Capítulo 1: Punto de partida

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Me encontraba de vuelta en mi lugar de origen, mi ciudad natal.

Después de haber pasado poco más de siete años viviendo en zona caribeña, volver al frío gélido del invierno de Minnesota fue reconfortante. No notaba lo mucho que amaba el frío hasta que me alejé de mi hogar.

Mi nombre es Rebbeca Houston, tengo veinticuatro años de edad y soy de Brooklyn Park, ciudad ubicada en Minnesota.

Estuve fuera de casa por unos años, ya que era estudiante en la Universidad Latinoamericana de Medicina en Cuba. Claro que pude haber hecho las cosas más fáciles, tenía becas para estudiar en las mejores universidades de Estados Unidos, pero al terminar el instituto, en lo único que pensaba era en alejarme lo más pronto posible de mi familia. La verdad es que me tenían agobiada.

Después de lo que pasó con mi hermana mayor, Maddison, mis padres se encargaron de sobreprotegerme hasta asfixiarme. Se culpaban en todo momento de que ella quedara embarazada a los dieciséis años -en ese entonces yo tenía once- y escapara de casa para huir con Garret, su novio. Mis padres quedaron destrozados. Por ende, estuvieron encima mío durante toda mi adolescencia. Me llevaban y recogían del instituto, solo dejaban que viera a mis amigos si estos venían a casa para estar bajo supervisión, y ni siquiera dejaban que fuera a fiestas. Todo para que la única hija que les quedaba, no terminara alejada de ellos como mi hermana. Lo cual no había ayudado mucho, porque a la primera oportunidad que tuve de alejarme también lo hice.

Al principio fue muy difícil, como todo cambio. Fue como comenzar otra vida, aunque de manera mucho más brusca de lo que imaginaba.

Aprender el idioma fue lo que más me costó. También tuve que trabajar en el tiempo que no estudiaba, para pagar el pequeño apartamento en el que me alojaba, porque la beca que había conseguido solo cubría los materiales de estudio, más no la residencia. Nunca antes me había imaginado haciendo algo parecido, pero ahí estaba yo, aprendiendo a ser adulta a mí manera.

Obviamente podía pedir ayuda a mis padres; librarme de la tarea del trabajo y dedicarme pura y exclusivamente a estudiar, ya que ellos no se negarían, pero la verdad es que me gustaba sentirme independiente. De todos modos, ellos me mandaban algo de dinero cada mes; dinero que mi orgullo no permitía gastar.

En el tiempo que estuve en La Habana, además de aprender su jerga y trabajar en el mercado de frutas, me procuré las mejores calificaciones de la clase. No tenía muchos amigos porque la mayoría de los estudiantes solo nos enfocábamos en la carrera, y eso me sorprendía un poco, pues sabía que en las universidades de Estados Unidos se vivía de alcohol, fiestas, sexo, drogas, fraternidades, competencias, y todas esas cosas que solo había oído como rumores en los pasillos del instituto, pero supongo que también eran a causa de los millones de películas.

Tampoco es que no hubiese fiestas en Cuba, todo lo contrario; pero entre estudiantes, o eran a fin de los exámenes, o eran simples reuniones en algun bar, playas o los mismos apartamentos estudiantiles, y siempre eran los mismos grupos de amigos, a los que nunca intenté integrarme. Todo eso hablando del ambiente universitario, pues lo demás no conocía mucho; las cosas eran muy distintas a lo que pintaban en las novelas y demás, pero para mi seguridad, prefería mantenerme por las noches en la residencia. Esa era otra cuestión que no ayudaba en ese sentido, pues, la dueña del pequeño apartamento del alquiler, era una señora avanzada de edad, y en el contrato ponía horarios a respetar... y no parecía ser muy agradable.

Realmente no tenía tiempo para hacer amistades -obviando todas las excusas anteriores-, si no estaba estudiando, trabajaba, y si no, salía a pasear con Jo, mi conejo mascota. Me lo había regalado mi jefe de trabajo, cuando lo había encontrado infraganti en un cajón de frutas.

En síntesis, mi estadía allá no fue la gran cosa.

Llegué cuando tenía diecisiete años, y mi primer año solo estudié en un curso de introducción al castellano. Ya tenía el entendimiento básico antes de llegar, pero profundizar era necesario, ya que el castellano neutro no tenía nada que ver con la jerga del país. Al año siguiente me inscribí en la Facultad de Medicina, siguiendo mi sueño de ser psiquiatra, y a los seis años de cursar, me dieron la posibilidad de hacer mis prácticas como psiquiatra en Minnesota, en un hospital de Brooklyn Park, ya que mi certificado tenía equivalencias en otros países.

Me lo pensé bastante. Cuba me había recibido muy bien, pero extrañaba un poco mi hogar y mi familia, después de todo, solo nos habíamos comunicado por llamadas y mensajes. No fui a visitarlos en ninguna de mis vacaciones, navidad, cumpleaños, ni ningún otro momento festivo, ni ellos tampoco vinieron a verme porque no los invité. Incluso, ambas partes pensábamos que yo no iba a volver, que seguiría mi vida sin ellos, que me gustaba estar lejos. La verdad era que necesitaba tiempo.

Pero cuando llegó el momento, me encontré buscando una aerolínea con cabinas especiales para mascotas.

Y así es como llegué de nuevo desde el punto de partida. Estaba en un taxi —contándole un poco de mi historia a mi chofer de larga distancia—, y después de siete años y algunos meses, volvía a ver a lo lejos y a través de los árboles, el Río Misisipi. Fue entonces que caí en la cuenta de que realmente extrañaba eso.

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¡Buenas buenas!
Ésta es la primera obra que subo a la plataforma, y espero no sea la última 😇
Voy a corregir los errores una vez terminada de publicarla, porque siempre que corrijo capítulo por capítulo pierdo los comentarios y eso no me gusta:(
Por eso verán algunos errores (por no decir bastantes jajaja) como repetición de palabras, tildes, conjugaciones verbales y lo más frustrante: el guión corto en vez de la raya de diálogo. Sean pacientes, cuando termine de publicar también quiero cambiar el título (porque no es nada original), la portada, e incluso algunos nombres...
Quiero que tengan en cuenta que la historia la empecé a subir cuando no tenía idea de cómo escribir, y aunque ahora sepa un poco más, no quita que siga teniendo errores, y blablabla.
Me ayudarían muchísimo comentando qué les parece como opiniones, críticas y correcciones; todo suma para crecer y es lo que espero.
Sin más qué aportar, sean bienvenidos a mi pequeño elenco problemático ❤

Con amor, Juno.

Un pequeño gran problema [COMPLETA]Where stories live. Discover now