» trece

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Durante los dos días que Harry ha estado en la ciudad, ellos han tenido abundante, abundante sexo.

Decir que lo han hecho en casi todas las superficies lisas – y no tan lisas – de la casa de Louis sería una completa falacia. Porque lo han hecho en todos lados; en el baño, en la mesa del comedor, en el sofá, en la alfombra, contra la puerta de entrada, solo por nombrar algunas o está esa vez, cuando se aventuraron un poco más de lo debido y en una de sus salidas a recorrer la ciudad acabaron haciéndolo en un callejón al costado del cine de medianoche, todo porque Harry se había pasado las dos horas de duración de la película toqueteando a Louis en la oscura sala.

Habían sido sin duda alguna unos días intensos, llenos de sexo y de momentos juntos que se convertían poco a poco en recuerdos. Pero dejando todo el tema de su extenuante y continua vida sexual, ellos realmente se habían estado divirtiendo juntos. Saliendo a comer, haciendo recorridos turísticos, paseos en las noches, idas al cine o simplemente a caminar por el vecindario de Louis, hablando de todo un poco. Habían tenido bastante tiempo para poder conocerse mejor el uno al otro y eso les había sentado de maravilla.

La noche del segundo día de la llegada de Harry a Londres, Louis se decidió y llamó a su entrenador, pidiendo los siguientes dos días libres. En los tres años que el ojiazul llevaba allí, jamás había pedido un día libre, jamás había solicitado un permiso o se había ausentado sin razón. Así que fue una verdadera sorpresa para el equipo cuando lo hizo, efectivamente les dieron los días, pero le hicieron prometer que llegaría antes de las dos de la tarde el día de su regreso y eso fue todo.

Tenía más tiempo ganado para estar con el rizado.

Aquella tarde había sido agotadora, habían conducido hacia las afueras de la ciudad para conocer una reserva de aves, luego pasearon por el centro de la ciudad y comieron comida hindú. Louis le hizo una mamada a Harry en el auto, estacionados al final de un aparcamiento vacío de una farmacia y luego volvieron a casa.

Para cuando llegaron allí, solo pudieron tomar una ducha rápida antes de meterse a la cama y que sus ojos se cerraran por completo, debido al cansancio acumulado. Cuando Harry se acomodó contra el costado de Louis, siendo la cuchara más pequeña y soltó un ronroneo cuando Louis había besado su nuca y acariciado su cintura.

Louis cerró sus ojos sonriendo, sintiéndose en paz y pensando en cómo abrazar a Harry se estaba sintiendo como la mejor cosa de su vida.




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Shit, I'm Stupid » lsWhere stories live. Discover now