Quince

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—Me encanta tu coche —hablo embobada mirando el precioso coche por todas partes.

Ethan ríe pero sigue fijo en la carretera.

—¿Solo te gusta mi coche? —se burla y yo lo miro alzando una ceja.

Aparta la vista de la carretera para mirarme, pero solo puedo ver mi reflejo en los cristales poralizados de sus rayaban, no puedo ver sus preciosos ojos.

—Ayer me dejaste claro que te gustan otras partes de mi —sigue burlándose y yo creo que estoy roja como un tomate.

Sigue siendo el mismo capullo engreído. Aunque he de admitir que me gusta que sea así de abierto y sincero aunque me haga sentir vergüenza.

Mientras recorremos las calles en silencio solo con la música de la radio de fondo me distraigo viendo por la ventana las bonitas vistas de la playa.

—Bueno, y ¿a donde te llevo?

Dudé unos segundos a punto de decirle la casa de mis padres, pero luego recordé que debo hablar con mis amigos asique le indico la calle hacia el piso de Derek. Frena delante del lujoso edificio y me dispongo a salir si su mano no me retuviera. Se ha quitado las gafas y me mira fijamente.

—Prometiste que volverías a la empresa —dice en tono lento y bajo —Espero que cumplas tu promesa.

Asiento intimidada por su mirada y me bajo tragando grueso. Cierro la puerta y me adentro esperando que el Audi desaparezca. No quiero girarme pero cuando miro por encima de hombro para echar un vistazo veo que arranca y ahora si vuelve a la carretera.

Subo en el ascensor y timbro insistentemente como hago siempre para anunciar mi llegada. Derek no tarda en abrirme la puerta y me adentro en el salón donde Hannah esta sentada en el sofá con el móvil en las manos.

—¡¿Donde coño estabas?! —me grita furiosa pero antes de que pueda hablar se lanza a abrazarme—. Nos hemos vuelto locos estúpida.

—Casi nos matas del susto —Derek me quita a Hannah de encima y ahora es el quien me estruja entre sus brazos.

Entierro mi cabeza en el pecho de mi mejor amigo como hago siempre pero no se siente tan reconfortante que con Ethan.

—No vuelvas a asustarnos así por favor —murmura besando mi cabeza.

—¿Por que no cogías el puto móvil? Te he llamado mas de cien veces —grita Hannah y le hago ojitos a Derek.

—Deja de gritarle, Hannah —me salva mi mejor amigo frotando mi espalda de forma reconfortante—. ¿Por qué no contestabas?

—He perdido el móvil —me separo de el y me siento en el sofá.

—¿Y donde has estado? ¿Por qué no nos avisaste de que te ibas? Recorrimos todo el casino. Casi llamamos a la policía —los gritos de Hannah hacen que me entre dolor de cabeza.

—Ethan vino a buscarme —me masajeo las sienes con los dedos.

—¿Ethan? ¿Tu jefe? —inquiere ella arrugando la frente.

—Estaba muy borracha, no sé porque le llamé —confieso abrazando un cojín—. Solo sé que apareció y me llevó a su piso cuando estaba muy borracha.

Derek asiente y se va a la cocina. Hannah suspira abatida dejándose caer al sofá.

—Me a. legro que haya sido el quien te encontrara y no cualquier cerdo psicópata —me mira y sonríe—Parece que te cuidó bien.

—Mucho —sonrío como una tonta colegiala enamorada abraza al cojín.

Hannah no hace mas preguntas cosa que agradezco porque tampoco quiero contestar. No sería capaz de mentirle ni de ocultarle que me acosté con mi jefe y que esta mañana me chantajeó dándome los mejores orgasmos de mi vida.

Llama del deseo ✔️ [Llamas #1]Where stories live. Discover now