Why are you so angry? [©]

IV: Stressed out

El olor del humo era sofocante. Combinándose fácilmente con el polvo a su alrededor, con aquel que se levantaba mientras más escombros caían, mientras algunos disparaban y el aroma a la pólvora entraba por sus fosas nasales, irritando sus ojos y garganta, queriéndolo hacer toser pero sin permitirse el tiempo para ello. No podía cerrar los parpados, debía mantenerse atento a su alrededor.

Alzó un muro de hielo antes de que los escombros del edificio destruido a un lado, a causa de la lucha entre villanos y otros héroes, pudiesen caer sobre él o los civiles que debía evacuar.

—¡Necesitamos su cooperación para evacuarlos rápidamente! —dijo a los civiles a su alrededor. Sus iris bicolores recorrieron cada rostro y luego se posaron en la ola congelada que los protegía por ese momento—. ¡Los que puedan caminar síganme! ¡Uravity, ayuda a los que no puedan moverse!

Ochako asintió. La heroína preguntó quien estaba herido y no podía moverse. Entre los héroes de rescates y algunos paramédicos, atendieron rápidamente a los civiles lesionado, luego Uravity los hizo flotar y los evacuaron rápidamente. Shouto tomó entre sus brazos a una mujer sumamente herida que se negó a que la otra heroína usara su quirk en ella, no era extraño ese tipo de reacción o negación, y después de tantas practicas y tiempo en el campo, aprendieron que lo mejor era evitar llevarle la contraria a los civiles a menos que fuese necesario; muchas veces debían acatar a lo que estos pedían para hacer del rescate más rápido y simple; al otro lado de la muralla de hielo la lucha continuaba, así que no había momento para discutir.

Aunque atendió a la mujer con los primeros auxilios correspondientes, la herida de esta era grave y la sangre seguía saliendo. Shouto sintió parte de esta empapar su traje de héroe, la sensación era incomoda y sentir la respiración de la persona entre sus brazos, cada vez más débil, comenzaba a aumentar su ansiedad, pero no tenía tiempo para paralizarse o sufrir un ataque de ansiedad en ese mismo momento.

Los servicios de urgencias estaban esperando a unos metros lejos del enfrentamiento. Aquel tipo de ataque era el que Shouto más despreciaba, aquel que los villanos iniciaban desde la nada misma y sin razón aparente, poniendo en peligro a tantos civiles inocentes que tan solo tuvieron la mala suerte de estar en ese lugar ese día, o tal vez incluso aquello era parte del jodido destino. Fuese lo que fuese, era irritante, molesto y triste; tantas personas heridas, tantas vidas perdidas, tanta sangre entre sus manos que a veces podían evitar solo si ellos, el equipo de rescate o el de ataque, llegaran a tiempo, pero siempre había algo que hacer; algo que arreglar, alguien que rescatar, y de alguna forma debían priorizar uno por sobre el otro.

Solo media hora antes de que ese ataque iniciara, él estaba en otro lugar, ayudando en otro rescate, transportando a víctimas de un robo de banco a las ambulancias que no dejaban de recorrer la ciudad durante el día. Tuvo que irse a mitad de la misión a petición de su padre; dejando a algunas personas, con heridas de balas o por quirks, desangrándose, gravemente heridas y conmocionadas, pero los villanos que atacaron el banco no eran de tan alto rango como los que seguían intentando controlar los héroes de ataque al otro lado de la muralla de hielo que levantó.

Sintió su comunicador vibrar en el bolsillo de su traje, seguramente lo necesitaban en otra zona después de aquello. Era miércoles, un miércoles sangriento como solían llamarlo; la curva de ataques subía lentamente desde el domingo hasta el martes para explotar el día medio de la semana, y luego iba bajando lentamente en los días restantes. Pero incluso si los crímenes descendían, el estrés psicológico para los héroes no. Las heridas de los miércoles no se cerraban y desaparecían en un par de días, pero a nadie le importa. Estaban al servicio de la población, en esos momentos no eran más que maquinas que no tenían el derecho a quejarse, llorar, sentir dolor o cansarse de todo y todos.