MARATÓN 2/3
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NATALIE
En la actualidad...
Hay distintas maneras de esclavizar personas en el mundo hipermoderno de Internet.
Ya sea obligando a mantener a alguien silenciado a cambio de no difundir una foto porno u obligándole a trabajar quitando su deseo por la tarea.
Como ocurre con algunos chicos del ámbito del entretenimiento con vídeos o música. También con los escritores online. Empresas que toman personas del ámbito del arte con producciones ya concluidas las cuales logran tener algún efecto o beneficio económico, ofreciéndoles así un contrato. En él les obligan a producir más y más, en cantidades y tiempos inhumanos a cambio de una ínfima suma de dinero.
Lo que no contemplan y es fundamental es que el artista necesita tener más de un compromiso laboral, sino no hay alternativa de que pueda subsistir de ello, pero los contratos se vuelven cada vez más estrictos y exigen más, y más y más. Escribir o componer en enormes cantidades periódicas, arrebatando la joya más preciada que yace en la tarea de crear: inspiración.
Por presionar, terminan cayendo en la frustración, en el enojo, porque saben que necesitan el dinero y que han firmado contratos que prometían una pequeña alternativa para conseguir que no les falte el plato de comida.
Y si no cumplen con esas empresas, los revientan, los multan, quitan sus oportunidades, consiguiendo así una persona artista enojada con su propia tarea, exprimido en su inspiración y, por mientras, los productores van rastreando a otros que están llenos de ilusión a fin de poder hacerles exactamente lo mismo.
No hace falta estar en Internet para conocer la lógica descartable de las personas, pero sí es el sitio donde se vuelve más cruda y evidente esa realidad.
Quizá Dirty y todos sus derivados van un paso más allá, captando cuerpos reales en el sistema virtual, los explotan y luego los desechan. Por mientras ya hay en la lista otras personas a quienes agregar.
¿No era este el proyecto de Nick? Sí. Pero no con la finalidad de la explotación sino a condición de rescatar lo más humano y singular de algunos que podrían ocupar el lugar del desecho actual impuesto por la ciencia, la tecnología y el mercado.
No logro quitarme ello de la cabeza. Aún estando en una maravillosa suite de este hotel que ha de cumplir seguro con cinco estrellas. Claro, si estuviese en un sistema reconocido por todos. Aquí, se pueden calificar a sí mismos de la manera que sea.
¿No es ese el modo en el mundo desea manejarse en la actualidad? ¿Es a lo que Kaneki se refería cuando realizaba su propuesta de estar a la altura de la época? Adelantarse a lo que vendrá.
Nuevas maneras de hacerse esclavizar, que pinta como un lindo hotel cinco estrellas, una enorme cama preciosa, juego de sillones, restaurantes bonitos, el objeto de conseguir cosas a riesgo propio.
Deshacerme de mis prendas, meterme bajo una ducha que sale de todas partes, disfrutar de grandes comodidades. ¿Cómo es posible que todo esto haya sido montado sin que nadie lo descubriese? ¿Por qué tiene clientela si no figura en las listas de las agencias de turismo?
Bueno, la Internet tiene distintas capas de publicitar anuncios.
Entonces Nick...¿está vivo?
No sé cuál sea mi parte en todo esto, pero si algo me quedó claro en la versión que Magda me dio antes, es que ahora debo salir renovada y aceptar trabajar para ellos en tanto la única opción para avanzar en mis objetivos. Conocer de punta a punta la manera en que funcionan las cosas en este sitio.
Una vez que salgo de la ducha envuelta en un afelpado juego de toallas, me encuentro con elementos de belleza e higiene necesarios. Opto por hacer lo tradicional.
Ya lista e higienizada para vestirme, descubro en el armario un lindo equipo de prendas formales y playeras. Si cumplo, me prometen el paraíso; si no lo hago, sé que estoy muerta.
Ninguno de estos trajes corresponde con la persona que soy, pero opto por una falda y una camisa blanca no muy adherida. No soy de esas personas que se asfixian hundiendo el estómago para poder sacar busto.
Tras dejarlo en la cama, descubro desde el espejo principal, que tras de mí yace un sobre deslizado bajo la puerta.
Me apresuro en ir hasta este, sin embargo, una vez que lo tengo en mis manos, siento que lo que haya dentro podría estallar.
Tras despejar mis pensamientos amenazantes, abro el sobre y me encuentro con una foto.
Es Malcolm.
Está atado, amordazado y lastimado en el suelo de la cabaña.
No sé si sentirme con bronca, pena o regocijo al ver eso. Me engañó y respondió terriblemente mal ante mí.
Cuando volteo la foto, tengo un mensaje de un bolígrafo que conozco.
"Hizo mal la tarea, pero dejaré que tú decidas su destino 😉"
Jamás pensé que aceptar entrar en este mundo podría traer tan grandes consecuencias.
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#LasMentirasDelJefe
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