XXXIX (final)

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La sala del trono estaba muy lujosa, el piso parecía fuego y las paredes de color naranja conminaban con todo el castillo, habíamos decidido casarnos en Vesta, más bien, yo quería casarme ahí y como ni Yuki ni la reina pusieron resistencia, ahí estaba yo, a punto de casarme. Mi madre estaba llorando, no dejaba de abrazarme y mi padre parecía incomodo, sonreía, pero no se notaba demasiado contesto, tal vez estaba nervioso. Del techo colgaban arañas de cristal y de éstas, telas rojas y naranjas, gracias a la luz que entraba por los enormes ventanales de la habitación, las telas se reflejaban en las arañas y un color parecido al fuego se podía ver en el techo blanco. Mis padres me acompañaron hasta el centro del pasillo formado por los invitados donde me esperaba Yuki, esta sonriente, feliz, emocionado, sus ojos brillaban de alegría.

— espero que sea feliz, porque si no, tengo varios hechizos y conjuros que conozco de memoria— dijo papá cuando colocó mi mano en la de Yuki.

— le prometo que será la mujer más feliz del mundo.

— De todos los mundos— agregó mi mamá y besó mis manos mientras aún lagrimeaba.

Miré al frente y a unos cuántos metros estaba el trono del Rey hecho de ópalo de fuego y el de la reina de la misma piedra. Yuki sostenía mi brazo, la sonrisa no se borraba de sus labios, a mí ya me dolía los pómulos, realmente era sorprendente la fuerza que tenía mi futuro esposo. Cuando llegamos al trono Cristian subió a la tarima y me sonrió, pero parecía estar un poco cansado por las ojeras dibujados bajo sus ojos.

— ¡Bienvenidos! — Dijo, tomo mis manos, se acercó a mi mejilla y la besó— nuestra unión es más de sangre que de amor.

— ¡así es! — respondí y también besé su mejilla.

También se acercó a Yuki y le dijo algo al oído, el muchacho de ojos celestes me miró y sonrió incómodo.

— Estamos todos reunidos aquí para celebrar la unión de estas dos personas— dijo Cristian, realmente sonaba a un juez hasta que siguió con las siguientes palabras— Aisha, la diosa madre, la creadora del amor y madre del Dios de Dioses, creo en ustedes este vínculo de amor irrompible, el Dios de Dioses permitió que se encuentren y nuestros padres Ciro y Nerea bendicen por siempre ésta decisión que tomaron.

La reina Barsha se acercó con una soga y Cristian ató mi mano y la Yuki.

— ésta soga representa el lazo que los une y sólo se romperá cuando Aisha llame a alguno de los dos.

Marzalea se acercó a nosotros con una jarra de agua y Cristian nos dio copas, sirvieron el agua en cada copa, yo tuve que darle de beber el agua a Yuki y él a mí.

— así como el agua de Nerea es capaz de dar vida, ustedes deben dar vida con ésta unión.

Por último Inaia y Barsh llegaron junto a nosotros con una vela cada una, Barsha puso la vela en mi mano e Inaia en la de Yuki.

— Que el fuego forjador de Ciro les ayude a ir creando, con su fuerza y carácter, cada hijo que traigan al mundo— dijo Cristian después me pidió, con la mirada, que prenda las velas. Yo obedecí— Julie, ¿quieres lo de besar a la novia? Es que eso no está en el ritual— me susurró.

— Sí— dijo Yuki antes de que yo contesté, simplemente sonreí.

— el ritual ha terminado, puedes besar a tu esposa— dijo Cristian, después volvió a hablar— esta unión tendrá mayor fuerza después de la consumación.

La fiesta se comprendía de tres partes fundamentales, las danzas, presentación de regalos y por último la cena, pero mientras los invitados disfrutaban de las danzas, los novios debían consumar el matrimonio, era la parte que más me ponía nerviosa porque nunca antes lo había hecho y por lo que hablé con Yuki, él también era virgen. Yo había leído algunos libros para saber qué hacer y cómo hacerlo, pero el hecho de leer esa clase de información, me ponía más nerviosa. Cristian nos llevó hasta la puerta de nuestra habitación.

HIJOS DEL FUEGOWhere stories live. Discover now