075 | #CAIMÁNDORADO

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NATALIE

"Búscate un caimán dorado".

¿Y eso?

¿Por qué me resulta tan familiar?

Una vez que estoy en la sala de cómputos para investigar el algoritmo que pone en funcionamiento el nuevo software de FURIUS, me encuentro con el block de notas abierto y ese mensaje escrito.

Y opto por añadir texto debajo:

"¿Magda?"

Espero, pero no responde. Es posible que alguien se haya dejado el programa de notas abierto con eso escrito. Pero no sé por qué me resuena tanto. Intento hacer un esfuerzo por recordar a qué me remite, mientras rastreo los documentos y la programación del dispositivo.

La interacción con las ondas serotoninérgicas es normal, las conexiones sinápticas condicen al flujo sanguíneo adecuado para no generar una erección. La científica en la sala se encargó de disminuirla.

Y al pasar, mientras quiero deslizar a una ventana de Internet, decido abrir nuevamente el block de notas. Llevo tiempo sin navegar con libertad en la web, aunque es probable que esta máquina se encuentre protegida al igual que todo tipo de conexión en la isla donde ahora vivo. Apartada informáticamente, en lo físico y también dentro de cualquier reglamentación moral.

Pero decido llamarme a la abstinencia de Google a fin de poder revisar las notas y...

Ha respondido. No sé de quién se trate, quizás estoy enloqueciendo, pero estoy segura de que eso no lo escribí yo.

"Sumérgete. Ve más profundo".

—Toc, toc. ¿Se puede?

Magda entra abriendo la puerta y doy un salto. Ella suelta una carcajada.

—Me encanta invadir espacios ajenos—señala. Tras ella viene Nick trastabillando en sus pasos culpa de la herida, siendo acompañado por dos guardias. Uno de ellos trae al paciente con quien experimentó las tres versiones de FURIUS. No está erecto, los valores condicen a los que señala el sistema.

Magda se vuelve a mí. He minimizado el block de notas.

—Me estaba poniendo al tanto del funcionamiento del software—le digo. Ella examina eso y luego vuelve a mí:

—Bien. Y que se note el sarcasmo de pedir permiso para entrar, en mi caso. Después de todo, este es mi espacio al igual que todo lo que está en este montón de tierra paradisíaca.

—Es nuestro.

La voz de Kaneki me obliga a volverme hasta la puerta y verlo entrar. Viste una de sus formales camisas de tela sedosa y pantalones impecables.

Mi mirada interroga a Magda quien capta la pregunta implícita en ese cuasi gesto de confianza: ¿él está al tanto de todo esto? Claro, es imposible que no sepa que un laboratorio se ha montado para multiplicar el proyecto CUERPOS al proyecto FURIUS. Me pregunto cuántos otros estarán improvisando ahora mismo, haciendo pruebas en personas a fin de "mejorar la calidad de vida de la humanidad". ¿Acaso las guerras mundiales no permitieron grandes "progresos"?

—Kaneki y yo estamos realizando una inversión millonaria en esto. Creemos que puede ser tanto o más redituable que el proyecto CUERPOS.

—Están reciclando embriones. Eso no es negociable—me siento estúpida en cuanto lo termino de decir.

—¿Acaso en el mundo más allá de estas costas, no se vende el esperma, los óvulos y los embriones? Por favor, querida. No me hagas dudar de tu capacidad—es Kaneki quien responde.

—También queremos mejorar la virilidad de unos cuantos. Las células madre que producen los embriones y las placentas inútiles, son la joya que nuestros genetistas estaban necesitando.

Si algo me está enseñando trabajar para ellos, es que el comercio y el uso que hacemos de la explotación de cuerpos humanos y animales es algo tan real que necesitamos ignorarlo para poder mantenernos cuerda. Yo no elegí estudiar Medicina para esto, en verdad quería ser de ayuda para salvar a mi madre.

—¿Por qué no se ponen a producir curas contra tumores malignos?—les suelto, de modo retórico.

No tengo respuesta, pero el vacío se completa al captar que Nick reaparece. Ha estado en el despacho de atrás. Ahora tiene puesta su bata de médico, barbijo, guantes y el cabello cubierto.

—¿Qué está sucediendo?—pregunto.

—Hay que abrir a este chico para saber qué está funcionando mal—me dice Magda.

Y todos mis sistemas de alarma se encienden.

No sirve que pongan su vida en peligro, no más aún, si el problema no es a nivel orgánico.

Sino de software.

Nunca creí que podría llegar a saber tanto de algoritmos e intervenciones quirúrgicas, pero se lo ha intervenido con tecnología cibernética de punta. Hay un software haciendo funcionar su cuerpo, más allá de las regulaciones "naturales". De ser solo por ello, él ya se habría muerto. Sin el dispositivo, no creo que le fuese factible tolerar las intervenciones.

—Aún no me pongo al tanto del funcionamiento completo del sistema, solo han sido unos minutos—reclamo.

—Llevas manipulando computadoras desde toda la vida. Podrás ser de ayuda—responde Magda.

A lo que Kaneki añade:

—No es por querer ser tu asesor de coaching, Natalie, pero tienes un talento nato para la manipulación de estos sistemas. Podrás hacerlo. Y nuestros inversores quieren una respuesta rápida.

—Exacto—Magda camina hasta la puerta señalando las cámaras en cada esquina—, lo único que tienen que hacer es trabajar. Los inversores no tolerarán la espera a que se genere un cuarto modelo del FURIUS. Hay contratos de por medio a punto de incumplirse.

—¿Y qué culpa tenemos nosotros tres de que ustedes estén haciendo las cosas con prisas económicas?—no logro contener el reclamo—. ¡Si este hombre muere, no tendremos ningún FURIUS! ¡Se requiere tiempo!

Magda suelta un suspiro y se retira junto a uno de los guardias.

Kaneki deja su mensaje en claro antes de marcharse con el otro de los tipos de seguridad.

—Si él muere, tenemos muchos otros prototipos en quienes investigar—acto seguido observa a Nick—. Empezando por el doctor. El éxito de este programa depende de ti.

Al igual que la vida de Nick...


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#MARATÓN 1/5

+18 Las Mentiras del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora