PIEZA CLAVE

7.7K 573 209
                                    

Ochako Uraraka despertó con una gran sonrisa en su rostro, el cuál se tornó con un fuerte color carmín al abrir los ojos y ver frente a ella la cara de cierto chico peliverde, él se encontraba dormido abrazandola con fuerza, el tono carmín aumentó de intensidad (si es que eso era posible) al darse cuenta de que no llevaba  prácticamente nada puesto y su compañero no tenía camisa ni pantalones... permitiendo que el contacto corporal sea lo más cercano e íntimo posible.

Para la castaña, ver así al pecoso fue un ataque de ternura directo al corazón... tal vez era su respiración tranquila, aquella pequeña sonrisa posterior a lo realizado anteriormente o la pequeña capa de sudor que aún no desaparecía del todo, podía ser que no lo hubieran hecho, pero las complacencias carnales por parte de ambos los habían dejado agotados.

Después de unos minutos admirando al chico, la aspirante a heroína se dio cuenta de algo... la habitación estaba completamente oscura, extrañada recorrió con la mirada aquel cuarto, sólo para encontrarse con un reloj de pared que ¿brillaba en la oscuridad? Haciendo que se preguntara dónde había conseguido Deku tal peculiar aparato... Si tan sólo supiera que éste había sido un regalo de cierta chica rubia...

- Deku - Llamó sorprendida al ver la hora.

- Cinco minutos más amor...- Pidió el chico mientras su compañera enrojecía.

- Amor...- Repitió la sonrojada Ochako.

- ¿Me llamaste?- Respondió Deku ahora despierto mientras le sonreía a la fémina.

- Tonto...- Dijo antes de besar suavemente la naríz del pecoso... obteniendo un leve tono carmín en las mejillas del chico, el cuál no fue visto por la oscuridad de la habitación.

- Deku... son las 3 am... nos quedamos dormidos toda la tarde- Explicó asombrando al chico quién saltó de la cama.

- Mierda...- Maldijo el pecoso a la par que se ponía una camisa y unos pantalones cortos para dirigir su mirada a su compañera. - ¿Te apetece un bocadillo de media noche?- Preguntó con una sonrisa mientras se acercaba lentamente y a la fémina que ya estaba sentada a orillas de la cama.

- Claro...- Respondió mientras se ponía de pie hipnotizando al chico quién involuntariamente quedó atrapado en el  balanceo de los pechos de su compañera.... maldita sea ¿cómo podía ser tan erótica?

Una vez ésta se vistió con provocadora lentitud, para mala suerte del chico, se dirigieron a la cocina de los dormitorios, en dónde la amante del Mochi se ofreció a hacer un par de emparedados que ambos disfrutaron mientras reían en voz baja para que nadie se diera cuenta... o eso creían...

- Bien Deku... debo ir a mi habitación- Explicó sonrojada

- Está bien... pero te prefiero en la mía...- Le susurró al oído. - Desnuda...- Completó sonrojando a la chica.

- Idiota...-

- Buenas noches...- Se despidió con un suave beso en los labios que aumentó el ritmo cardiaco de su compañera, la cual se fue corriendo de ahí ganando un suspiro del pecoso.

- ¿Sabías que es malo escuchar las conversaciones ajenas... eh Kirishima?- Preguntó con una pequeña sonrisa tensando al pelirrojo que se había mantenido escondido detrás del sofá... honestamente no es que él fuera ese tipo de persona, pero el aspirante a héroe Red Riot se había levantado por un bocadillo y al escuchar pasos hizo lo primero que se le ocurrió para evitar ser descubierto.

- Lo siento Midoriya- Respondió poniéndose de pie.

- No te preocupes... además necesito hablar contigo.- Aclaró tensando al pelirrojo. - No le arruinaste la sorpresa a Kacchan ¿verdad?- Cuestionó con sorna.

- No. - Fue la simple respuesta de Kirishima.

- Eso era todo lo que quería saber... Gracias...- Dijo al momento de darse la vuelta.

- Midoriya - Llamó con tono algo elevado.

- ¿Sí?- Cuestionaba mientras daba media vuelta.

- ¿Por qué no odias a Bakugou?- Preguntó extrañado.

- Asumo que el imbécil ya te habló de sus acciones...- Suspiro cansado. - Es simple... al principio lo admiraba, pero después de todo lo sucedido ¿qué clase de persona admiraría a tal idiota?- Interrogó con diversión. - Pero... No puedo odiarlo por abrirme los ojos. - Explicó asombrando al pelirrojo por la bondad del peliverde.

- ¿Y nunca pensaste en vengarte?- Interrogó temeroso ganando una sonrisa altanera del pecoso.

- Muchas veces... pero hacerle algo similar no solucionaría las cosas...- Aclaró seriamente antes de volver a sonreír. - Por eso quiero darle una dolorosa lección.-

- ¿A qué te refieres?-

- Sé que Kacchan siente  algo por Uraraka.- Explicó asombrando nuevamente al pelirrojo. - Es por ello que le demostraré que ella nunca será, es o ha sido suya...-

- ¿No tienes miedo de que suceda algo similar a lo anterior?- Preguntó el chico de afilados dientes.

- No... de mi cuenta corre que Uraraka sea feliz... a mi lado... tanto como para que cualquier cosa dicha o hecha por ese idiota no le afecte en lo más mínimo.-

- Vaya viejo... eso fue muy varonil.- Alabó el pelirrojo.

- Es por ello que necesito tu ayuda Kirishima...- Sacó a relucir el pecoso.

- ¿Qué? -

- Responde algo... ¿Qué harías si te hicieran algo similar?- Preguntó tranquilo.

- Intentaría vengarme del idiota...- Respondió seguro.

- Es por eso que eres una pieza clave en todo esto... tú mejor que nadie sabes lo que Bakugou planea... y sin tu ayuda no podré darle una lección a mi propio idiota...-

Después de meditarlo unos minutos Kirishima llegó a la conclusión de que... siendo sinceros, Bakugou se merecía una lección, hacerle eso a alguien tan bueno como Midoriya... no era de hombres y éste último estaba en todo su derecho.

- Tu ganas...-

NUNCA HA SIDO TUYA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora