Beyond The Scene (Jikook, Yoonseok Y Namjin)

46. Noche desenfrenada

[Jin]

Me desperté porque sentí que Namjoon se estaba moviendo a mi lado. Abrí los ojos y vi que ya no estaba en la cama, por lo que levanté la mirada y lo miré poniéndose su pantalón, con una expresión de preocupación en el rostro.

-¿Pasa algo? -le pregunté, intentando despertarme por completo, pero sin levantarme.

Él pareció alarmarse un poco al ver que estaba despierto, y también vi que se ponía nervioso.

-No, no -balbuceó, evitando mi mirada.

Yo no supe a qué se debía su reacción hasta que me acordé de lo de anoche.

*Flashback*

Era una de las tantas noches que Namjoon se iba de borrachera desde que las vacaciones habían comenzado. Algunas veces ni siquiera volvía, así que realmente no lo esperaba. Estaba viendo una película en mi portátil cuando escuché que la puerta principal se abría. Obviamente, no podía tratarse de nadie más que de Namjoon, pero aun así me levanté a revisar.

Al salir, lo vi tambalearse un poco y reír. Nunca lo había visto tan borracho, ya que sabía que la bebida no le pegaba tan fuerte, pero esta vez parecía diferente.

-¿Namjoon? -le hablé para llamar su atención.

Él me miró y sonrió, comenzando a caminar hacia mí.

-Mamá Jin -dijo, como burlándose, poniéndose frente a mí -, te ves bastante lindo hoy -murmuró mientras pellizcaba mis mejillas sin ningún cuidado.

-Estás muy borracho, Nam -lo reprendí apartando mi rostro.

-Yo no estoy borracho -dijo sonriendo -; de hecho, creo que tú estás borracho -manifestó comenzando a reírse.

Yo rodé los ojos, un poco molesto por su tontería y lo tomé del hombro con suavidad.

-Vamos, tendrás que darte un baño para que se te baje un poco -le dije, comenzando a encaminarlo hacia el baño.

-¿Para que se me baje qué? -inquirió -. Yo estoy bien.

No le contesté, pero lo seguí guiando hasta el baño y le empujé dentro con suavidad.

-No salgas de aquí hasta que te des un baño -le dije, cerrando la puerta, pero él me detuvo.

-¿Por qué no me ayudas, Jin? -cuestionó de una manera lujuriosa, tomando mi mano.

No pude evitar ponerme nervioso de inmediato, pero no dejaría que jugara conmigo.

-Deja de decir tonterías -mascullé fingiendo enojo, aunque por dentro me sentía intranquilo.

-Anda -insistió, relamiéndose los labios y saliendo del baño hacia mi dirección.

Retrocedí por instinto y, pronto, choque con la pared al otro lado del pasillo, sintiéndome acorralado.

-¿Cuál es el problema? -preguntó, sin dejar de acercarse cada vez más hacia mí -. Yo te gusto, ¿cierto? -murmuró, respirando sobre mis labios, hecho que hizo que me llegara el olor a cerveza.

-No es así -le contesté, empujándolo, pero él tomó mis manos con rapidez, aprisionándolas a cada lado de mi cabeza sobre la pared.

-¿Por qué lo niegas? -inquirió, lo suficientemente cerca de mí como para que nuestros labios se rozaran por lo menos un poco.

Tragué saliva, sin saber qué responderle. Estaba borracho, pero no parecía tan inconsciente, lo que me llenaba de dudas acerca de qué debería hacer. Como vio que no me resistía, se apoderó de mis labios, besándolos y mordiéndolos con suavidad, como saboreándolos.