Lado B: Capitulo 3.- Un caso de identidad.

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A medida que nos acercábamos a la ciudad un horrible olor a pestilencia me invadió, incluso nosotros que habíamos pasado días caminando por el desierto olíamos mejor que este lugar.

Caravea es la típica ciudad de los territorios libres, a diferencia de mi pueblo donde teníamos la mina de sal para comerciar, aquí no hay nada más que arena, por lo que las personas se la ingenian como puedan.

Las casas estaban construidos al ras de la arena, La mayoría de las casas estaban construidas en forma de pirámide con tres palos de madera que se conectan en la punta, y las más 'ricas' tenían un par más de viejos palos de madera para construir en forma de carpa con cuatro postes colocados en las esquinas y uno en el centro que detiene el techo.

Las paredes de todas las construcciones están hechas de pieles de lagartos de arena, incrustados en una capa de barro, las escamas parecen hacer un poco más fuerte aquel lodo seco haciendo que parezca una especie de lona escamosa, pero no creo que resista mucho, además de que da una imagen polvorienta de por sí.

Si me preguntan este lugar parece más un enorme campamento de mierda que una ciudad.

"Bueno muchacho, ¿Cuál es el plan?"

Des me preguntó mientras caminábamos por las calles de este lugar, no, corrijo, este lugar no tiene calles, ni siquiera se pudieron poner de acurdo de donde poner sus casas, una tapa el camino que dejo la anterior, así que no existe una calle, en vez de eso caminas entre estas cosas.

"Veamos el lugar y encontremos como conseguir algo de comida."

Mis palabras estaban tensas, siempre supe que esta ciudad estaba sumida en la pobreza y la infamia, pero nunca creí que tanto, la mayoría de la gente tiene miradas perdidas, incluso creo que ya he visto un par de cadáveres tirados en alguna esquina, mientras nadie se molesta en si quiera recogerlos.

Espero no tener que quedarme mucho, mi plan original es conseguir comida aquí y seguir mi viaje pero aunque traje un poco de sal de las minas para comerciar, no creo que estos miserables les importe algo como la sal.

Quisiera irme de inmediato pero con comida solo para tres días mas no es una opción.

"Entonces será mejor separarnos, así cubrimos más terreno."

El anciano exclamo mientras salía dando saltitos y cantando no sé qué, ni siquiera espero que contestara, ¿Cómo se supone que nos encontremos después en este laberinto que se hace llamar ciudad?

Exasperado cierro los ojos y suelto un suspiro.

Camino entre la podredumbre y la miseria, viendo a donde quiera que miro la peor cara de la vida.

No tardo en hastiarme de este lugar.

Avanzo entre estas chozas esperando encontrar algo que no tengo ni idea de que es.

Mientras más me adentro un olor familiar resalta de entre la peste, y no puedo evitar reír para mis adentros, podrá faltar cualquier cosa, pero no el alcohol ¿verdad?

Siguiendo el olor de la cerveza rancia llego un espacio despejado, un enorme circulo donde no hay ninguna de esas destartaladas construcciones, y en el centro un edificio enorme de madera, el lugar resaltaba enormemente de entre toda esta basura.

Era un simple edificio cuadrado construido con madera vieja, pero comparado al resto de construcciones era imponente, el lugar tenía 3 o tal vez cuatro pisos que crujían al compás del viento.

Encima de una enorme puerta, estaba una tela colgada, encima de ella estaba un símbolo, era similar a una telaraña solo que en el centro se formaba un obelisco, uno de los tres misterios de la energía novial, la acumulación de muerte que desgarra el espacio.

Melody y Modesty, Contra el mundo de fantasía.Where stories live. Discover now