Capítulo 6: Retomando asuntos olvidados

1K 158 88
                                    

Caminamos unos veinte minutos para llegar a Caribou Coffee.

Las dos pedimos un expreso, aunque ella lo acompañó con un sándwich tostado de mozzarella y tocino, masticado con su boca abierta. Yo ya había desayunado.

Empezamos la conversación con preguntas sobre Cuba, pero notando que no había mucho por decir, terminamos hablando de su trabajo en el hospital.

En Brooklyn Park había un total de veinte hospitales. Pero eran pocos los que aceptaban certificados extranjeros, por lo que mis posibilidades eran limitadas. Encontrarme con Amber me sentó de maravilla; a lo mejor, esta vez sí podríamos entablar una buena amistad.

Las conversaciones con ella eran entretenidas, sorprendiéndome a mí misma cuando salía mi lado hablador. 

Amber no había cambiado en su transparencia. Lo que pensaba lo decía, y sus palabras transmitían toda la sinceridad que podían venir de ella. Hablar con la rubia era fácil porque daba un aire confianza y seguridad; no juzgaba mis silencios, o mis comentarios de "nerd". Cuando notaba que alguna conversación me incomodaba, no dudaba en cambiarlo, haciéndonos reír con sus ocurrencias.

—No te tenía de ese modo Reb —dijo, mostrándome su sonrisa pícara—. Es un modo bastante raro para hacerse notar, pero te ha funcionado... El Doctor hasta te guiñó un ojo.

—No sé de qué estás hablando Am —dije con tono de confusión. Que ella acortara mi nombre de esa forma me incentivó a hacerlo yo también, aunque no teniendo el mismo resultado—. Debe de pensar que soy torpe; su sonrisa fue una de compasión... Y tampoco hubo guiños.

—En verdad eres muy ingenua. —Exhaló sonoramente—. Él estuvo en todo momento escuchando lo que decías, no fue como si estuvo atrás tuyo por pura casualidad. Quería hacerse notar.

Reí, eso era absurdo.

Él era un tipo atractivo, y no pasaba de los treinta años; se notaba que en su tiempo libre iba a ejercitar sus increíbles músculos en algún gimnasio. De estatura, me atrevía a decir que me sobrepasaba por medio metro. Cuando nos enfrentamos, me sacaba como dos cabezas, y eso que yo tenía zapatillas altas.

Pero lo que me pareció atractivo de él, no fue su cuerpo de infarto, ni sus increíbles ojos azules claros. Tampoco su cabello castaño oscuro peinado en un bonito jopo, o su escasa barba de dos o tres días sin afeitar. No es que esas cosas no fueran atractivas, de hecho lo eran. Pero nada comparado a ese pequeño hoyuelo que se formaba en su mejilla derecha cuando sonreía. Eso seguro causaba el suspiro de muchas mujeres en el hospital.

No creo que se haya fijado justo en mí de la manera que insinuaba Amber.

—Cuando compartan tiempo, lo desmentiremos pequeña Rebby —dijo Amber sacándome de mi pequeño trance.

—¿Algún día te cansarás de los apodos?

—Jamás.

***

Devolví a Amber al hospital, ya que tenía prácticas como instrumentista. Su vida era bastante ajetreada.

Al llegar a casa, encontré a papá haciendo una video-conferencia desde su laptop en el living, así que sin hacer ruido me dirigí directamente a mi habitación.

Él había optado por trabajar desde casa cuando Maddison se fue, para poder estar conmigo todo el tiempo que yo no estaba en el instituto.

En algunas ocasiones me preguntaba qué fue de la vida de mi hermana. Cuando ella se marchó —hace como trece años— ella estaba embarazada, y me gustaría saber qué fue de ellos. ¿Seguirá con Garret? ¿Y si se casaron y tuvieron más hijos? Supongo que nos habrían avisado e invitado a la boda.

Traté de encontrarlos varias veces en Facebook. Pero no encontré a mi hermana, y no sabía los nombres de Garret, ni el de alguna de sus amistades. En ese entonces yo tenía once años, y no estaba muy al tanto de la vida de mi hermana mayor, por eso también estuve muy sorprendida cuando me enteré de su embarazo con Garret, su novio del que jamás había hablado.

Mamá lloró mucho por su partida y discutía con papá todas las noches. Al principio pensé que la buscarían, ya que al ser menor de edad no podía salir del país. Pero no lo hicieron. Y las veces que pregunté por ella solo me decían que ellos estaban muy ocupados con los preparativos de la boda; la cual nunca llegó.

Años después, cuando mi curiosidad embargó mi inocencia, supe que era imposible que mis padres supieran de ellos y esa tal supuesta boda, ya que no se comunicaban con ella. Pero no quise indagar más...

Estaba sacando a Jo del baño, cuando mi celular anunció un nuevo mensaje de WhatsApp.

No estaba acostumbrada a recibir mensajes, y me parecía raro que Amber decidiera escribirme, sabiendo que hace menos de media hora nos habíamos visto. Mamá no podía ser, porque ella, en caso de necesitar algo, me llamaría. 

La intriga pudo conmigo, y busqué mi móvil para ver de quién se trataba.

Pero me sorprendí al ver que era un número desconocido.

"Hola :)" 

Un pequeño gran problema [COMPLETA]Where stories live. Discover now