FRANQUEZA

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Izuku y Ochako despertaban después de un agitado día, ambos aún cubiertos por una leve capa de sudor registro de una placenteras tarde y noche en la que ambos se habían dado cariño hasta la saciedad y eso le encantaba al pecoso, con Ochako el tiempo pasaba volando, le gustaba todo de ella y claro, después de recapacitar acerca de lo que había hecho antes... la decisión estaba tomada.

La castaña descansaba la cabeza en el formado pecho del chico, mientras este pasaba su mano por la cintura de la fémina, ambos con una sonrisa satisfecha.

-Princesa...- Llamó suavemente el chico mientras subía la mano derecha hasta rozar la oreja que no tocaba su pecho.

- ¿Qué sucede Deku?- Preguntó un poco adormilada mientras se tallaba los ojos.

- Me voy...- Dijo levantándose.

- ¿Qué sucede Deku?- Cuestionó extrañada.

- Ochako... Me voy...- Repitió sin verla.

- Pero...-

- Princesa... necesito que ahora que salga de tu habitación, te arregles y te pongas más linda de lo que ya eres... hoy tendremos una cita.-

La declaración hizo sonrojar a la castaña, a fin de cuentas nunca había tenido una cita con su peliverde.

- Claro Deku...- Aceptó sonrojada mientras dirigía la mirada al chico quién en esos momentos sólo llevaba un par de calzoncillos mientras tomaba sus pantalones y camisa.

- Antes de salir, ponte algo más de  ropa... no me gustaría  que alguien más que yo te vea así.- Dijo nuevamente la chica recordando a Mina y a Toru que ya lo habían visto.

El sonrojo en sus mejillas  aumentó por lo territorial que había sonado.

El peliverde sonrió ante esto y se acercó para besarla, gesto que inmediatamente fue correspondido por la chica. - Tu actitud territorial me excita- Susurró al oído de la castaña antes de lamer su lóbulo, ocasionando que un pequeño gemido saliera de la boca de la chica de mejillas llenitas.

Sin más Izuku se colocó la camiseta primero y después los pantalones.

Una vez fuera se dirigió a las duchas  al igual que la castaña y al rededor de las 8:30 de la mañana, la pareja ya estaba lista para salir, la primera parada de aquella cita fue una pequeña cafetería, el aroma era agradable y bastante acogedor, los encargados eran muy amables, pero en particular con Izuku, en su mayoría las personas que atendían la cafetería eran mujeres mayores, las cuales abrazaban muy familiarmente al pecoso... cosa que molestaba cada vez más a la castaña.

Cuando estaban por abandonar el lugar, Uraraka vio que Deku se acercaba a la que  parecía ser la dueña del establecimiento, quién al igual que la mayoría de las encargadas lo abrazó cariñosamente haciendo fruncir el ceño a la castaña, después de todo durante aquella detención, el peliverde había admitido que algunas mujeres mayores atraían su atención y en esos momentos esa misma idea parecía un disco rayado en la cabeza de la amante del mochi, ideas que desaparecieron al escuchar a la dueña del lugar.

- Saluda a Inko de mi parte...- Pidió mientras Deku se alejaba de ella.

- Claro que si, fue un gusto volver a verla.- Respondió sonriente el chico antes de llegar junto a su cita.

- ¿Nos vamos?- Preguntó recibiendo un asentimiento por parte de la castaña.

- ¿Cómo encontraste este lugar?- Cuestionó con el ceño fruncido.

- La dueña es amiga de mi madre...- Respondió con una sonrisa.

- Oh... bueno...- La chica se tranquilizó un poco.

NUNCA HA SIDO TUYA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora