Capítulo 8

742 53 13
                                    

—¿Qué te pasa, Lauren? —Levanté la mirada hasta Cassie mientras se sentaba a mi lado en las escaleras, sujetando su vaso de cerveza en una mano y colocándose el vestido con la otra. Seguía perfectamente maquillada y peinada, y no parecía borracha, ni siquiera contentilla. Solté un suspiro de frustración. ¿Por qué tenía que ser todo el mundo mejor que yo en todo?

—El plan de Nick está siendo un fracaso, básicamente porque no le intereso de ninguna manera. —La corté antes de que intentara darme esperanzas—. Déjalo, Cassie. No tengo posibilidades.

—Necesito que me cuentes todo lo que ha pasado, y te daré mi visión objetiva, ¿De acuerdo? —Asentí, porque una pequeña parte de mi corazón roto -no soy nada dramática, lo sé- seguía manteniendo la esperanza.

—Nick y Evan estaban hablando como si fueran muy amigos, y Evan le preguntó a Nick que si me conocía. —Sorbí por la nariz—.Y Nick va y dice que sí, que soy la amiga de Richelle y tuya. —Hundí la cabeza entre mis rodillas—. ¡La amiga! ¿Hay algo más humillante?

Cassie me pasó un brazo por encima de los hombros y apretó.

—Lauren, sé que no me vas a creer, pero no creo que esto sea tan malo como tú piensas. —Levanté la cabeza, le lancé una mirada que prometía sangre, y volví a bajarla—. Vale, no ha dicho que seas su amiga, pero eso no significa que no lo piense. Puede que no lo tenga muy claro, igual que tú dudaste con Evan. —Vale, eso tenía sentido. Pero seguía teniendo cero posibilidades, que era lo que realmente me importaba.

—¿De verdad te gusta Nick? —Asentí. Nick me hacía sentir un nerviosismo que parecía la definición gráfica de los flechazos que contaban los libros que me gustaba leer—. Pues no te desanimes por esto. Sólo os conocéis desde hace un mes, es demasiado pronto como para perder las esperanzas.

Me cogió de la mano, me levantó y me colocó los mechones rebeldes.

—Esto sólo significa que hay que empezar por ganarse su amistad, ¿Vale? Es sólo posponer un poco el momento del beso. — Sonrió y me golpeó el trasero—.¡Sal ahí y conquístale!

Me alejé de ella riendo débilmente, y entré en la pista de baile para seguir con el siguiente paso del plan: bailar con otros chicos.

Vale, era más fácil decirlo que hacerlo.

Entré en la masa de cuerpos sudorosos con cuidado, pero no golpearse era imposible. Daba igual lo que hiciera, siempre había algún adolescente borracho que se me tiraba encima, me pisaba, o ponía sus manos en zonas prohibidas. Estaba a punto de darme la vuelta pero vi la cabeza rubia de Nick acercándose a la pista, así que me olvidé de mis cobardes intenciones y empecé a bailar.

Reconozco que era mucho más fácil no acabar con moratones si seguías la música. Perdí de vista a Nick, pero no me importó. Estaba disfrutando, y de momento nadie me había incomodado acercándose demasiado -no sabía si ofenderme, la verdad-, así que no tenía ninguna intención de parar.

De pronto Nick volvió a entrar en mi campo de visión, esta vez muy cerca. Tan cerca que -Oh Dios mío- empezó a bailar conmigo. Intenté no hacer lo que todas hacían en su presencia, así que ni me apoyé en su pecho ni me rebocé sobre él cual croqueta -como estaba haciendo Miriam a otro del equipo en ese mismo momento, la muy cerda-. Nick me sonrió, captando mis intenciones.

Esa sonrisa me hizo replantearme lo de no pegarme a él.

Bailamos juntos durante mucho tiempo, tanto que mis pies empezaron a doler -a pesar de que no llevara tacones. Ya soy lo suficientemente alta por mí misma, no necesito que los chicos se sientan como liliputienses-. Pero Nick no parecía cansado, así que yo seguí encantada.

BehindМесто, где живут истории. Откройте их для себя