Esos Ojos

5.4K 444 31
                                    

-21-

Esos Ojos

Parkinson le daba vuelta al asunto, no había pasado desapercibido el miedo en los ojos de Granger cuando la detuvo, no entendía por qué la miro de esa manera como si le aterrara estar en su presencia, y salió demasiado rápido, como si hullera. Algo andaba mal esa antipática leona no era así y algo le decía que era conveniente averiguar que ocultaba, probablemente así podría sacar algún provecho de sus descubrimiento.

La morena se levanto elegantemente del sillón verde botella en el que había estado sentado buena parte de la tarde, sabía exactamente donde podía encontrar a Granger.

Hermione se había justificado por su ausencia alegado que se había sentido mal del estomago y había ido a la enfermería, Harry no pareció muy convencido por la escusa pero lo dejo pasar pues la veía algo pálida y pensó que probablemente era cierto lo que decía.

Cuando las clases de ese día terminaron la castaña se despidió de sus amigos para ir a la biblioteca a hacer sus deberes.

-¿No quieres que te acompañe?

-No Harry, no es necesario, además terminaras aburriéndote, nos vemos mejor a la hora de la cena. -Contesto la castaña

-Está bien Hermione. -Acepto no muy convencido el pelinegro, algo en su amiga la hacía parecer asustada.

Cuando llego a la biblioteca se acomodo en una de las mesas libres y saco de su mochila todo lo necesario para hacer sus pendientes, no tardo en estar tras una gran torre de libros y a escribir si parar sobre los pergaminos.

Malfoy había llegado poco después y pudo ver a Granger concentrada en sus deberes, aun no tomaba una decisión sobre la piedra de la resurrección, estaba sumamente confundido. Para no molestarla se sentó en otra mesa, desde donde pudo ver como Pansy cruzaba el umbral de la biblioteca con actitud sospechosa, no iba sola, como de costumbre  era acompañada por su guardaespaldas, aunque se le hizo raro que el lugar de Nott lo ocupara otro chico corpulento del que no recordaba su apellido.

Estuvieron observando a Granger y hablaban entre ellos en voz baja, estuvieron bastante tiempo, incluso hasta que la mayoría de los alumnos ya se habían retirado a cenar. Fue entonces que la castaña comenzó a levantar sus pertenencias y acomodar los libros que había utilizado, tan absorta en lo que hacia no noto que era observada desde hacía mucho.

Enrollo sus pergaminos y acomodo todo dentro de la mochila que se colgó al hombro y salió tranquilamente de la biblioteca despidiéndose de Madame Pince, quien levemente correspondió con un movimiento de cabeza apenas perceptible.

Ya era un poco tarde por lo que tenía que apresurarse para llegar a su torre y dejar sus pertenencias para después reunirse con sus amigos en el gran comedor y cenar juntos. Por lo que decidió acortar el camino utilizando aquellos pasillos más desiertos que le garantizaban ahorrarse un poco de tiempo, con lo que no contaba era con que la seguían de cerca.

Cuando se dio cuenta fue demasiado tarde, Zabini la sujetaba de manera brusca por los brazos haciendo que su mochila callera con gran estrepito. Fue entonces que Hermione pudo ver a sus captores, eran tres Slytherin, pero comenzó a sentir un miedo extraño cuando pudo reconocer a Pansy.

-¿Qué quieren? -Pregunto intentando sonar firme, pero su voz temblorosa la delato.

-¿Tienes miedo? -Burlona la morena se le acercaba hasta tenerla frente a frente.

Hermione asustada desvió la mirada no podía enfrentarse a los ojos de Parkinson.

-Mírame. -Le exigió y apretando su varita contra el cuello de la castaña le exigió que levantara el rostro.

Aterrada poco a poco levanto la vista hasta enfrentarse con esa mirada. Hermione comenzó a temblar aterrada, su corazón golpeaba con fuerza sus costillas, pálida sentía que sus piernas no podían mantenerla de pie, comenzó a hiperventilar como si el aire no alcanzara a llegar a sus pulmones.

Zabini la soltó asustado pues temblaba tanto como si estuviera a punto de convulsionar, la manera en que respiraba no era nada normal, al liberarla de su agarre la castaña cayó de rodillas incapaz de sostenerse de pie.

-¿Qué demonios le pasa?  -Interrogo el otro muchacho que era la nueva adquisición de Pansy.

-Que se yo, debe de estar loca o enferma. -Dijo la morena entre risas. -¿No eres capaz de defenderte sangre sucia? Presumes ser la mejor bruja y la más inteligente pero te faltan agallas-Dijo  con desprecio y esa pregunta hizo que Hermione levantara el rostro y la mirara con los ojos sumamente abiertos, era como si esas palabras fueran un interruptor en su cabeza.

No eran  solo las palabras empleadas, algo en el tono de voz, en la manera de pronunciar con tanto repudio y desprecio esas simples palabras la hicieron estallar. Una lágrima escurrió por la mejilla de Hermione, pero ahora por más que quería no podía dejar de verla a los ojos.

Lo que Parkinson no noto por sus burlas es que había dejado de temblar y en un descuido de sus secuaces había sacado la varita de su túnica.

Se levanto con ligereza, Zabini intento reaccionar y sujetarla de nuevo pero no lo logro, con un solo movimiento de sus varita lo había hecho estrellar contra uno de los muros de piedra, al igual que al otro. Ahora solo estaba frente a la morena que le apuntaba con su varita.

-No me conoces. -Dijo de repente la castaña. -Si me conocieras sabrías que en mi defensa no lo haría, pero justo ahora y después de lo que has hecho no te daré la oportunidad de ver un mañana aun encerrado en una celda.

-¿De qué diablos hablas? -Pregunto confundida, no tenía sentido lo que decía.

El rostro de Hermione se había transformado, ahora veía a Parkinson con un profundo odio, con un brillo en sus ojos parecido a la locura, sus palabras sonaban monótonas, sin emoción como si solo repitiera el mismo discurso que se hubiera aprendido para alguna clase. Tenía la varita levantada y le fue fácil quitarle la suya a la morena que invirtiendo los papeles ahora era ella quien temblaba de miedo le miraba asustada decir cosas que no entendía.

-Esta sangre sucia que corre por mis venas y la sangre derramada de mis padres me dan el suficiente coraje. -Continuo Granger con su dialogo, con ese que dijera aquel día al mortifago que había torturado y matado a sus padres.

-No, entiendo de que hablas. -Dijo retrocediendo y mostrando las palmas extendidas enseñar de rendición, pues la Gryffindor estaba fuera de sus cabales y le apuntaba de manera amenazante.

-Ya es muy tarde. -Pronuncio la castaña con los ojos fijos en los de Parkinson, en esos ojos negros que la perseguían, que la atormentaban por las noches en sus pesadillas, esos ojos oscuros llenos de maldad que habían observado con deleite el  dolor causado a sus padres.

No veía a Pansy, veía sus ojos y el rostro de ese mortio que había torturado hasta la muerte a sus padres, su mano firme apuntaba al pecho de la morena podía sentir el mismo odio profundo y un verdadero deseo de matar el mismo que sintió al oler la sangre que la cubriera ese día y la hacía  recordar la imagen de los cuerpos destrozados de sus padres.

Chispas salían de la punta de su varita y podía ver el mismo rostro deformado por el miedo, pero seguían sin reconocer a Pansy como la dueña de esos ojos, le parecía que era solo el mismo asesino.

-Granger. -Escucho que la llamaban cuando ya estaba lista para pronunciar la maldición imperdonable. -Granger. -La llamaron de nuevo, pero no era capaz de quitar esa nebulosa que le impedía ver la realidad de lo que estaba pasando.

Hermione abrió la boca para conjurar esa maldición. -Avada…

Sanando Mis HeridasWhere stories live. Discover now