44. El más lindo recuerdo

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[Yoongi]

Cuando llegamos a la estación de Daegu, rápidamente vimos que había un hombre que estaba esperando a Tae con un cartel que decía su nombre en letras grandes. El chico, al verlo, le sonrió, como si estuviera realmente feliz de verlo y lo saludó con la mano alegremente.

—Él es el chofer de mi familia —nos dijo, mirándonos —. ¿Vendrán por ustedes? —preguntó entonces.

—Creo que mamá habrá mandado a alguien que nos recoja —contestó Hoseok, encogiéndose de hombros.

—¿De verdad? Está bien. Supongo que aquí nos despedimos —murmuró, para soltar un pequeño suspiro. Después, se acercó a Hoseok y le dio una abrazo, que el otro le regresó con cariño —. Te voy a extrañar mucho, Hobi —le dijo, casi llorando.

—Nos veremos dentro de un mes, Tae —recordó el otro, sonriendo con ternura.

Tae asintió y luego se dirigió hacia mí, extendiendo sus brazos para abrazarme también; aunque no hice ningún ademan de regresarle el abrazo, me estrechó entre sus brazos de todas formas, por lo que no me quedó más que abrazarlo también.

—También te extrañaré a ti, hyung —aseguró con firmeza, y después separó de mí para despedirse una vez más y desearnos felices fiestas. Fue entonces que finalmente se fue, dejándonos a Hoseok y a mí solos en la estación.

Caminamos afuera para verificar si la señora Jung había mandado a alguien a recogernos y, en efecto, lo había hecho. Afuera estaba el automóvil que conducía su chofer, por lo que nos subimos a él al reconocerlo de inmediato. Después de haber subido las maletas, se subió al auto y comenzó a manejar hacia la casa.

Por fin me sentía aliviado. Sentí que me comenzaba a relajar, y luego sentí la mano de Hoseok tomar la mía con suavidad, entrelazándolas. Yo se la estreché con un poco de fuerza, y nos quedamos de esa manera el resto del camino.

Cuando llegamos a casa, notamos que ni sus papás ni Jiwoo, quien había regresado antes a casa, estaban. Hoseok había dicho que ellos le avisaron que estarían en el negocio de la familia solo por hoy y que regresarían más tarde, así que no nos preocupamos.

Tomamos nuestras maletas y las subimos a nuestra habitación. De inmediato, los recuerdos me embargaron y me percaté de lo tanto que habían cambiado las cosas desde la primera vez que había estado ahí.

*Flashback*

Todo había sucedido un día de invierno, días antes de navidad. Yo estaba tocando un piano viejo fuera del restaurante de la familia Jung, a quienes no había conocido hasta ese día. Recuerdo que la canción que tocaba en ese momento era Claro de luna, de Debussy. Era una melodía que había aprendido algunos años atrás, así que me traía una nostalgia enorme cuando la tocaba, especialmente porque me había ido de casa seis meses atrás y mamá siempre le había gustado escucharla.

Había comenzado a tocar ese piano viejo cuando me lo encontré en la basura dos meses atrás, pero los Jung nunca habían salido a reclamarme o a decirme nada por eso, así que lo seguí haciendo hasta aquel día.

La canción ya estaba acabando cuando escuché que la puerta principal del restaurante se abría, aunque no volteé a ver quién había salido en seguida; estaba demasiado concentrado en la melodía y en el dolor que me provocaba tocarla. No fue hasta que acabé, que me percaté de la presencia de alguien a mi lado.

—¿Cómo haces eso? —me preguntó un niño mirándome con sorpresa y curiosidad.

Al principio, lo observé por un momento sin responderle, pero parecía que no se iría hasta que le diera una respuesta que lo tuviera satisfecho, y realmente no sabía cómo responderle.

Beyond The Scene (Jikook, Yoonseok Y Namjin)Where stories live. Discover now