Capítulo 25.- El peor día en la vida del alcalde de Zinca.

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Conforme los rayos del sol se filtraban desde mi ventana y lentamente cosquillaban mi piel, tome un respiro y estire mis brazos.

Como todos los días despertaba a los primeros rayos del alba, volteo en busca de mi esposa Elena, pero ella ya no está, supongo que hoy se ha levantado temprano. Es una buena mujer, es fiable y confiable, me alegro de haberla elegido como la madre de mis hijos.

Me siento en la esquina de la cama y espero a que la soñolencia se difumine.

Como todos los días tomo la bata de seda que está al lado de mi cama, me envuelvo en ella y comienzo a caminar rumbo al baño cuando siento que algo me detiene, ignorando la sensación sigo caminando solo para sentir como mi bata se desgarra.

Un gran hoyo ahora luce en mi prenda favorita, la cual se había atorado en una esquina de la cama, con un pequeño gruñido jalo la bata desatorándola y terminándola de romper.

Sin demorarme mucho reduzco mi barba, me peino y me visto con un traje rojo estándar. Observo mi figura en el espejo y sonrió satisfecho. La imagen de un mandatario digno es lo que se refleja.

Tomo camino y voy a un cuarto cruzando el jardín es un cuarto estrecho y sin ventanas.

Al entrar prendo la vela que está enfrente del altar y cierro la puerta, iluminado solo por la cálida luz del fuego, observo el retrato de mi hijo mayor. La impotencia que sentí en aquel momento cuando llego el mensajero con la noticia de su muerte regresa como todas las mañanas.

Me hinco y agacho la cabeza y coloco las manos en mi espalda en señal de oración.

"Hijo que tu alma sea guiada por los primogénitos a presciencia del creador."

Según cuentan en el templo al morir, el alma de la persona debe emprender un viaje a los dominios del creador, el que tan fácil o difícil sea ese viaje dependerá totalmente de tus acciones en vida, lo que se define en mucho o pocos primogénitos que te acompañen.

Nunca he sido un gran creyente, pero desde su muerte en verdad deseo que sea verdad.

Mi corazón se agita al recordarlo como todos los días, cuando vengo a ofrecer mis respetos al amanecer.

Si tan solo no hubiera sido tan idiota, incluso moví cielo mar y tierra para que le dieran un trabajo de oficina en el ejército y no tuviera que luchar, pero no, él debía ser justo, y ser tratado como los demás, no quería mi favor.

Resignado a que nunca lo volvería a ver salí del cuarto después de apagar la vela.

Mientras caminaba a la cocina para desayunar pude sentir como mi pie izquierdo se empapaba, al voltear abajo, no vi ningún charco, así que me quite el zapato el cual estaba empapado por dentro, y justo el día en el que tengo la junta con el primer miembro del templo.

Corrí a mi cuarto, pero fue un grave error, mi pierna izquierda comenzó a doler como el infierno. Los médicos me han dicho que este dolor es causado por mi auris, por lo cual no hay como sanarlo, pero curiosamente solo me duele en noches frías, razón por la que me gusta Zinca donde el clima es templado todo el tiempo.

Cojeando regrese a mi cuarto y desempolve mi viejo bastón, no tenía mucho tiempo, me cambie los calcetines y los zapatos y me dirigí al comedor.

Mi estómago rugía del hambre.

Cuando llegue no estaba ninguno de los criados a la vista, lo cual me sorprendió ya que como siempre desayuno a la misma hora, siempre hay alguien esperando por mí.

Me tomo quince minutos encontrar a alguien, para que me prepara mi desayuno, y justo cuando estaba a punto de probar bocado una criada se acercó.

"Fara, perdone que lo moleste, pero un oficial de la guardia ha venido a buscarlo."

Melody y Modesty, Contra el mundo de fantasía.Место, где живут истории. Откройте их для себя