Capítulo 33

498 39 8
                                    

Miré a Evan con súplica en los ojos, a lo que él respondió con fría indiferencia.

—Evan, lo que dije ayer...

—¿Si?

Las palabras desaparecieron de mi imaginación. Sólo podía sentir mi pulso latiendo con fuerza y la decepción en los ojos de Evan mientras me miraba.

—Yo... no quería decirlo. Lo siento.

—¿No querías decirlo? ¿Y a mi qué mierda me importa que no quisieras decirlo? Que hubieras cerrado la puta boca no cambia la realidad. Y en esa realidad yo tengo para ti el mismo valor que un destornillador de punta plana.

Me pasé una mano por el pelo con desesperación.

—Sabes que no. Puede que al principio no fuera del todo sincera, pero...

—¿Que no fueras del todo sincera? —Soltó una risa incrédula y se cruzó de brazos —. Vaya, eso sí que es contar la historia como te da la puta gana. ¿O cuando dices "No del todo sincera" te refieres a ser una falsa arrastrada? Porque eso es más realista. Es una verdadera lástima que yo siga siendo el tonto de la película.

—No, escucha. —Intenté desesperadamente no cagarla otra vez, porque no lo había hecho muy bien hasta el momento—. No eres tonto, para nada. Eres mi mejor amigo.

La última frase me salió más como una suplica, y Evan soltó una risa amarga.

—Oh, ¿Ahora soy tu mejor amigo? Permíteme dudarlo. Prácticamente te tuve que arrancar lo de Nick porque no confiabas en mí lo suficiente para contármelo, y la confianza es algo necesario en la amistad. Sin embargo, tú tuviste que ponerte hasta el culo de alcohol para ser sincera con tu "mejor amigo".

—Eso no...

—Cállate. —Levantó una mano con los ojos entrecerrados, y yo cerré la boca —. No has sido sincera conmigo en ningún momento, ni sobre tus sentimientos, ni sobre tus problemas, ni sobre nada. ¿Soy tu mejor amigo? Porque lo demuestras de pena. Los amigos no están sólo para gastar bromitas y ser felices, también están para llorarles en el hombro, y...

Creció dentro de mí la impotencia, a la que se sumó la rabia porque no me dejara hablar.

—¡Escúchame, joder!

Evan me miró, mordiéndose la cara interior de la mejilla, pero en silencio.

—¿Quieres que lo repita? Sí, empecé a llevarme mejor contigo porque estabas en el equipo. Pero eso fue al principio, y ahora tú eres el que importa aquí, ni Nick, ni Richelle, ni hostias. Y no te conté ninguno de mis problemas porque no quería que te involucraras, pensaras mal de mí y termináramos en esto. —Rodó los ojos con falsa diversión—. Te lo creas o no, me callé porque valoraba demasiado nuestra amistad como para tirarla por la borda por dos días de dobles intenciones. Eres demasiado importante para mí.

Soltó una carcajada y negó con una sonrisa triste en los labios que sustituyó a su anterior gesto irónico.

—¿Sabes, Lauren? Lo mejor de todo es que no me hubiera molestado nada si me lo hubieras dicho desde el principio. Te hubiera ayudado a acercarte a él, y seguramente hubiéramos terminado siendo igual de amigos. Aunque sin mentiras, por supuesto. —Descruzó los brazos y elevó los ojos con agotamiento—. Hubiera sido mucho más fácil. Todo. Sin decepciones ni secretos.

Un rayo de esperanza me atravesó.

—¿Eso significa que... puedes perdonarme?

Evan bajó la mirada y en sus ojos sólo vi cansancio.

BehindWhere stories live. Discover now