Capítulo 40

842 42 12
                                    

No fue como en los libros. Mientras estuve inconsciente no vi premoniciones, ni me hablaron seres místicos. Ni siquiera tuve un flashback interesante.

No había nada. Ni luces, ni formas, ni hermanos en quirófanos luchando por vivir otro minuto.

No había nada.

Pero poco a poco empezó a haber cosas. Unos molestos pitidos empezaron a cobrar intensidad a mi alrededor, y sentí como mi cabeza pasaba de un agradable entumecimiento a doler como si estuviera buceando en la fosa de las Marianas.

Gemí y pestañeé, intentando percibir algo que no fuese tan desagradable. Sin embargo, lo único nuevo que sentí fue miedo a quedarme ciega. Es decir, ¿Qué hacía semejante luz encima de mi cara?

Algo que no era blanco y luminoso apareció en mi campo de visión, sobresaltándome.

—Chst, tranquila. Soy yo.

Mis ojos se enfocaron un poco y pude distinguir a Finn, que sujetaba mi mano con una sonrisa.

Miré a mi alrededor y sólo vi paredes blancas y una maquina conectada a mi brazo con varios cables.

Con agujas.

Ew.

—¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?

Finn se sentó de nuevo en la silla y la movió para acercarla a mí, agarrando de nuevo mi mano.

—Te has desmayado. Al parecer te pusiste histérica de pronto. —Sonrió con simpatía y se encogió de hombros —. Ha dicho una enfermera que es normal, así que no te preocupes.

Asentí lentamente y tragué saliva, sintiendo la garganta seca.

—¿Hay alguna novedad con mi hermano?

Finn me guiñó un ojo, ampliando su sonrisa.

—Salió del quirófano hace veinte minutos o así. Al parecer todo ha salido bien.

Sentí como el peso sobre mi pecho se aligeraba y solté un suspiro, aliviada. Después me incorporé, pero Finn me empujó con delicadeza para que volviera a tumbarme en la cama.

Fruncí el ceño.

—Estoy bien, Finn.

Él me miró con gesto de disculpa.

—Lo sé, pero me ha dicho una doctora que era mejor que te quedaras aquí. —Abrí la boca para protestar y él me cortó con gesto divertido—. Tranquila, si pasa algo con tu hermano nos avisan, pero de momento relájate.

—¿Relajarme cómo, Finn? Tengo el brazo como si fuera un pincho moruno y no me dejas salir a ver a mi hermano, que hace un momento estaba bien jodido.

—Tú tienes el brazo así porque te están monitorizando para que no te vuelva a pasar, y tu hermano está en el post—operatorio, menos jodido. Así que relájate, por favor.

Eché un vistazo a la maquina de mi derecha donde se reflejaban mis pulsaciones, mucho más lentas desde que me había enterado de que Adrian estaba bien, y volví a mirar a Finn.

—A todo esto, ¿Tú qué haces aquí?

Finn pestañeó y soltó una carcajada.

—No me quieras tanto, Lauren.

—No, no, quiero decir, ¿Cómo te has enterado de todo esto? Porque no creo que te pasees por los hospitales en tu tiempo libre y hayas coincidido con nosotros por casualidad.

—Cassie me ha llamado hace una hora o así. —Su sonrisa se desdibujó un poco—. Hacía falta mi apoyo moral.

—Sí, cuantos más mejor. —Me miró con la ceja enarcada y yo levanté las manos—. Fuera del quirófano, quiero decir.

BehindTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang