Muere un Valiente

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Muere un Valiente

Había una línea muy delgada donde lo correcto dejaba de serlo y ella estaba muy cerca de traspasar esa barrera. Generalmente una persona cualquiera sabe distinguir donde empieza ese límite y donde termina, pero algunas veces no se puede tener esa seguridad cuando la situación no tiene nada de común o corriente.

Lo cierto era que estaban en guerra y los errores representaban vidas perdidas, no era tan fácil como equivocarse en la vida diaria y tener que intentar de nuevo o desistir de sus intentos y tener que lidiar con un poco de tiempo o dinero perdido, con algo de frustración o decepción,  o tal vez como máximo un corazón roto.

Cuando estás en guerra tus faltas se traducen en muerte, destrucción y sangre, cuando te enfrentas a alguien que sabes está dispuesto a matarte sin contemplaciones, no debería ser difícil poderte defender, pues la vida propia está en juego, pero la realidad es otra cuando a los que enfrentas los conoces, son tus compañeros de clases, si bien no tus amigos y mucho menos, si jóvenes de tu edad que tomaron decisiones incorrectas.

Para Hermione era difícil definir lo que sentía o pensaba en ese momento, era como si su mente se hubiera separado de su voluntad y solo reaccionara por instinto, sus movimientos eran fluidos, sin embargo, se movía mas por inercia como si cuerpo tuviera un actuar propio.

Mantenía firme su varita, lanzando hechizos no verbales, intentando mentar su mente fría y sus nervios controlados, pero conforme avanzaban era cada vez más difícil lograrlo. El olor a sangre ya impregnaba en el ambiente y aunque parecía que aun todos permanecían de pie, más de alguno estaba seriamente herido. Aliados y enemigos tenían ya sus ropas teñidas de rojo.

Muchos recuerdos se hicieron presentes entonces y su mente traicionera la llevo a rememorar una sanguinaria masacre, la de sus padres. Un escalofrió atravesó su columna vertebral,  erizándole los vellos de la piel, provocando que su corazón se estrujara de dolor.

Como habían previsto, el efecto sorpresa había sido su mejor aliando, los mortifagos no esperaban encontrarse con la novedad que eran  igualados en número, pues en el último minuto los padres de los estudiantes que habían asistido  al baile de graduados se negaron rotundamente a retirarse.

Los estudiantes más jóvenes habían sido evacuados por medio de trasladares desde sus salas comunes correspondientes e incluso algunos alumnos más de grados superiores se quedaron para defender el castillo.

Los planes de Parkinson era atacar por dos flancos al mismo tiempo, una buena parte de sus aliados esperaba en el bosque prohibido la señala para atacar, el primer grupo atacaría un costado del castillo, el segundo el frente.

Sus planes se vieron frustrados cuando no pudieron avanzar más allá de los linderos de los jardines, un grupo encabezado por McGonagall defendían la entrada principal, mientras que Ron y Hermione se hacía cargo de la lateral con otro grupo. Harry se encontraba en el ministerio haciéndole frente a Vladimir.

Los hechizos cruzaban a su alrededor como rayo de luces multicolores, algunos eran esquivados, otros tantos daban de lleno en sus objetivos y en un estado de tal concentración avanzaban luchando y defendiéndose por partes iguales.

En el bullicio se había separado Hermione de su amigo pelirrojo. Habían hecho replegarse a los enemigos que se adentraron en el bosque prohibido para reagruparse.

-Bombarda Máxima. -Escucho como un murmullo y un estallido muy cerca de donde estaba la lanzo contra el piso, unos metros más delante de donde estaba.

Tiranda en el piso, aturdida y adolorida, comenzó a tose, sintiendo que se ahogaba pues la explosión había levantado una gran nube de polvo, sus oídos pitaban impidiéndole escuchar nada, trato de incorporarse lo más rápido posible, pero fue cuando noto que una rama grandes proporciones  se había enterrado en su muslo derecho.

Sanando Mis HeridasWhere stories live. Discover now