Capítulo 36.- El juicio de Oser de Luxemburgo. ¡¿Traidor?!

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La carroza avanzo lentamente a través de las congestionadas calles de Luxemburgo, La cantidad de carrozas y personas era impresionante, había tantas especies diferentes que mi cabeza casi exploto.

La sensación que emite la ciudad es comparable a cualquier metrópolis de mi antiguo mundo, al voltear al cielo solo puedes ver aquel lienzo azul enmarcado por los gigantescos edificios.

Letreros esparcidos por todo el lugar, gente intentando venderte algo en cada esquina y el toque de gracia el gran tren interno de Luxemburgo, kilómetros y kilómetros de vías recorren la ciudad de un lado a otro.

La ciudad está construida en niveles, por lo que hay calles una encima de otra, hay hasta 6 niveles en algunas partes, hay extraños elevadores en cada esquina para desplazarte de un nivel a otro, claro si es que no puedes volar.

Lo más sorprendente por lo menos para mí, es que a diferencia de las junglas de concreto que conocía, esta tiene verde por todos lados, gracias a esa extraña enredadera que crece sobre casi todos los edificios, sin mencionar que en cada espacio de tierra siempre encontraras varias flores burgos amontonadas.

Sin duda Luxemburgo es diga de ser llamada ciudad capital.

Aunque justo en este instante es incluso más increíble, después de todo esta increíblemente decorado, con hermosas flores parecidas a las margaritas pero sus pétalos son de un color diferente cada uno y miden casi medio metro cada una, y esas solo eran las que colgaban de cuerdas entre los edificios, cada lugar estaba decorado con no una sino miles de preciosas y hermosas flores de todas las formas y tamaños.

La gente estaba tan animada con la música que resonaba en cada esquina que parecía que el festival del día de las flores era hoy y no mañana.

Ahora iríamos a donde nos hospedaríamos este par de días, realmente será un viaje corto ya que saldremos durante la noche de pasado mañana, por lo que aprovecharíamos esta noche y toda la tarde de mañana para turistear.

El concurso solo nos quitara una mañana así que podría ser peor.

El sol comenzaba a ocultarse y las luces ya comenzaban a iluminar cada esquina.

Todas íbamos muy felices observando todo lo que podíamos, bueno todas menos Modesty quien desde hace un ratos estaba sentada llorando mientras murmuraba "~Don Margarita~"

Todo empezó cuando Flora nos dijo que ahora que llegamos debíamos quemar aquellos muñecos de plantas para que el veneno de los ante quede destruido. ¿Cómo consuelas a alguien por eso?

Simplemente acaricie su cabeza y espere a que su mente hiperactiva se llevara la razón por la que lloraba, cualquiera que esa fuese.

Eventualmente llegamos a los cuartos de renta donde pasaríamos los siguientes días.

El lugar al igual que todos los edificios de la capital era un enorme edificio de piedra, aunque los cuartos de renta en si solo era lo que respecta al nivel 2. Las cuatro volamos hasta la entrada, a los 5 minutos llego el profesor completamente exhausto y muy pálido.

"Niñas recuerden que algunos no tenemos alas."

No tardamos en acomodarnos en nuestros cuartos aunque realmente solo aventamos nuestras maletas en una esquina.

El llanto de Modesty desapareció apenas salió del carruaje, por lo que dejando atrás a un cansado profesor empezamos a volar por todos lados.

Lo primero que quería hacer era montarme en ese tren, por lo que decidimos ir a la estación más cercana para ir al centro.

Melody y Modesty, Contra el mundo de fantasía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora