Louis es invitado a ver el partido de Inglaterra vs Croacia, en la copa del mundo. Tiene un accidente en las escaleras y un lindo rizado es quien le ayuda en ese patético y vergonzoso momento.
Había algo en ese chico que le había dejado anonadado...
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Una semana después de su último encuentro con Louis en su casa, Harry se encuentra de vuelta en el estudio de grabación. Ha estado escribiendo como loco desde su vuelta de Rusia, anotando ideas y componiendo a mitad de la noche, quedándose en el piano o con la guitarra hasta que la luz de las primeras horas del día le llega directamente a la cara. No quiere decirse a sí mismo que su inspiración ha renacido o incrementado con la llegada de aquel pequeño y sexy futbolista de ojos azules que responde al nombre de Louis.
Aunque va a ser sincero por un momento y reconocer que sí, básicamente todo se está centrando en él, bueno, su inspiración.
Pero también hay algo más, además de las ideas creativas que llegan como un torrente de agua a su cerebro. Y eso es el hecho de que Harry lo extraña, sí, extraña a Louis y tiene la audacia de admitirlo, al menos en su interior y no en voz alta. Ellos no se han visto desde que se encontraron en la casa del rizado y tuvieron esa maravillosa y extenuante velada. Harry realmente extraña a Louis, extraña sentir el cuerpo cálido y fornido del hombre entre sus brazos.
El ojiverde quiere golpearse duro en las pelotas y también a su cabeza contra la pared más sólida que pueda encontrar. Y es que Harry tiene esta extraña manía de encariñarse demasiado rápido con las personas, no solo sentimentalmente, aunque en este caso no está muy seguro. Esta manía le ha traído muchísimas decepciones y también dolor, porque cuando acaba o no resulta, es él quien termina herido emocionalmente.
Pero realmente no puede evitarlo, hay algo en Louis que le hace querer seguir adelante, que le hace sentirse un poco menos miserable y estúpido al extrañarlo tanto. Y es que Louis es una persona a la cual es inevitable querer, abrazar y cuidar, o al menos así es como lo percibe el rizado. Harry no había sentido ese instinto de protección hacia alguien desde que su hermana fue dañada por un horrible patán hace años atrás y fue él, el rizado quien prestó su hombro para que su hermana pueda llorar y desahogarse cuando más lo necesitó.
Y ahora, ahora, de alguna manera es ridículo.
Sí, es ridículo porque ellos no llevan más de dos meses de haberse conocido y Harry definitivamente no debería sentirse tan ansioso todo el tiempo, con la necesidad de querer llamarlo o de querer verle otra vez. Ni siquiera es una cosa sexual—aunque cuando está junto a Louis de alguna manera siempre termina siendo sexual— es solo, él, queriendo verle, queriendo ver esa sonrisa tan hermosa que el chico tiene, queriendo sentirle a su lado, mientras le abraza después de alcanzar el orgasmo.
Harry sabe que está jodido.
Jodido por Louis Tomlinson, hasta lo más profundo.
Y sabe que no puede hacer nada, porque aunque suene estúpido o precipitado o incluso loco, ha caído por él, de una manera rápida y sin retorno. Harry ha quedado completamente envuelto en Louis Tomlinson y todo esto no hace más que solo escalar más y más. Pero también sabe que cuando todo acabe o si nada funciona y es solo él sintiéndose nuevamente encariñado, sufrirá muchísimo.
