084 | #IMPERDONABLE

9.8K 1K 54
                                    

NICK

—Tiraste abajo la empresa—declara Amber, dejándome absorto. Ella tiene sus acciones, pero no en la misma medida que el resto. Decidió apartarse hace mucho tiempo.

—¿De qué estás hablando? ¿Y qué haces sentada en mi sillón?—la provoco en el mismo gesto de pocos amigos con el que me la encuentro ahora, invadiendo mi lugar.

—No hay problema—dice.

Y se levanta para sentarse arriba del escritorio, tirando al suelo mis cosas. No es por el valor que tienen lo cual genera mi malestar, sino porque se encuentra ultrajando lo poco que me queda.

—Ahora—insiste, notando que va logrando sacarme de quicio—, dime cómo diablos hacemos para repuntar. Tenemos cuentas en rojo, nadie querrá invertir, los ingresos se han visto obsoletos con cuentas imposibles de declararse. ¿En qué carajos estabas pensando?

—Esa mierda de Little no era la empresa que decidimos fundar. ¿Acaso tu estabas al tanto de todo esto?

—Por supuesto que no lo estaba...aunque quizás algo sospeché en cierta ocasión. El punto es que tú destruiste ese pilar que estaba sosteniendo nuestros ingresos de mierda.

—Dirty puede abastecerse por sí sola.

—¡No sin esa jodida isla que exhibiste! ¿Por qué no mejor vas y prendes un canal de noticas? Estás a punto de jodernos a todos. Prepárate para que esta vez no solo te retiren matrícula, sino que serás el hazmerreír de todo el ámbito profesional, Nicholas. Esta vez la jodiste en serio, no solo te cogiste una alumna.

Amber se aparta del escritorio y comienza a caminar hasta mí. Lleva puesta una de sus típicas faldas apretadas que muestran demasiada pierna y su chaqueta de hospital a punto de reventar por su pecho prominente.

Cuando ya está lo suficientemente cerca, sentencia su amenaza:

—Me vas a pagar todo lo que me debes y con intereses. Devuélveme mi parte de Dirty.

—No te he comprado la parte que te corresponde.

—Ahora sí. Y de aquí en más no haré otra cosa que salvarme el pellejo a mí misma. Si no te cuidas tú mismo, no lo hará nadie.

Intenta sobrepasarme e irse, pero la detengo sosteniéndola de un brazo.

Ella queda gélida.

—No me toques—sentencia.

—Esto es por Natalie, ¿verdad? Creíste que la dejaría.

Ella me mira de arriba abajo en gesto de asco y dolor.

—Es por todo. Creí que en verdad podríamos tener algo nosotros. No me seguiré arrastrando por ti.

—No necesitas arrastrarte. Solo no hagas intento alguno por dañarme.

—Vete a la mierda—escupe.

Y se suelta de golpe, dejándome solo en el infierno que yo mismo me construí, piedra por piedra.

NATALIE

—Conseguí localizar a tu amigo Serge. Al comienzo debí amenazarlo, pero ya sabes que me gusta divertirme con gente así.

Estamos solos con Babe en la habitación. La mujer se encuentra con los chicos al otro lado.

Aun estoy que no salgo de mi asombro.

Eso explica la generosidad de Vicent al explicarme las coordenadas. Estaba intentando ayudarme a escapar.

—¿Prefieres darte una ducha y luego seguimos hablando?—propone. La verdad que han sido horas agitadas y no recuerdo hace cuánto fue que hice una rutina normal.

+18 Las Mentiras del JefeWhere stories live. Discover now