Spattergroin

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Spattergroin

El arrepentimiento no había llegado todavía al corazón de Hermione, y a pesar de todo sentía que no era suficiente para encontrar un poco de consuelo en esa funesta acción, no se arrepentía de arrebatar esa alma ennegrecida pero sin duda estaba muy lejos de sentirse satisfecha.

Había matado pero la comprensión de ese acto ahora carecía de significado, era quizás que aun no era consciente del todo de que se trataba de una vida humana, era probable que considerara más a ese hombre como una bestia que no merecía misericordia.

Cada uno libraba su infierno personal y cargaba con sus propios pesares, la pesada carga que llevaban a cuestas eran diferentes quizás, pero en esencia todo era consecuencia de lo mismo, una inminente guerra que no les permitiría ser los mismos.

Malfoy consiguió dormir solo un par de horas, cuando la pesadez de sus ojos lo sobrepasa y se comenzó a agitar  poco tiempo después presa de una horrible pesadilla o mejor dicho víctima de un recuerdo que lo perseguía.

Como siempre gritos de dolor se colaban por sus oídos, suplicas de piedad y llantos ahogados en un olor a podredumbre y sangre  que le impedía respirar con normalidad, estaba en el sótano de la mansión Malfoy, rodeado por un grupo de  personas que estaban siendo torturadas, como tantas veces el  era un espectador, alegando que era demasiado importante para rebajarse a marchar sus manos con la sangre de la escoria.

Había una mujer entre ellos, no recordaba mucho de ese día, siendo que era como otro cualquiera, pero de alguna manera a esa muchacha sucia y desalineada no podía olvidarla, quizás el color de su cabello y ojos le recordaban un poco a Granger, probablemente fue ese parecido lo que le hizo centrar su tensión en ella.

Su rostro angustiado estaba deformado por el pánico, no paraba de llorar pero no suplicaba por su vida como el resto, estaba demasiado delgada y su piel blanca estaba cubierta de lodo y suciedad, había sido golpeada sin duda, podía ver los cardenales en sus brazos y sus mejillas hinchadas y amoratadas, su labio estaba abierto y de él salía un hilito de sangre.

Parecía un animalito temeroso y herido, temblaba sin dejar de llorar mientras esperaba que todo terminara rápido, sabía cual sería su suerte, lo notaba en sus ojos anegados de lágrimas, pero no se quejaba, ni suplica por piedad quizás sabiendo que nada obtendría. Parecía resignada a su suerte pero el miedo estaba marcado en sus pupilas. Curiosamente pensó el rubio que parecía que  no le temía a la muerte tanto como a la agonía prolongada de la tortura.

Después de horas interminables solo quedaba un hombro mayor y aquella muchacha de cabellos castaños, los demás  habían sido muertos después de ser torturados con saña por sus agresores, en las sombras Malfoy aun observaba pero toda su atención estaba puesta en esa chiquilla, la miraba con curiosidad y con cierta lastima, aborrecía tener que estar presente en esos interrogatorios que terminaban siempre cuando el último rehén era asesinado, pero tenía que estar ahí a un en contra de sus deseos para supervisar los interrogatorios, esas eran sus ordenes y no podía desobedecer.

La mujer ya estaba en el piso después de recibir la primera maldición, se convulsionaba a causa del dolor infringido, a penas levanto un poco el rostro para encontrarse con los ojos fríos del rubio. Algo se removió en su interior y nunca como en ese momento deseo con todas sus fuerzas no ser el maldito cobarde que era y poder salvarla, pero no podía no solo era por él, era por sus padres.

-Basta. -Ordeno cuando estabas a punto de lanzarle una nueva maldición, entre risas, burlas e insultos -Deja de perder el tiempo y mátala.

-Pero señor Malfoy y si sabe algo.

-Que puede saber esta indeseable. -Siseo con desprecio.

Eso era lo único que podía hacer por ella, se reprendió internamente pero era tal su cobardía que ni siquiera era capaz de ser quien cortara su suplicio.

-¡Mátala! -Ordeno sin dejar de ver esos ojos amielados.

Pensó encontrar en esos ojos muchas cosas, miedo, terror, odio o reproche, pero sin duda se sorprendió de ver agradecimiento. No se había equivocado al suponer que esa joven muchacha que posiblemente era de su edad no tenía miedo de morir y le agradecía con esa mirada que acabara con su martirio.

Un rayo verde la golpe y sus ojos se apagaron sin vida, pero si alguien hubiera observado con atención como lo hizo Malfoy notaria que una ligera sonrisa se mostraba en su golpeado rostro al momento de darle la bienvenida a la muerte.

 Eso le hizo despertar, pero no pudo levantarse de la cama se sentía tan débil y al llevar una mano a su rostro se dio cuenta que tenía una toalla húmeda sobre la frente. Sudaba frio y le costaba trabajo enfocar a su alrededor, pero notaba a alguien sentado al lado de su cama. Algo le dijo, pero no lograba entenderle, tenia fuertes escalofríos a causa de la elevada fiebre.

De un manotazo aparto esa mano que se posaba en su frente.

-Déjame. -Ordeno  y en su letargo no reconoció su propia voz.

-Cálmate. -Le dijo intentando contenerlo, pero no fue necesario hacer nada más porque de nuevo Draco cayó en la inconsciencia.

En otra parte del castillo.

-¿Pero porque tuvo que quedarse precisamente ella a cuidarle? -Pregunto notablemente indignado.

-Ya te le explique Potter que Malfoy está delicado de salud y en cuarentena.

-Entonces saque a Hermione de ahí.

-Sabes que a mí tampoco me complace esta situación, pero debes entender que si lo sacamos de  aislamiento puede hacerse de esto una epidemia. La señorita Granger por estar en contacto con Malfoy estuvo expuesta al virus y no podemos correr el riesgo.

Harry estaba desesperado por su amiga, mucho era que la directora a pesar de todo lo que le conto no pudiera hacer nada ya que los nombramientos habían sido hechos y no había ninguna razón válida para quitarles el cargo a ningún de los dos premios anuales. Se tuvo que conformar con la promesa que a cualquier tipo ofensa o enfrentamiento retiraría a Malfoy del cargo, pero simplemente ahora estaban atados de manos.

No entendía como se había contagiado Spattergroitni siquiera entendía del todo que era o en qué consistía esa peligrosa enfermedad  o de donde se había contagiado Malfoy, lo que le preocupaba era que es sumamente contagiosa y mortal, y Hermione estaba expuesta.

El cómo se había enfermado nunca se sabría al menos no por ninguno de los afectados, y el culpable se llevaría a la tumba el secreto. Lo cierto era que buscaban vengarse de heredero Malfoy al considerarlo responsable de sus males, había hurtado de San Mungo una muestra del hongo que provoca el Spattergroin.

Sanando Mis HeridasWhere stories live. Discover now