Veintinueve

1.5K 103 15
                                    

Caminé a pasa tranquilo por el pasillo hacia la enorme puerta marrón claro. Toqué dos veces antes de oír el típico pase y abrí la puerta adentrándome en el despacho. Cierro la puerta y con mi mejor sonrisa miro al hombre ante mi.

—Señor Sanders, ¿como esta?

—Loren, ya no hace falta que me llames Señor —reprocha y me siento como si hablara con mi tio o algún familiar—. Solo Frank a partir de ahora, vale?

—Vale —asiento sonriendo y Frank me señala el sofá a nuestra derecha para que me siente.

—Ethan me ha dicho que está encantado contigo.

Oh, no te queda duda. Esta encantado de follarme contra su mesa, la pared, en un baño del club o en su casa.

—Me alegra oír eso —sonrío hasta que siento que me duelen las mejillas.

—En cuanto te conocí supe que serías ideal para el puesto —explica tan amable y simpático como siempre, este hombre me cae muy bien—. Todos los demás socios también te adoran, me ha contado que tus ideas son maravillosa.

—Gracias Frank, pero tampoco es para tanto —digo restándole importancia empezando a ponerme roja de la vergüenza.

—Claro que es para tanto, Loren —replica—. Eres una chica muy brillante y Ethan me mataría si se me ocurre decir algo malo sobre ti.

Mi tonto. Ese rubio no podía estar callado. Miedo me da saber que cosas le habrá dicho de mi.

—Solo quiero que hagas una cosa por mi Loren —asiento esperando a que se explique—. Ethan...puede resultar muy complicado a veces, solo te pido que tengas cuidado y mucha paciencia con el —abro la boca para hablar pero Frank sigue hablando—. Ha tenido una vida muy complicada y a veces resulta...complicado.

—De eso ya me di cuenta hace mucho, Frank —río y el se une a mi.

—No me refería a eso... —antes de que pueda continuar el sonido del teléfono lo interrumpe.

—¿Señor Sander? —se oye la voz de la recepcionista a través del interfono—. Su mujer se dirige a su despacho.

Los golpes en la puerta nos avisan y una mujer abre la puerta llevando de la mano a una niña pequeña que me mira y se esconde detrás de su madre con vergüenza.

—Hola cariño —habla Frank a su mujer dándole un beso en la boca—, ¿que haces aquí?

Se agacha para coger a la niña de unos seis años en brazos que le rodea el cuello escondiendo la cara en su hombro.

—Necesito que cuides a Valerie —dice la mujer apartándose el pelo castaño claro hacia atrás—. Tengo que ayudar a Clare con la boda.

—Cariño, no puedo —dice Frank dándole un beso a la niña y dejándola en el suelo—. Tengo una reunión muy importante.

La mujer pone mala cara y se cruza de brazos mirando a su mirado con sus grandes ojos verde oscuro.

—Yo podría cuidarla —me levanto del sofá y dos pares de ojos me miran sorprendidos—, no me importa.

—No quiero que dejes de lado el trabajo, Loren.

—Tranquilo Frank, no pasará nada —insisto—. Estoy segura que Ethan no le molestará.

—¿Estas segura? —pregunta la mujer mirando a su hija.

Asiento de nuevo y Frank se arrodilla ante su hija.

—Valerie cielo, vas a quedarte un ratito con Loren, vale? —le dice con voz dulce—. Pórtate bien.

La pequeña asiente y alza la mirada a su madre que le da un beso en la mejilla despidiéndose antes de irse.

Llama del deseo ✔️ [Llamas #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora