XV: Insufficient

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Cuando Katsuki llegó al hospital, Shouto no estaba ahí. Sintió el temor recorrer su cuerpo, sus pulsaciones se agitaron un poco más y su respiración se volvió tensa. El miedo mezclándose con el agotamiento de haber corrido hacia el hospital tras recibir ese mensaje de Hitoshi sin mayor contexto.

¿Qué estaba sucediendo? ¿Dónde estaba su novio? ¿Le sucedió algo? ¿Estaba herido? Mil y un preguntas corrieron por su cabeza, tan rápidos como el agitado retumbar de su corazón. Quería exclamar cada una de sus dudas y exigir respuestas, pero no era momento para perder la maldita calma. Si hacía un escándalo podrían sacarlo del hospital y su preocupación no haría más que aumentar.

Mierda, ¿por qué salió de casa esa mañana? Debió quedarse con Shouto, pensó, debió quedarse junto a su prometido, intentando recoger cada una de las piezas que seguían cayendo de su lugar original. Sintió su pecho oprimirse de solo pensar en lo que podía estar sucediendo en ese momento; lo que desconocía.

¿Qué era ese sentimiento que le hacía sentir tan mal? ¿Aquel que le entregaba a su paladar un sabor agrio, un dolor en el pecho, un temblor en sus manos? Impotencia, reconoció rápidamente.

Se sentía impotente, incapaz, insuficiente...

—Katsuki.

Su cuerpo se giró inmediatamente. Su mente volvió a la realidad y fijó su mirada en la persona que se acercó por su espalda. Pero no vio el cabello e iris bicolor que esperaba. Su oído notó que la voz que lo llamaba no era la misma que esa mañana escuchó. La alta estatura era similar, también lo eran las ojeras oscuras, pero la expresión de serenidad en el rostro del otro hombre era una que Shouto había perdido.

La tenue esperanza de encontrar rápidamente a su prometido se esfumó, la presión en su pecho se intensificó un poco más y, sintiendo su cuerpo pesado, se acercó al pelimorado.

—Hitoshi. —Se acercó y, antes de darse cuenta, posó las manos sobre el pecho ajeno, los dedos aferrándose a la ropa y los iris reflejando la desesperación que tanto intentaba controlar—. Shouto... ¿Dónde está Shouto? ¿Qué demonios está sucediendo y qué fue ese jodido mensaje? ¿Qué le sucedió a mi prometido, Hitoshi?

—Hey, hey, cálmate —pidió, tomando las manos ajenas desde las muñecas y alejándolas lentamente. Fijó su mirada en los iris rubíes e intentó transmitirle tranquilidad—. Escucha, Todoroki está bien, nada malo le sucedió, pero... se trata de tu suegro.

La mirada rubí se tornó confundida, pero la presión en su pecho se mantuvo dolorosa.

—¿Endeavor...?

Hitoshi le guió hasta la zona de espera mientras le explicaba, rápidamente, que él estaba con Shouto cuando recibió una llamada de su hermana. Notó que tras recibir el mensaje de que su padre sufrió un paro cardíaco, el semblante de Todoroki se llenó de angustia y ansiedad, y pareció que no sabía qué hacer o cómo reaccionar. Shinzou no se atrevió a dejarlo solo, no después de todo lo que el bicolor vivió semanas atrás.

Se encontraban cerca de su agencia, explicó, y ofreció llevarlo al hospital en su auto. Shouto no estaba en condición para negarse y así fue como terminó en aquel lugar. En cuanto se detuvieron en el estacionamiento y subieron al cuarto piso en el cual ahora se encontraban, Hitoshi notó a la madre y hermana de Todoroki. Hawks también estaba en la sala de espera, pero se mantenía alejado de la ex mujer e hija de su pareja.

Separados, ignorándose los uno a los otros, los encontró Katsuki cuando se unió a ellos. Rei y Fuyumi se mantuvieron sentadas en las bancas en la pared izquierda de la zona de espera; hablando, consolándose mutuamente y fingiendo que el resto del mundo no existía. Keigo estaba frente a ellas, alejado, sin mirarlas, con los brazos cruzados y los ojos fijos en sus propios zapatos mientras simulaba poseer una calma que, en ese momento, no existía.

Why are you so angry? [©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora