Beyond The Scene (Jikook, Yoonseok Y Namjin)

27. Dolor profundo

[Jungkook]

Sabía que corríamos el riesgo de que algo parecido a esto sucediera, pero, aun así, quise arriesgarme tontamente. Y ahora, Yoongi probablemente pensaría que era un enfermo, especialmente después de haber visto mis cortadas.

Todo era un maldito desastre.

Tae se quedó mirando la puerta por un rato más antes de que yo lo hiciera reaccionar, pero pude darme cuenta de que pensaba en la posibilidad de que esa persona pudo haber sido Jimin, ya que yo también lo había pensado.

No quería estar ahí. En realidad, no quería estar en ninguna parte. A donde fuera que estuviera, Jimin me perseguía, recordándome el asco de persona que era por hacerle esto, aun si él no lo sabía. Algunas veces, incluso, había llamado a Tae por su nombre, porque quería que fuera él a quien yo me entregara, pero eso no podía ser así.

Me levanté, intentando mantener la calma, y comencé a ponerme mi ropa.

-¿A dónde vas? -me preguntó Tae, sin moverse de la cama, todavía shockeado.

-Deberíamos terminar con esto -le dije, sin mirarlo, y sin contestar a su duda.

Él simplemente bajó la mirada y vi que llevaba ambas manos hacia su rostro, cubriéndolo. No le dije nada más mientras seguía vistiéndome. El silencio reinaba en la habitación, lo que hacía que la tensión nos envolviera de una manera asfixiante.

Antes de poder salir por completo de la habitación, le di un último vistazo a Tae, quien se encontraba todavía sentado sobre la cama, desnudo, pero ya no tenía cubierto su rostro, sino que ahora estaba limpiándose las lágrimas que sus ojos despedían con amargura. No quise ir y ver qué le sucedía. Ya suficiente daño había hecho como para seguir interfiriendo en su vida.

Por eso, no lo pensé mucho cuando salí del cuarto y comencé a buscar a Yoongi para aclarar todo; aun cuando quizás él no quisiera escucharme, debía intentarlo. Sin embargo, no lo encontré. Se había ido de la casa y no sabía qué podía ser capaz de hacer con la información que acababa de ver.

Por un momento entré en pánico, sin saber qué hacer, porque Tae estaba llorando en el cuarto y yo no estaba ahí para él, cuando él siempre me prestaba su cuerpo para desahogarme. Era un asco; todo, todo esto era un asco, yo incluyéndome era un asco.

No pude aguantarlo más y fui hacia mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí con un portazo, y me dirigí al baño. Tomé la bolsa de mis cosas donde estaban las navajas y tiré las cosas en el suelo, tomando la bolsa desde abajo. Una vez que todo estaba esparcido por el piso, me arrodille y agarré una de las navajas, llevándola hacia mis brazos con furia mientras comenzaba a llorar.

Me merecía esto. En verdad que me merecía esto y muchas más cosas; quizás, hasta merecía morir, porque era tan imperfecto para mi padre y mi madre me había abandonado; porque había traicionado a Jimin, sabiendo lo que sentía por mí; porque había hecho que Tae traicionara también a su amigo, metiéndolo en mis propios problemas; porque Yoongi me odiaba y nada de lo que hiciera a partir de ahora haría que cambiara de parecer. Pero estaba bien, me merecía el odio de todos ellos.

Mientras lloraba, no podía hacer más que mirar la sangre salir de mi piel con lentitud y manchaba el piso y mi propia ropa. Sin embargo, a pesar del ardor, pude sentir que la presión en mi pecho se esfumaba con lentitud y el nudo en mi garganta disminuía.

No supe cuánto tiempo estuve arrodillado ahí en el baño, pero llegó un momento en que escuché que los demás llegaban, por lo que intenté limpiar el desastre que había hecho en el suelo y la sangre que había en mis manos. Una vez que lo hice, me cambié de ropa y respiré hondo, para tranquilizarme un poco.