significaba que se habría ido, pero, ¿a dónde?

Me dirigí hacia el armario y tomé una bufanda y una chaqueta y me las puse, para después ponerme unos zapatos y salir. Fui hacia la cocina, donde mamá guardaba las llaves del auto y las tomé. Todavía no entendía a dónde iría a buscarlo, pero no pensaba quedarme con los brazos cruzados mientras él, posiblemente, podría estar vagabundeando a esta hora de la madrugada.

Abrí la puerta principal y salí, pero me detuve de inmediato, porque lo encontré. Ahí estaba él, de nuevo, sentado en el porche, pero esta vez no parecía estar llorando, sino, simplemente, mirando hacia el cielo, como si buscara algo en él. No sé si notó mi presencia detrás de él, y si lo hizo, no lo expuso, quedándose en su lugar, sin reaccionar.

Cerré la puerta detrás de mí y me aproximé a él, sentándome a su lado. Noté el hecho de que no estaba muy bien abrigado, como si hubiera olvidado su chaqueta dentro, o como si simplemente no hubiera querido llevarla. Sólo llevaba una camiseta de manga larga, pero parecía demasiado embargado en sus pensamientos como para tener frío.

—Te enfermarás si no te abrigas bien —le dije, quitándome la bufanda para después enrollarla sobre su cuello. Hice lo mismo con mi chaqueta, poniéndola sobre sus hombros.

Al final, quedé como él estaba desde un principio, pero intenté no temblar, abrazándome a mí mismo, a pesar de lo helado que estaba ahí afuera.

Él me miró en ese momento y luego bajó la mirada.

—¿Qué pasa? —pregunté, preocupado.

—No podía dormir —contestó, aun con la mirada en el suelo.

Beyond The Scene (Jikook, Yoonseok Y Namjin)Where stories live. Discover now