VII

179 21 4
                                    

Recuerda princesa el miedo no buena compañía

Porque te ata completa y tapa la vista.Camina a mi lado yo seré tu guíaPorque en medio del camino te haré encontrar la salida.



Cuando llegamos a la oficina, mamá nos recibió con un abrazo maternal frente a los demás, pero en cuanto cerró la puerta, detrás suyo, apareció el mismo diablo frente a nosotros.

— ¿qué haces con tu padre? ¿Por qué tienes pelo rojo? ¿Es alguna etapa de rebeldía que aún no pasamos? — dijo, sus ojos pasaban de papá a mí y de mí a papá con rapidez, creí que sí seguía así comenzarían a lanzar láser para destruirnos— me dijiste que saldrías con Cristian y ¿ahora me vengo a enterar que vinieron a ver a tu papá y que te teñiste el pelo? ¿Me vas a decir ahora que voy a ser abuela tan joven?

— tiene 17 años ¿cómo permites que salga con un hombre de 30? — dijo mi papá— confías tan rápido en las personas que no te das cuenta que la niña podría estar en peligro.

— nunca pensé que vendrían a verte Alejandro— respondió y se sentó pesadamente en una de las sillas frente a su escritorio, como si lo que dijo mi papá le hubiese sacado todas las fuerzas que junto para regañarnos, luego lo volvió a mirar, pero esta vez con ternura y cariño— ¿estás bien? ¿Llamaste a Alicia para que cocine? Si sigues comiendo lo que tú mismo haces vas a terminar intoxicado.

Me sorprendí bastante, mi madre tenía contacto con mi padre, por un segundo me molesté al ver todo lo que había sucedido sin que yo me enterase, pero lo que estaba pasando en el presente era más importante.

— mamá— llame su atención, no quería seguir perdiendo el tiempo— vino un Rey de Vesta a buscarme y Cristian me salvó

— ¿Vesta? ¡¿Permitiste que un hombre de ese espantoso lugar se acerqué a nuestra Julieta?! — dijo mi mamá borrando toda preocupación de su rostro— tú mismo dijiste que ellos la matarían ¿Cómo fue que lo permitiste?

— ellos fueron a buscarme a casa mamá— dije— y Cristian me ayudó... él es un vestaino, papá lo ayudo a establecerse aquí.

— ¿ahora quien confía a nuestra hija al peligro? — agregó papá, yo le lancé una mirada fulminante, pero está se evaporó por completo antes de llegar a él, porque mi madre se encargó de mandarlo a pasear un momento por el mundo de los muertos con la mirada que le lanzo. Cuando estaba por refutar el comentario de mi padre intervine.

— sólo escuchan lo que quieren y buscan motivos para pelear, escúchenme. Lo que quiero decir es que en ese lugar me necesitan y voy a ir.

— no lo harás, dile que no lo hará Alejandro— suplicó a mi padre, él se limitó a mover la cabeza de un lado a otro negando su intervención— no irás a ningún lado

— No te estoy pidiendo permiso, Cristian me necesita ahí— lo cierto era que Cristian tampoco se notaba muy feliz con la idea de que yo vaya, pero sabía que, a pesar de todo, yo debía estar ahí.

— yo te necesito aquí— dijo mamá y miró a papá— nosotros te necesitamos.

— Ustedes se tienen a los dos, no vuelvan a alejarse el uno del otro— dije— él me necesita para conseguir su reino... y justicia, además no me iré por siempre, lo ayudo y vuelvo.

— no es tan fácil Julie, seguro pelearás con uno de ellos y no tienes como protegerte— dijo mi padre— tú no tienes preparación, no tienes entrenamiento y tus poderes de oráculo no sirven en pelea.

HIJOS DEL FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora