78. Sólo dormir

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[Hoseok]

Quizás no me parecía bien que Yoongi fuera el esclavo de Jungkook, pero me había gustado un poco que lo hiciera vestirse de maid. Como él era un chico muy varonil, verlo de esa manera, además de ser un poco extraño, era increíblemente genial. No sólo se veía tierno, de cierta forma, sino también sensual, hecho que no me dejaba apartar los ojos de él o del resto de su cuerpo.

Lo acompañé a la cocina cuando Jungkook le había ordenado que hiciera la comida, pero no le estaba ayudando en nada porque él siempre se negaba a que lo hiciera, así que simplemente me encontraba observándolo, deleitándome de lo lindo que se veía en aquellos momentos.

-Me pone un poco nervioso que me mires de esa manera -habló Yoongi de repente, sin mirarme, mientras movía los vegetales en la sartén.

No se le veía para nada de esa manera, sino que, incluso, parecía tranquilo.

-Lo siento -murmuré, apartando la mirada e intentando centrarme en cualquier otro punto de la habitación.

Mis ojos se dirigieron a los cajones de la alacena de madera donde guardábamos los cubiertos y otros utensilios; luego, observé los departamentos en los que poníamos los platos y vasos, los cuales estaban en la parte de arriba de la pared, justo sobre la estufa y sus alrededores; fue entonces que bajé mi mirada y me centré en la sartén y la comida dentro de él, y después mi mirada viajó hacia la cuchara con la que Yoongi movía los vegetales, para después dirigirse hacia la mano con la que tomaba el utensilio y subir a través de su brazo pálido; hasta que me encontré con la manga corta del vestido que llevaba puesto. No pude evitar mirar su cabello posteriormente y detenerme en la diadema blanca que traía sobre él, pensando que le daba cierto encanto al resto de su atuendo.

Sonreí por mi propio pensamiento y luego mis ojos viajaron al perfil de su rostro, el cual se encontraba formando una expresión de seriedad e indiferencia, como siempre. Sabía que era ese hecho lo que hacía que cuando sonriera se viera como lo más hermoso del mundo, pues no lo hacía con frecuencia, ni siquiera cuando estaba conmigo. En realidad, había notado que muchas veces forzaba sus sonrisas para mí, pero tampoco era como si siempre sonriera o fingiera que lo hiciera. Aun así, nunca faltaba la amable manera en la que me trataba.

En ese momento, volteó a verme, de manera que nuestros ojos se encontraron.

-No puedo apartar la mirada de ti -le dije, sonriendo con nerviosismo -. Lo lamento -volví a disculparme, pero esta vez no desvié la mirada.

-¿Tiene alguna relación con lo que traigo puesto? -preguntó, con el ceño fruncido.

Yo lo pensé por un momento mientras lo observaba por completo, comenzando desde sus delgadas piernas, subiendo por la falda y el resto del vestido, para volver a centrarme, finalmente, en su mirada.

-No realmente -le contesté.

Él hizo una expresión de duda, sin decir nada, así que volví a hablar.

-Siempre eres lindo -expuse, como única explicación.

-No lo soy -dijo, negando con la cabeza -. Tú eres lindo, los arcoíris son lindos, los cachorros son lindos; yo no.

Yo simplemente me reí, ya que en serio no sabía el significado verdadero de aquel término. ¿Cómo podía pensar que no era lindo? ¿Es que no se miraba diariamente al espejo?

-¿Por qué no lo aceptas? -cuestioné, acercándome un poco a él.

-Porque simplemente no lo soy -respondió -. Supéralo. -Fue entonces que volvió su mirada hacia la comida, siguiendo preparándola.

Beyond The Scene (Jikook, Yoonseok Y Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora