Siete

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Todavía sigo pensando como es posible que lo haya echo. ¿Por qué lo hice? Ese maldito dios petulante tiene una influencia impresionante sobre mi. Me ha echo firmar el puto contrato sin siquiera pensarlo con claridad, me dejé llevar.

Me pasé la noche dando vueltas, a penas dormí unos minutos entre vuelta y vuelta, deseando con todas mis fuerzas que cuando despertara el contrato y Ethan solo hayan sido una maldita pesadilla, pero cada vez que abría los ojos me daba cuenta de que no lo era.

Mas temprano de lo normal me levanté de la cama y me di una merecida ducha relajante. Busqué en mi armario y me puse mi vestido negro favorito con la americana blanca junto a mis maravillosos tacones negros y plateados, tengo que dar una buena impresión de seria y elegante. Me colgué el bolso al hombro y cogí mi viejo maletín donde metí mi pequeño y viejo portátil, mi estuche de colores y la tableta gráfica de dibujo para el ordenador. Bajé bastante entusiasmada a la cocina donde mi padre se encontraba con mi madre desayunando.

Es bastante temprano por lo que mi padre aun no salió a trabajar.

—Hola cariño —me saluda mi madre al verme entrar dándome un beso en la mejilla dejando un plato de galletas sobre la mesa.

No tenía mucha hambre pero sabría que no me dejarían salir si no comía algo asique me obligué a engullir una de las galletas de chocolate de mi madre.

Me senté al lado de mi padre bebiendo mi zumito y este mi miraba con una enorme sonrisa de oreja a oreja. Se agachó a un lado para coger una caja del suelo y la dejó delante de mi narices.

—¿Qué es esto? —miro a mi padre que no deja de sonreír y luego a mi madre que esta igual.

—Ábrelo —me insta mi padre.

Levanto la tapa y saco lo que hay dentro. Un maletín negro. Es sumamente precioso, suave y brillante, con un bolsillo delante y por dentro es lila claro con un montón de bolsillos.

Salto hacia los brazos de mi padre y de mi madre abrazándolos con fuerzas.

—Gracias, me encanta.

Vacío mi viejo maletín y meto todo en el nuevo, mas ordenado y limpio. Les doy un beso de despedida y salgo hacia el coche dejando mi precioso maletín nuevo a mi lado. Reviso la hora en mi reloj y arranco hacia la oficina. Dejo el coche en el parking y nada mas entrar me quedo pillada sin saber donde cojones tengo que ir. ¿A que planta me dirijo? ¿Tengo que ir a la de Ethan? No creo, una simple directora de marketing no tiene que estar en la misma planta que el.

Ignorando a las recepcionistas me dirijo directamente hacia el ascensor y me voy al ultimo piso.

Iba a acercarme a las recepcionistas de esta planta cuando me encuentro a Ethan hablando con ellas, al oír el ascensor se gira y dibuja una sonrisa la verme.

—Señorita Parks —dice de forma amable y eso me hace fruncir el ceño, luego recuerdo que estamos en el trabajo delante de gente que trabaja para el.

—Ethan...digo...señor Langhford —me corrijo rápidamente poniéndome recta y el suelta una risita nasal agradable.

—Me alegro que esté aquí —se acerca a mi poniendo una mano en mi espalda empujándome ligeramente hacia delante—. Olvidé decirte donde estará tu despacho.

—¿Mi despacho?

¿Voy a tener despacho para mi sola? Esto empieza a gustarme cada vez mas. Significa que podré tener mi espacio lejos de este capullo arrogante e imbécil. Pero cuando me empuja hacia el pasillo de la derecha en este piso empiezo a tensarme. ¿No estaremos en la misma planta verdad?

—Espera —freno apartando su mano de mi espalda—, ¿mi despacho esta en esta planta? Dijiste que no tendríamos que vernos mas de lo necesario.

Ethan se ríe y me impulsa a seguir caminando hacia el final del pasillo donde hay unas puertas dobles iguales a las suyas.

Llama del deseo ✔️ [Llamas #1]Where stories live. Discover now