Otro Parkinson

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Otro Parkinson

Faltaban solo un par de horas para que amaneciera, estaba en su habitación sin poder dormir, recostado sobre su cama que ni siquiera había destendido. No podía quitarse esa angustia que sentía en el pecho, no había podido verla desde que Potter la había llevado a su alcoba para que descansara.

Hacia quizás una hora escucho ruidos, abrían y cerraban una puerta y después pasos amortiguados bajando los escalones, sospechaba que ya se habían ido a sus respectivas habitaciones, pero no podía estar seguro de ello y no se atrevía a entrar a la habitación de Granger y tener que dar explicaciones.

Dejo pasar cerca de una hora más y no pudo mas con esa incertidumbre, al diablo con todo, se dijo y se levanto aun con el uniforme arrugado puesto que ni siquiera se había ocupado de cambiarse. Cruzo el breve pasillo que separaban sus habitaciones y giro con lentitud el pomo de la puerta, contuvo el aliento al dar el primer paso para adentrarse en ese lugar apenas alumbrado por una vela a medio consumir que estaba sobre la mesa de noche.

La poca luz que despedía la llama de la vela le permitía ver que Granger no estaba sola, Lunatica cuidaba su sueño o al menos eso había pretendido, pues ahora se encontraba tan dormida como la misma castaña que se suponía vigilaba. No podía culparla había sido una noche demasiado larga para todos.

Tuvo la precaución de verificar que en verdad dormía antes de adentrarse más en esa habitación que no era la suya. La vio con detenimiento por un largo instante, percibiendo su respiración relajada y sus parpados rosados cerrados por completo, Luna estaba en una posición incómoda en el sillón rojo escarlata que había recorrido hasta dejarlo a un lado de la cama de Hermione, una de sus delgadas y pálidas manos colgaba por un lado, sus piernas encogidas estaban sobre el descansabrazos del sillón y su cabello rubio le cubría una parte del rostro.

Solo cuando estuvo seguro de que dormía, con el sigilo propio de una serpiente se adentro a la habitación hasta estar a un lado de su cama, la observo largamente con cierto alivio al verla dormir apaciblemente, quizás solo repentinamente fruncía el ceño como si sus sueños se alteraran para después volver a relajarse y suspirar perdida en la inconsciencia.

Hermione se removió entre sueños y ladeo su rostro exponiendo una tenue marca roja en su mejilla, ahí donde la había abofeteado y se sintió culpable al haberla lastimado, de manera inconsciente, quizás llevaba por sus remordimientos estiro su mano y con las yemas de sus dedos acaricio esa piel enrojecida.

Su piel era suave y cálida, tal como la recordaba cuando estuvo en sus brazos mientras lloraba hacia unas horas atrás, igual que cuando la saco del baño desmayada y mojada y despertó a su lado.

Muchas preguntas se agolpaban en su mente buscando respuestas que no encontraba, sabía que algo se le escapaba y eso le desesperaba, pero verla dormir tan apacible lograba calmarlo un poco, tan solo lo suficiente para permanecer sentado a un lado de su cama y contemplarla dormir.

Los primeros rayos del sol entraban por la ventana, Draco no había dormido nada, seguía a un lado de su cama, tocando la mejilla enrojecida como si quisiera borrarla de su rostro con las caricias de sus dedos.

Pensó en todas las noches que Granger había pasado así, a su lado velando sus sueños, cuidándolo en la enfermedad y se sintió agradecido, porque aun sin merecerlo habia estado ahí para mantenerlo con vida.

Tomo una de sus manos entre las suyas y la llevo a sus labios para besarla. Era verdad que el no había pedido ser salvado, que posiblemente su mayor deseo era no despertar jamás para no enfrentar la  realidad de la vida de mierda que le había tocado vivir, quizás no merecía los sacrificios de esa chica que estaba tan mal como el y que a pesar de eso hizo a un lado sus problemas para mantenerlo con vida.

Sanando Mis HeridasWhere stories live. Discover now