XXXVIII Especial

62 6 1
                                    


La tierra quiso mostrarme que tus ojos nunca serán míos
La gran tierra quiso enseñarme que tu corazón no late conmigo
¡Que cruel es el destino que no nos quiere juntos!
¡Que triste es camino cuando no estás conmigo!

Ya todo está marcado, ya no hay nada que hacer
Todo se ha cumplido como tenía que ser.
Ahora debo resignarme a buscar mi camino
Tal vez vea cosas buenas una vez emprendido.


El príncipe Mizu estaba parado frente a la habitación de Umadalia, recordando las veces en las que ella lo protegía de su hermano o cuando limpiaba las heridas que se hacía, nunca había sido un niño muy quieto, siempre quería aprender más y más y nunca antes se había dado cuenta de que en realidad, era su madre la que le enseñaba todo, le mostraba lo que debía hacer y siempre le recomendaba perdonar a su hermano, ella sabía de la maldad de la reina y las veces en la que la el príncipe era golpeado por ella, era Axalia la que lo consolaba, Mizu podía decir orgulloso que realmente fue criado por su madre.

— majestad, el joven Yuki ha venido a visitarlo— dijo una de las nuevas damas del castillo.

Desde que el fuego le arrebató sus poderes al rey Uzziel y lo desterró al mundo sin magia de los humanos, Vesta había sido, cada día, un poco más próspero, hacía meses que todo había vuelto a la paz, Barsha volvió a Ohian y volvía una vez a la semana para saludar a Mizu, Yuki también vivía en el castillo de Ohian, pero era la primera vez que venía desde que Julieta se fue.

— es un gusto volver a verte— dijo Mizu abrazándolo, Yuki le devolvió el abrazo.

— vino Barsha conmigo, dijo que va a saludarte después de que hablemos.

— está bien.

El despacho del rey era una habitación habilitada recientemente, estaba decorada con colores cálidos, Mizu, la utilizaba como si fuera una sala de trono mientras la otra era reconstruida.

— por cierto, felicidades Majestad— Yuki se sentó frente al escritorio y Mizu frente a él.

— ¿por qué no viniste? Tú y Barsha era invitados especiales.

— es que, no me sentía bien, sabrás...

— la extrañas, yo también.

— Majestad, tuve un sueño donde estaba ella y su hermano— dijo mientras sacudía levemente su pierna— él la encontraba y quería vengarse.

— Yuki, tú no tienes visiones ¿y si fue sólo un sueño?

— pero quiero asegurarme de que está bien— insistió.

— su padre es un gran oráculo y médico, el señor Alejandro sabrá cómo proteger a su hija— respondió— además ahora vive con ella.

— déjame verla, por lo menos de lejos.

— ella te olvidó y a mí.

— ¿cómo estás tan seguro? — Yuki no se daba por vencido.

— lo dijo el fuego Yuki, lo recuerdas, después de sacar el poder a mi hermano y de expulsarlo de Vesta, ella no iba a recordar nada, por eso el fuego nos pidió que la llevemos con su padre, si ella recuerda...

— lo sé, si recuerda podría volver los poderes de Uzziel— dijo pesimista— pero si viniera, nosotros la protegeremos.

— ¿quién protege a las demás personas? Nosotros peleamos por la paz de los cuatro reinos, no por Julieta.

HIJOS DEL FUEGOWhere stories live. Discover now