94. Deseo furtivo

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[Taehyung]

Una vez que me escabullí de casa sin que nadie se diera cuenta, me dirigí hacia el punto de encuentro que Jiwoo me había señalado: el patio trasero de los edificios de las chicas. Aún no estaba demasiado seguro de hacer esto, pero quería probar algo nuevo. Sabía de sobra que si Hoseok o alguno de los chicos me descubría, habría problemas, y aun así quería arriesgarme, pero todavía no entendía por qué.

Tuve mucho cuidado en que no estuvieran los prefectos alrededor, o de que no me miraran, por lo menos. Estaba oscuro, así que no me fue demasiado difícil escabullirme y llegar a mi destino sin que me descubrieran.

Al llegar, vi que Jiwoo y algunas personas más ya estaban ahí. Ella sonrió al verme y me saludó de inmediato, en susurros.

—Sí viniste —me dijo, sonriendo.

—No había mucho qué hacer en casa —contesté.

Ella rio un poco y me presentó a sus amigos. Eran dos chicas, además de ella, y tres chicos. Parecían agradables, por lo que intenté ser agradable también, como siempre.

—¿Ya nos vamos? —le pregunté.

—Todavía falta alguien en llegar —informó, pacientemente.

—¿Cuánto tiempo llevan esperando aquí? —cuestioné, preguntándome quién faltaría y por qué tardaría tanto.

—Apenas unos minutos —me dijo.

Yo simplemente asentí, sin saber qué más decir. A pesar de mi silencio, lo cierto es que mi cabeza estaba hecha un lío, ya que seguía sin comprender demasiado bien qué es lo que estaba haciendo. Estaba mal estar con Jiwoo, acercarme a ella, verla siquiera; todo estaba tan malditamente mal, a eso sumándole el hecho de que estaba a punto de escaparme del internado, y ni siquiera era mayor de edad.

—Oh, ya llegó —susurró la chica a mi lado, mirando hacia la dirección por donde yo había venido.

Volteé hacia la dirección que señalaban sus ojos y me sorprendí enormemente cuando vi que la persona que faltaba era Rocky, precisamente.

—Por fin llegas —le dijo una de las chicas a mi amigo, quien también parecía sorprendido al verme.

—Tuve algunos contratiempos —dijo él. Fue entonces que me saludó con un asentimiento de cabeza y me cedió una pequeña sonrisa. Yo le regresé el gesto, sabiendo que la situación no podía ser más extraña.

—Bien, vámonos —dijo uno de los chicos, quienes ya parecían ser mayores, como de la edad de Jin. Recordaba que los había visto en algunos de mis cursos, pero realmente nunca les había dirigido la palabra.

En ese momento, comenzamos a caminar en silencio hacia la cerca que nos separaba del mundo fuera del internado. Sentía que mi corazón palpitaba con fuerza, como si pudiera salirse de mi pecho, pero no pensaba detenerme. Me sentía emocionado, aunque intenté tranquilizarme, sin poder pensar en nada más que lo genial que probablemente me la pasaría esta noche. Estaba lleno de expectativas.

Ellos nos dirigieron a uno de los extremos de la cerca, donde se encontraba una de las puertas, y uno de ellos sacó una llave y la abrió, mientras los demás volteábamos a todas partes, vigilando los alrededores para asegurarnos que no había ninguna amenaza cerca. Cuando abrió la puerta, salimos por ella, aun en silencio, y ellos siguieron caminando hacia el estacionamiento, después de haberla cerrado. En el estacionamiento vimos que se encontraba uno de los prefectos, quien nos miró con tranquilidad, como si nos estuviera esperando.

—Lo mismo de siempre —le dijo el chico que había abierto las puertas y nos guiaba, como si fuera el que hablara por todos nosotros, mientras le daba un sobre con, probablemente, dinero adentro.

Beyond The Scene (Jikook, Yoonseok Y Namjin)Where stories live. Discover now