X: Let me alone

6.7K 929 595
                                    

Lo odiaba, realmente lo odiaba.

¿Por qué se dejaba confundir tan fácilmente por su padre? Demonios, a penas fueron un par de frases, pero fue suficiente para que su cabeza estuviera distraída durante el resto del día. Tampoco ayudó que, durante gran parte de la tarde, Shinzou le estuviera enviando mensajes manteniendolo al día respecto al informe que debían entregar en la semana que se aproximaba.

Lo peor fue cuando Hitoshi tomó una selfie de su maldita cara aburrida, y estaba Todoroki al fondo con una expresión entremezclada entre la confusión y la concentración mientras revisaba los apuntes.

Le prohibió enviarle fotos, pero en vez de texto, recibió otra foto del pelimorado mostrandole el dedo medio. No pudo evitar enfurecerse, y al mismo tiempo sentir un poco de gracia por ese gesto. Le envió una selfie suya con el mismo gesto. Hablaron un poco más, y cuando ya era tiempo de que volviera a los dormitorio le exigió que dejara de molestarlo.

Ignoró las miradas de complicidad que su madre le enviaba, y el semblante un tanto deprimido de su padre. Suspiró, se negó a ser acompañado hasta la estación y simplemente se marchó con una fuente del almuerzo del día entre sus manos.

Deseo tanto que el viaje hubiese sido eterno, pero el maldito tren fue rápido, y en tan solo media hora ya estaba en la estación más cercana a los dormitorios de la UA.

Era tarde, cerca de las siete, así que supuso que tal vez lograría dejar el envase con comida dentro de la nevera y luego subir a su habitación excusándose estar cansado después de pasar todo el día soportando a sus viejos. Quería estar solo, con sus malditos pensamientos una vez más, y no ver ni a Todoroki ni a Shinzou.

Pero, al entrar por la puerta y caminar en dirección a la cocina, debía si o si pasar por el salón y los chicos seguían ahí. Sentados uno frente al otro en los sofá individuales, la mesa de centro repleta de papeles, algunos arrugados sobre esta o por el piso. Parecía que estuvieron hace solo algunos segundos discutiendo. Katsuki pudo ver que ambos tenían entre las manos hojas completamente rayadas de, lo que supuso, era la información que después debía traspasar a su computador.

En ese momento solo se miraban el uno a otro, otra vez retándose en silencio y manteniendo el rostro en blanco, sin parpadear. Debía admitir que eran buenos en eso, pero de todas formas no quería ver a ninguno.

Intentó pasar lo más desapercibido que podía, pero lo notaron de todas formas. Se aseguró de no mirarlos a la cara, fingir que lo hacia pero mantener la atención en un punto inexistente.

—Ah, Bakugou —Todoroki se levantó del sofá y se le acercó, con las hojas que contenían el borrar de su informe entre las manos—. Tenemos la parte final, solo tienes que traspasarla.

—No, no es cierto —Shinzou se puso de pie también, quitandole el borrardor al bicolor—. Hay demasiados detalles.

—Los detalles están bien.

—Conozco mejor a Aizawa que tú, no quiere demasiado detalles, quiero poder revisar los informes y dormir.

Volvieron a retarse con la sola mirada en silencio. Shouto tenía una mirada fría, filosa, pero aun así Hitoshi fácilmente la sobrellevaba con la suya sarcástica y aburrida.

Parecían dos malditos críos discutiendo por tonterías. Dos mocosos con los cuales no estaba dispuesto a lidiar en ese momento ni mañana, ni por la semana, o año, hasta que se graduara y más allá.

Reprimió el suspiro de frustración. Se masajeo el puente de la nariz y posó su mirada en los rostro de cada uno. Primero miró a Todoroki, luego a Shinzou. Sintió como su pecho, molesto y traicionero, se agitaba. Recordó la plática con su padre, sintió sus manos sudar.

Why are you so angry? [©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora