012 | #TodaTuCulpa

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NICK

¡Se suponía que no tenía que venir!

La niña está en la puerta. Mamá permanece en la mesa revisando asuntos de sus clientes, sin mirar directamente a quien le habla. Rechaza que la niña entre.

—Dile que no tenemos nada para dar—le suelta a Anabel.

—Pero no viene a pedir, insiste con que es amiga de su hijo.

—¿Nicholas?—pregunta, mirándome directamente.

Entonces abandono mis apuntes de la escuela y salgo corriendo hasta el portón de rejas.

Ahí está.

Apenas me ve, sacude sus manos de manera desaforada.

—¡Hey, hola!

¡Oh, no!

Mamá se acerca hasta quedar a mi lado y evalúa con la mirada, en un claro gesto reprobatorio.

—¿En verdad es tu amiga?—me pregunta—. ¿Va a tu escuela?

—Yo...la conozco. ¿Puede pasar a beber leche y galletas?

—No creo que sea buena idea, pequeño Nick.

—Sólo será un momento y se marchará.

No tengo amigos. Nunca los tuve. En la escuela todos son unos idiotas, cerca de casa no me dejan salir mucho y en el club los chicos me consideran un niño raro.

—Dile que pase. Revisa que no traiga navajas—le señala mamá a Anabel y le pido disculpas en mi pensamiento. Sólo espero que mi reciente invitada no haya escuchado eso.

La dejan pasar. Anabel se acerca a ella y le hace una pregunta. Mi invitada responde que no. Era obvio que no iba a revisarle los bolsillos, aunque mamá sí lo hubiese hecho.

—Pueden jugar en la sala hasta que esté lista la merienda—señala mi madre evadiendo el gesto saludarla directamente—. Por cierto, Nicholas, ten cuidado con las ratas.

Y se va.

Anabel se coloca a nuestro lado:

—¿Qué quieren para la merienda?

Mi invitada rubia de pelo sucio y cara sin lavar, me mira con los ojos grandes y sus labios gruesos separados.

—Leche y galletas con chips de chocolate para ambos—le contesto a Anabel. Creo que mi amiguita no va a salir pronto de su asombro.

—Bien—señala y se va.

Luego cruzo un brazo por los hombros de la invitada y la arrastro hasta la sala.

—Se supone que la gente normal contesta cuando le hacen una pregunta—farfullo a su oído. A ella se le desencaja la mandíbula en cuanto pasamos. Mamá se está retirando a su despacho con sus cosas.

—¿Lo dices en serio?—me pregunta—. ¿Nicholas...? ¿En verdad toman merienda? Esa palabra sólo la había escuchado en una película, hasta hoy. Además, ¡¿tu otra mamá está por traerte leche con galletas?!

—¿Otra mamá?

—Ya sabes, la que se fue a la cocina. Además de la otra que es mala y se acaba de marchar con sus cosas.

—¡Hey, mi madre no es mala! Quien nos traerá las galletas es Anabel, nuestra nana. Mamá acaba de irse a trabajar a su...

—¿Nana? ¿Como Mary Poppins?

+18 Las Mentiras del JefeWhere stories live. Discover now