VI: I can't say

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La primera vez que lo vio su corazón palpitó con fuerza.

La noche anterior había soñado con él, un recuerdo aleatorio, de cuando el peliverde le comentó que se había enamorado del hermano del Hijo del Dragón.

Se soñó a si misma, exclamando lo feliz que se sentía por él, lo mucho que le alegraba saber que su amigo había encontrado el amor. Usando una máscara, ocultando su dolor detrás de una sonrisa amistosa.

Era su amigo, su buen amigo. El chico que admiraba, su primer e inocente amor. Aquella persona a la cual jamás se atrevió a confesar en aquella vida.

Fue cobarde. Fue débil.

Cuando conoció a Izuku en aquella nueva vida, no pudo evitar enamorarse de él otra vez. Su fuerza de voluntad, su amabilidad, la forma tan dulce en la cual le hablaba, su deseo por ayudar a todos y convertirse en el héroe que siempre soñó.

Era todo lo que quería. Era todo lo que soñó.

Katsuki era todo lo contrario.

Era una persona que jamás trató muchas veces en su vida pasada, pero siempre admiró aquella relación que Shouto y él tuvieron.

Un amor de cuento de hadas. Fuerte. Puro. Genuino. Uno que terminó en tragedia.

Ella quería eso. Quería ese amor pero con un final feliz. Sabía que era infantil, pero quería sentirlo, quería decirlo. Quería decirle que lo amaba, que lo hacía desde su vida pasada.

Pasó un año. Reunió el valor. Se lo diría, el primer día de clases se lo diría.

Katsuki no fue el único que escuchó la confesión en el patio de la escuela. Hubieron tres personas que lo escucharon ese día.

Uraraka escuchó a Midoriya confesarse. Lo vio besar a Todoroki. Los vio sonreírse mutuamente, la mirada brillando con un afecto tímido e inseguro que crecería.

Oculta tras el borde del edificio, mirando a la nueva pareja, se cubrió los labios con ambas manos. Lentamente cayó, ignorando que había otra persona sintiendo su mismo dolor. Pero, mientras que aquel otro no lloró, ella si.

Otra vez no pudo decirlo.

— Uraraka.

Despertó. Se había dejado llevar por los recuerdos de ese día. Sucedía muy a menudo.

Le tomó un par de segundos darse cuenta del lugar en el cual estaba. La biblioteca. Durante todo ese tiempo se mantuvo mirando la espalda de Midoriya quien buscaba y tomaba los libros que necesitaba. Ahora, los ojos verdes estaban sobre ella, preocupados por su silencio.

—¿Eh? ¡Ah! Perdón, ¿decías algo? — cuestionó como si nada.

La preocupación seguía reflejada en los iris esmeraldas.

Dolía, no quería que la mirada con esos ojos tan suaves, como si tuviese más valor que el de una simple amiga.

—¿Estas bien? Te ves un poco... Distraída.

Sonrió. Arrebató el libro que Izuku sostenía y asintió.

— Estoy bien, solo me distraje pensando en algo.

En alguien, más bien.

Midoriya no parecía convencido con su sonrisa, pero no insistió. Volvió a darle la espalda, buscando los libros que pudieran servirles para el informe mientras la chica leía el contenido de estos.

Su atención volvió a dispersarse al escuchar gente entrar a la biblioteca. Notó que se trataba de Bakugou, con Shinzou y Todoroki a su siga.

Por un momento creyó que, en cuanto el bicolor viese a Deku ahí, y viceversa, se acercaría. Pero no lo hizo. Cada uno continuó con su propio equipo de trabajo. 

Why are you so angry? [©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora