Capítulo 25: Atrapados (POV AUSTIN)

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Antes de que empiece la pelea, Sam me había dicho que solo buscaríamos a los consumidores y nos iríamos. Pero qué iluso... obviamente no iba a hacerle caso.

Me encantaban las peleas callejeras, y no podía participar en primera persona por su culpa, así que no permitiría que me arrebate también la oportunidad de verlos.

Se formó una ronda alrededor de ellos, el gemelo "J" se había quedado sin camisa, mostrando un sinfín de cicatrices en todo el torso, mientras daba pequeños saltos de un lugar a otro.

Killah, todo lo contrario a él, tenía puesta una chaqueta rompe-vientos, con la capucha puesta, y verlo mover su cabeza de un lado a otro hacia sus hombros, hizo que mi sangre empiece a enviar adrenalina a todo mi cuerpo. ¡Joder! Como amaba las peleas.

De un momento a otro, Killah había dado su primer golpe, se acercó a J e hizo un amague con ir hacia la derecha, pero terminó golpeándolo en la costilla con un movimiento zurdo, mientras J se cubría el cráneo con los brazos y retrocedía.

―¡No retrocedas imbécil! ―grité furioso, pero era obvio que no iba a escuchar a través de todos los gritos.

Luego de un par de golpes más, por parte de ambos, la gente no paraba de gritar, y mi mandíbula estaba tan tensa que comenzaba a dolerme la sien. Miré hacia los lados en busca de Sam, y lo encontré alejado de la multitud, hablando con un tipo que reconocía de algún lado. No le di importancia, y volví mi vista hacia la pelea.

Killah había empujado a J para sacárselo de encima, tirándolo hacia un lado. Tenía la nariz y las cejas ensangrentadas, y la mirada perdida en furia. Se levantó de inmediato, para patear con violencia en el costado del tipo que yacía en el suelo. La gente empezó a disminuir la distancia, amontonándose aún más, para no perderse el espectáculo sangriento. Mi cabeza estaba a punto de explotar, podía sentir la adrenalina viajando desde mi estómago, hacia mi cerebro y concentrándose ahí, en mi cráneo que estaba a punto de partirse.

Sentía la cara arder, pasé mis manos sobre mi cara, y noté que de mi nariz salía un poco de sangre. Me limpié con el puño de mi sudadera negra, antes de girarme y darle un puñetazo a un tipo que estaba detrás mío, empujándome para poder seguir a los demás. Cuando vi que tenía la intención de devolverme el golpe, lo empujé, haciendo que caiga al suelo, y empecé a patearlo. Hubiese seguido, de no ser porque Aron ―otro tipo que solía pelear―, se acercó para decirme "Creo que tu amigo está en problemas".

No le estaba por dar importancia, pero se escucharon un par de disparos, y automáticamente giré mi vista hacia donde había visto a Sam por última vez.

La gente acumulada, ahora estaba corriendo hacia todos lados, imposibilitando mi visión, así que empecé a empujar y golpear a todos los que se ponían en mi camino.

A lo lejos, pude ver que Sam estaba forcejeando con el mismo sujeto, y este tenía en sus manos una navaja, dispuesto a atacarlo. Seguí con lo mío, que era empujar y golpear para llegar a Sam, y me apresuré cuando las sirenas de la policía hicieron su acto de presencia a causa de los disparos.

Cuando llegué a mi amigo, lo primero que hice fue tumbar a su agresor, con un tackle perfecto, digno fruto de mis años de futbol americano juvenil.

Sam apoyó su peso contra la pared después de patear la navaja lejos de nosotros, tratando de regular su respiración, mientras yo arrastraba al que ―al verlo de cerca― reconocí como Ben, con quien ya habíamos tenido problemas con él un par de ocasiones antes. Lo levanté tomándolo por el cuello, y lo empujé contra el paredón que teníamos atrás. Él se quejaba, pero no lo iba a dejar escapar ésta vez.

Odiaba la gente como él, las personas que necesitaban acudir a las armas para poder ganar una pelea.

Patético.

Nosotros jugábamos sucio, pero no llegábamos al punto de llevar armas. Eso era caer demasiado bajo.

El primer golpe, fue directo a su estómago, haciendo que se incline hacia delante, dándome la posición perfecta para el segundo golpe, un gancho al mentón, y un puñetazo en el ojo derecho. La vieja confiable.

Seguí golpeándolo en la cara, cegado por la adrenalina que aumentó en el momento en que empecé a ver la sangre brotar de su nariz. Pero, una vez más, me vi interrumpido con mi labor de golpear gente estúpida.

Sam tiraba de mi brazo, mirando preocupado hacia los lados. Y me pareció de lo más idiota que se estuviera preocupando de eso en un lugar como este, lo habría entendido si me desacataba de esta forma en otro lugar un poco más público, pero en el callejón hasta era raro no ver a alguien terminar como Ben: golpeado y moribundo.

Entonces, mi sentido de la audición volvió a surgir, y me di cuenta de algo que momentos antes, no estaba escuchando. Anteriormente, era como si solo pudiese escuchar los quejidos de dolor de la persona a la que estaba golpeando, me olvidé de nuestro alrededor, los gritos de las personas corriendo, tratando de escapar. También volví a escuchar las sirenas de la policía y entendí la preocupación de Sam.

No iba a ser la primera vez que la policía nos encuentrara en este lugar, yo me libraba con unas horas en la comisaría, pero Sam no podía siquiera ser visto por estos lados, ya que su antecedente no estaba limpio.

Ambos miramos hacia los dos lados, las únicas dos salidas que había estaban congestionadas, una por la gran masa de gente estúpida tratando de escapar, y la otra por la estúpida policía. 

Un pequeño gran problema [COMPLETA]Where stories live. Discover now