Capítulo 56: Compañeros

419 82 65
                                    


Después de visitar a otros pacientes ―incluido Lucius Baker, quien se encontraba en un estado totalmente raro, ya que afirmaba estar muerto―, me encontraba en el descanso con Jason y con Luke.

Ellos me acompañaron en cada visita desde afuera, haciéndome sentir un poco más segura, y entrando rápidamente en confianza.

―Bueno, ahora creo que lo mínimo que podrías hacer por nosotros es invitarnos el almuerzo ―dijo Luke mientras caminábamos por el pasillo hacia la salida.

―Oh, ya los veía muy buenos como para ser reales ―solté en broma.

―No lo digas por mí ―contestó Jason mientras negaba, él era el más serio de los dos―. Claro que estoy conforme con perder mi medio día libre para cuidar de la nueva, mientras no recibo nada a cambio.

―Qué alma tan solidaria ―farfullé, mientras Luke reía.

La verdad, me caían bien, y ya era hora de hacer amistades aparte de Amber. No podía seguir vagando sola y desorientada por los pasillos cuando ella no estaba.

―Entonces, ¿nos vamos? ―preguntó el moreno mientras lo seguíamos, afirmando así la respuesta.

―¿A dónde iremos exactamente?

―Conocemos un lugar ―contestó Jason, señalando hacia donde estaba estacionado su coche―. Becky, ¿hasta qué hora tienes libre?

Miré la hora en mi teléfono móvil antes de contestar. Era mediodía, y el doctor Scott me había dado bastante tiempo libre por hacerme cargo de los pacientes yo sola.

―Tengo cuatro horas disponibles. ¿Ustedes no están apurados?

―Yo tengo dos horas ―informó Jason mientras me abría la puerta del auto de Luke―. Las radiografías empiezan temprano los martes.

Asentí tratando de mostrar comprensión, pero hasta ahora las veces que había visto a Jason en el hospital, lo veía desocupado. Y lo sabía porque Amber no paraba de coquetear con él.

―Yo en realidad, ya tendría que irme a casa ―dijo Luke haciendo una mueca―. Dios sabe cuánto prefiero hacer un doble turno antes de ir para allá.

―¿Problemas en el paraíso? ―preguntó Jason burlón.

―Ni te imaginas ―respondió el moreno antes de arrancar el auto y dirigirnos a donde quiera que sea.

***

Luego de almorzar con mis compañeros, habíamos regresado un poco apurados para que Jason no se retrasara. Cuando llegamos nuevamente al hospital, lo hicimos con quince minutos de antelación ―para él, ya que yo todavía debía esperar dos horas―, por lo que nos encontrábamos en el estacionamiento, mientras Luke fumaba un cigarrillo.

―Realmente no entiendo cuál es el problema ―indagué, como la autentica cotilla que me había convertido―. ¿Te molesta que ella se haga cargo de las cosas de la casa y que te cocine?

No podía esconder mi sonrisa, aquello me parecía de lo más gracioso. Por otro lado, Luke solo suspiraba resignado.

―Bueno, yo entiendo esa parte. Toda su vida se mantuvo solo, y ahora tiene que compartir y acatar órdenes de otra persona. ―Jason se encogió de hombros y prosigió―: Lo que todavía no entiendo es porque la invitaste a vivir contigo si no te sientes cómodo.

―Es más complicado que eso. ―Tiró el cigarrillo al suelo para luego pisarlo―. La amo, pero está todo el tiempo controlando mis cosas, que si hago esto, que si hago lo otro. ¡No tengo un respiro!

―Vaya, eso suena como a mi madre.

―¿Ves? ¡Es lo que digo! ―me respondió Luke, exaltado―. Yo lo que quiero es tener una pareja, no una madre, o una empleada doméstica.

Estuve a punto de contestar, pero todos nos quedamos callados al ver a un sujeto de cabellos rubios alborotados acercarse hacia nosotros.

―¿Sam? ―pregunté, y sin saber cuál era la razón, sentí miedo.

―Dulce Becky ―dijo antes de depositar un casto beso sobre mis labios, luego se enfocó en mis acompañantes y luego preguntó con una sonrisa delirante―: ¿Haciendo nuevos amigos?

―¿Qué estás haciendo aquí? ―indagué, sabiendo que su estado de ánimo no era el mejor. Se le notaba en su mirada enrojecida.

Él empezó a caminar rodeándonos a los tres, mirándonos detenidamente uno a uno. Definitivamente hoy no era un buen día para él.

―¡Oh! Solo vine a saludarte, ya sabes, me queda de paso. ―Se paró a un lado mío y me atrajo con su brazo sobre mis hombros hacia su costado―. Pensé que mi novia estaría libre, pero veo que está bastante ocupada.

La mirada despectiva que le dirigió a mis compañeros fue escalofriante, pero ellos estaban lejos de inmutarse. Luke solo atinó a encender otro cigarrillo, mientras Jason miraba sus uñas con desinterés.

―Bien, tengo que ir adentro ―dijo el ultimo mirándonos a todos―. Nos vemos en la tarde Becky. Luke, supongo que mañana. ―Se encaminó hacia la entrada―. Fue bueno verte, Sam.

Miré desconcertada la escena, y le dirigí una mirada a Luke para buscar alguna respuesta, pero él solo se encogió de hombros.

―También debo irme. No quiero que Deborah se enfade ―informó con una sonrisa, mientras se bajaba de la motocicleta de Jason, para dirigirse hacia su coche―. Fue bueno conocerte Becky. Nos vemos luego.

Sam me miró con una sonrisa triunfal.

―Bueno, eso fue un poco aburrido. Pensé que iba a costarme un poco más intimidarlos.

―¿Por qué has hecho eso? ―pregunté molesta.

―Porque quería estar a solas contigo ―dijo, simple―. ¿Por qué estabas con ellos de todos modos?

―Pues, son mis compañeros.

―Bien, eso realmente no importa. No deberías juntarte con ellos ―contestó, comenzando a caminar y llevándome consigo. Antes de que pudiera protestar por su comentario, prosiguió―: Vine a buscarte porque tengo que mostrarte algo.

―¿Ah sí? ¿Qué es? ―pregunté, tan pronto la intriga me colmó.

―Paciencia, dulzura. Vayámonos a casa.

Un pequeño gran problema [COMPLETA]Where stories live. Discover now