Veintiuno

1.4K 105 2
                                    

He perdido la cuenta de cuanto tiempo llevo caminando. Después de correr un buen rato para dejar atrás la fiesta me metí entre los arboles por si Ethan o alguien me veía y acabé en alguna calle desconocida y seguí caminando hasta acabar en un puerto.

Pensé que acabaría perdida y no me quedaría otra que llamar a Hannah pero necesitaba pensar a solas un rato.

Dejé a mi mejor amiga en la fiesta sin decir nada. Supongo que estará muy borracha o le habrá dicho algo Ethan. Pero estará demasiado ocupada ya que si me hubiera visto salir corriendo no me habría dejado ir sola. Conoce mi historial de problemas con chicos o mas bien con un chico en particular, y jamás se apartaría de mi lado si supiera lo que ha pasado. Lo que me hace pensar que se estará emborrachando y molestando a los invitados con sus bailes ridículos.

No quiero sacar el móvil por si me ha llamado Ethan asique solo sigo caminando sin rumbo por el puerto mirando los barcos mecerse en el agua. Esta zona esta un poco oscura solo hay un par de farolas iluminando y algunas parpadean a punto de fundirse.

La verdad es que me da mal rollo ir por aquí sola. Hay mucho silencio, las calles están vacías y solo se oyen las olas moverse contra la rocas del muelle y algún coche pasando a la lejos. Paso al lado del club náutico de piragüismo en dirección al fondo para ir al pequeño mirador para ver el mar.

—Hola preciosa —oigo una voz grave y rasposa a mis espaldas y me paralizo—. ¿Qué hace una chica tan guapa como tu sola por aquí?

Trago saliva y no quiero girarme. Ahora mismo tengo miedo, mucho miedo. Y desearía con todas mis fuerzas que fuera Ethan y no el desconocido siniestro que tengo detrás. Quiero girarme y enfrentarle para que sepa que no le tengo miedo pero sería mentira. Estoy paralizada y saldría corriendo si fuera capaz.

Oigo sus pasos sobre la piedra. ¿Por qué no estoy corriendo lejos? Quiero ir a mi cama. A mi segura y reconfortarle cama.

Siento su cuerpo detrás de mi, muy pegado a mi espalda. Su cara se acerca a mi pelo y noto que me está respirando en el cuello. Un asqueroso olor llega a mis fosas nasales y siento nauseas. Este tío apesta mogollón.

Me armo de valor y me giro apartándome de el. Lo tengo de frente y creo que me da mas asco que de espaldas. Lleva el pelo castaño revuelto, por primera vez eso me parece asqueroso y no sexy. Una barba de unos días creciendo alrededor de su mentón, sus ojos verde oscuro están inyectados en sangre y una sonrisa malévola baila en sus labios. No parece un vagabundo ni un sin techo, va bien vestido solo tiene la ropa arrugada.

Da un paso hacia mi y yo retrocedo otro.

—¿Por qué huyes preciosa? —me produce nauseas que me llame preciosa, no suena a piropo, lo dice como algo sucio y repugnante—. No escapes, podemos pasarlo bien juntos.

Sigo retrocediendo y el sigue avanzando, un poco torpe pero decidido.

—Aléjate —consigo hablar pero me tiembla la voz por el miedo.

No me obedece, sigue andando y yo retrocediendo. Mi espalda choca contra la pared y el sonríe victorioso.

Mierda. No, por favor. Esto no puede estar pasando.

Sus manos se apoyan a cada lado de mi y me aprisiona con su cuerpo. Me entran nauseas cuando su olor entra en mi nariz y aparto la cara asqueada. Su rostro esta muy cerca.

—No me toques —mi voz sale aguda e intento mantenerle la mirada pero estoy temblando y me da mucho asco.

—Te lo pasarás muy bien preciosa —susurra en mi oído con esa voz rasposa.

Intento empujarle pero tiene mas fuerza que yo a pesar de que esta drogado por lo que ejerce mas presión para que no logre salir. Veo como se relame los labios y quiero golpearle pero sus manos baja a mis muñecas y me las sujeta y dirige su asquerosa boca a mi cuello para empezar a chupar y morder mi piel.

Llama del deseo ✔️ [Llamas #1]Where stories live. Discover now