Julieta descubre que el vecino que tanto le gusta no es quien ella creía y, junto a él, se embarcará en una aventura llena de magia para salvar su mundo.
"Cuando el ojo del fuego esté en la cima del mundo, el vapor soportará su mirada"
¿Estoy destin...
—Mizu del Fuego de 19 años, lo nombramos príncipe de la Orden del Fuego y heredero de la casa del Fuego, como segundo hijo del fallecido Rey Uzziel del Fuego. Como hermano menor del actual Rey Vesta y gobernante de la casa del Fuego tiene el derecho de vivir en el Palacio Real y gozar de los beneficios que le ofrece el mismo. No tiene derecho a casarse con una mujer que no haya sido impuesta por el Rey actual Uzziel del Fuego II— decía el portavoz del Rey.
Mizu odiaba todas obligaciones que tenía por haber nacido en una casa Real. Odiaba tener que soportar a los lame botas, los mentirosos y, de sobremanera, que sea su hermano quien decidiera con quién debía casarse. No iba a permitir eso, era llegar al colmo. Había trazado un plan para salir de esa tortura, esa misma noche cuando todos dormían, después del festejo de su nombramiento, saldría del castillo y huiría. Sabía el peligro que eso conllevaba, no volver a ver a sus amigos, no hablar de la vida con el panadero del palacio, no volver a ver a la hermosa chica de las flores rojas que recorría la orilla del río todas las mañanas, incluso, si lo descubrían, tal vez lo matarían, pero no le importaba porque preferiría una vida en soledad que rodeado de gente odiosa como los de la corte, los caballeros o los demás nobles que solo aclamaban las acciones del rey, su hermano mayor, nada de eso detestaba más que el saber que era su hermano quien decidía con quién se casaría y qué debía hacer por el resto de su vida.
Y se fue sin reparos, se mudó lejos, donde nadie lo encontraría jamás, llevó el oro suficiente como para que no faltara nada por un largo periodo de tiempo. Llegó a una tierra que todos creían mitológica. Consiguió una manera de sobrevivir en ella, se instaló bien en el nuevo mundo del cual solo conocía por los libros.
Por más que le resultaba extremadamente difícil, no volvió a utilizar el poder que el Dios de dioses le concedió en nadie. Tal fue su éxito en ello, que no volvió a sentir la necesidad de utilizarlo, ni el deseo de hacerlo, hasta que la conoció.
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Espero te guste y sigas leyendo que este es segundo libro que publico, ¡va ser mejor que nunca! Si ves algún error no dudes en decirme y si me quieres dar un consejo, tampoco lo dudes, estoy abierta a todo.
