Veintidos

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Me remuevo en la cama cuando me entran ganas de ir al baño. No quiero levantarme, estoy a gustito.

—Loren deja de moverte -se queja la voz somnolienta de Ethan.

—Me hago pis —le informo con una risita tonta.

—Pues ve al baño y no me despiertes —gruñe apretando mi cadera.

—No puedo levantarme.

Mi brazo esta alrededor de su torso y el suyo rodeando mi espalda y nuestras piernas están enredadas. Además estoy muy cómoda y no quiero levantarme.

—No voy a moverme —informa haciéndome reír por pensar lo mismo—. Estoy a gusto.

Me quedo así un rato hasta que la no aguanto mas y me suelto de sus brazos para correr al baño. Me explotaba la vejiga. Me lavo las manos antes de salir y me encuentro la cama vacía y echa.

Menudo psicópata. Pongo los ojos en blanco y salgo de la habitación cuando huelo café.

Llego hasta la cocina y el esta de espaldas aun en pijama. Recién levantado y vestido así es como mas me gusta. Todo despeinado, con esa camiseta blanca de algodón y los pantalones de cuadros azules, esta para comérselo. Bueno, mas que de costumbre.

Se da la vuelta y se apoya sobre la encimera con la cadera y me mira en la puerta. Se ríe y estoy segura de que tengo una cara de boba con la baba colgando.

—¿Café? —me pregunta cogiendo otra taza de las que tiene colgadas a un lado.

Asiento y me voy a sentar a una silla de la isla. Ethan deja la taza frente a mi y se apoya justo enfrente al otro lado del mármol. Tiene la taza entre las manos y me observa mientras le doy tragos pequeños al líquido caliente. Parece concentrado, tiene el ceño fruncido y los labios apretados mientras me mira casi sin pestañear.

Quiero preguntar que pasa cuando rodea la isla y se para delante de mi.

Sus dedos llega a mi pelo y lo aparta hacia un lado y roza despacio mi cuello. Hago una mueca y me aparto de forma instintiva cuando me toca en una zona que resulta dolorosa. Siento un pequeño ardor donde ha tocado.

Sus ojos están fijos en esa zona que seguramente este roja. No quiero recordar lo que pasó a noche pero es difícil olvidar a ese cerdo y recuerdo muy bien que fue ahí donde me mordió muy fuerte.

Con el dedo índice y el pulgar agarro su mentón y hago que me mire a los ojos.

—Mírame —pido en un intento de borrar los sucesos de anoche.

Ethan suelta el aire por la nariz y se obliga a sostenerme la mirada.

—Te ha dejado marca —gruñe dejando caer el pelo de nuevo para taparlo—. Si te hubiera...tocado, lo mato.

Su frente se apoya en la mía y suelta el aire lentamente. Cierro los ojos dejando que su calor y su olor se apoderen de mi. Su olor es tan maravilloso.

—Eres mía —afirma—. Mía y solo mía.

Se me ponen los pelos de punta cuando sus labios rozan los míos. Todo el malestar de ayer despareció de golpe gracias e este adonis egocéntrico e idiota.

Antes de que llegue a besarme me aparto.

—No puedes besarme —susurro dolida.

—¿Qué? —pregunta confundido—. Claro que puedo.

—No puedes —repito—. Estas comprometido con otra.

Deja caer la cabeza hacia atrás y suelta una carcajada sonora antes de negar repetidamente mirándome.

Llama del deseo ✔️ [Llamas #1]Where stories live. Discover now