IV

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El amor no es algo que encuentres, es algo que te encuentra.



Subimos al colectivo de larga distancia, Cristian seguía sin decir mucho, el hombre amable y risueño había desaparecido, en su lugar estaba uno serio y callado, seguía siendo amable pero no era el mismo, después de la noche anterior no volvió a decir nada más, al principio pregunté algunas cosas sin decir directamente que lo había escuchado, pero al ver que no respondía a nada opté por no volver a hacer ninguna pregunta. Me concentré en mirar el paisaje, los árboles, los ríos, los cerros, pero sobre todo las nubes, amaba mirar las nubes cada vez viajaba con mama de un lugar a otro, mi mayor diversión era observar los algodones, así le llamaba cuando era una niña, esta vez no fue la excepción, no veía formas en ellas simplemente me gustaba verlas e imaginar lo que se sentía estar en ellas.

Cristian estaba dormido, con los brazos cruzados y la cabeza gacha, los vellos rojizos de su barbilla habían crecido un poco más, el sol se filtró por la ventana y fue a dar a su cabello dejándolo aún más naranja de lo que era, de pronto abrió los ojos.

— hasta en mis sueños siento tu mirada— dijo enderezándose y esbozando una sonrisa— ¿qué sucede?

— nada, solo te observo

— tu mamá sabe que estás bien— dijo— hable con ella anoche y me tome la libertad de pedir permiso para salir de viaje juntos y ella aceptó, sonaba feliz, dijo que soy tu primer amigo.

— mamá está loca

— ella se preocupa por ti

Eso era más obvio, mi mamá toda la vida se preocupó por mí, nunca me hablo mal de mi padre, siempre me dijo que él era un buen hombre, a pesar de que nos dejó, solo que, con muchos problemas. Nunca me negó ningún capricho pero sobre todo, siempre se mató trabajando para que no me faltara nada. Creo que aún seguía enamorada de mi papá porque nunca volvió a tener otra pareja, desde que llegó Margarita no había vuelto a llorar de noche, escondida bajo las sábanas, ella era gran apoyo para mamá. Yo siempre la molestaba con mi maestra porque quería que ella vuelva a hacer su vida, que tenga pareja, sea feliz pero la única vez que le hable de eso, dijo que una persona se casa una sola vez por amor y que ella nunca estuvo de acuerdo en tener otra pareja. Mamá era, es y siempre será admirable.

— quiero contarte algo— dije.

— te escucho

— cuando el tipo vestido de rey se acercó a mi ocurrió algo extraño.

— ¿qué?

— Vinieron a mi mente un montón de imágenes— dije y me quedé en silencio, mi vecino me miró esperando respuestas, entonces proseguí— Primero vi que estabas vestido como el tipo ese, parecías un rey, te daban una espada luego te ponían una corona un poco más pequeña, como si fueras un príncipe— dije— además sentí escalofríos cerca del rey ese, fueron como muchos sentimientos a la vez y no sabía cómo sentirme y luego extrañamente mi cuerpo quería seguirlo.

— ¿y tú? — preguntó, su rostro cambio de expresión, parecía enojado, nervioso, al parecer no le gustaba hablar de aquel pelirrojo.

— conscientemente no, pero mi cuerpo se movía solo, no respondía a mis órdenes.

— mira, esto es peligroso, ni siquiera yo entiendo por qué quieren llevarte, tal vez es un capricho de mi hermano

— ¿tu hermano? — pregunté, según había dicho él, no sabía de su familia desde hace mucho tiempo.

HIJOS DEL FUEGOWhere stories live. Discover now