Miedos y Sueños

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Miedos y Sueños

Harry apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando Hermione ya se había hecho dueña de la situación inmovilizando al Draco y haciéndolo levitar frente a ellos, no tardaron mucho salir de la casa y adentrarse un poco en el bosque para desaparecer.

¡Está vivo! Se repetía una y otra vez Hermione mentalmente y todo fluía a su alrededor como algo irrelevante. Nada parecía tener sentido más que ese pensamiento que se repetía sin descanso, tratando de convencerse que ese no era solo un sueño en la locura de las últimas horas.

Quizás su cuerpo estaba ahí, pero su mente estaba en otra parte junto a su corazón que se consumía en la angustiosa espera. Todo pasaba frente a sus ojos sin comprender a ciencia cierta que ocurría, solo esperaba como una muñeca frágil y sin voluntad a un veredicto que aun no se daba.

¡Está vivo! Pensaba con fuerza, con total convicción que si pudiera el poder de sus peticiones lograr obtener lo que deseaba, Draco viviría solo por el fervor a la que se entregaba a ese solo pensamiento.

Granger veía sin ver, oía sin escuchar y aun es ese estado de abstracción se mantenía firme al permanecer en el mismo lugar esperando noticias.

No hubo poder humano que la hiciera moverse de su lugar, no importaba cuanto le insistieran, suplicaran o gritaran, seguía  esperando, con el rostro inexpresivo y el corazón en un hilo.

Los minutos formaron interminables horas llenas de angustia, esperando alguna respuesta de los médicos que iban y venían por la gran cantidad de heridos. Cada tanto tiempo alguno se asomaba a la sala de espera para informar si tal o cual pacientes estaba fuera de peligro o por sí lo contrario lamentablemente no habían logrado salvarle. 

Era un suplicio verlos entrar con ceremonia a la sala, con sus rostros reflejando el cansancio y la tristeza de ser portadores  de malas noticias. Bastaba ver sus rostros para saber que alguien no había sobrevivido y todos los presentes contenían en aliento y apretaban con fuerza los puños intentado prepararse, pero nada había que pudiera prepararlos para escuchar como sus seres queridos no habían logrado sobrevivir a los embates de la guerra.

Habían optado por pasarle un chal sobre sus hombros para mitigarle el frio y sobre sus manos ponían una taza de café o un poco de jugo que no bebía, que solo mantenía entre sus manos hasta que alguien la cambiaba por una taza nueva.

Con el paso de las horas la sala comenzaba a quedar vacía, procuraban mantener a Hermione en compañía, se turnaban para salir a comer o a descansar un poco, pero siempre que intentaban persuadirla, se iban frustrados ante su firmeza de voluntad.  Ya de madrugada Harry era su única compañía, les había convencido a los demás de irse a descansar un rato, no tenía caso que todos se desvelaran esperado noticias.

Pronto el cansancio lo había vencido sentado de manera incomoda en una de las sillas, Hermione se quito el chal para taparlo, no tenia frio, se sentía incapaz de sentir nada, era como si su alma hubiera abandonado su cuerpo y ahora se encontrara a la deriva.

Un hombre de baja estatura y de pronunciadas ojeras oscuras bajos se ojos, entro a la sala, de inmediato ella se levanto haciendo que Harry a su lado diera un respingo.

Quería preguntar cuál era el estado de Draco, pero las palabras no le salían, solo pudo mirarle de manera suplicante al medimago esperando que le dijera que había ocurrido.

-Aun se encuentra muy delicado, pero logramos estabilizarlo, sufrió mucho a consecuencia de las maldiciones que recibió, no sabemos si tendrá secuelas, pero ahora es muy pronto para saberlo, necesitamos que despierte.

Sanando Mis HeridasWhere stories live. Discover now