VII: Night without stars

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Keigo podía ser bastante dramático y posesivo cuando quería serlo, y cuando se enterara de que se reunió con su ex esposa, sin duda armaría un lío una vez le dijese porqué no llegó a cenar.

Pero el bienestar de su hijo menor y felicidad valía el alboroto.

Cuando llamó a Rei y la invitó a cenar para platicar sobre Shouto, le sorprendió que la mujer no rechazara su oferta o hiciese demasiadas preguntas sobre ello. Acordaron reunirse en el restaurante que visitó con su hijo durante la tarde y a eso de las ocho y media, cuando la mayoría de sus internos, incluido su hijo, ya se habían marchado, se encontró con su ex esposa.

Le envió un rápido mensaje a Hawks informándole que tenía un negocio con el cual tratar a último momento y que no llegaría a cenar. Cuando el otro héroe le escribió y preguntó que era aquello tan importante que debía hacer, simplemente respondió que se lo explicaría una vez llegara a casa.

Pidió nuevamente un salón privado e hizo una tranquila plática con Rei mientras cada cual ordenaba el plato de esa noche. Tiempo atrás, a mitad de los trámites del divorcio, aquel encuentro hubiese sido sumamente incómodo, pero este ya no estaba tan presente entre ellos, aunque quedaban restos. Rei continuaba actuando un poco a la defensiva, siempre observando con atención sus movimientos y cada uno de sus gestos, temerosa de que él intentara hacerle algo y no podía culparla.

Algunas cosas seguramente jamás serían superadas, pensó Enji, y por mucho que demostrara que había cambiado con el pasar de todos esos años, no iba a obligar a Rei a confiar plenamente en él cuando hizo demasiado durante mucho tiempo para perder su confianza. Pero no iba a demostrarle que ya no había nada que temer. Esa noche, simplemente, estaba ahí como padre, preocupado por su hijo, esperando que la madre de este quisiera el mismo bienestar que él para el menor de sus retoños.

—¿No tendrás problemas con Keigo por cenar conmigo? —cuestionó Rei.

—Estará bien, desde el divorcio no hemos tenido muchas oportunidades para platicar y hay algo que quiero discutir.

—Es sobre Shouto ¿no? —Enji no respondió. Rei suspiró—. Sinceramente estoy preocupada por él, con todo el trabajo que ha tenido creo que a penas descansa.

—Ah, no te preocupes por eso, le obligué a tomarse dos semanas de vacaciones.

La mujer de cabello blanco le sonrió, silenciosamente agradecida. Aquel suave geste hicieron a Enji recordar parte de su pasado, cuando apenas se estaban conociendo y planeó toda una vida con ella.

Toda una familia llena de héroes prometedores, hijos que le enorgullecerían y alcanzarían la grandeza que jamás pudo tocar; enaltecerían su apellido. Mirando hacia atrás en ese momento, su actitud fue realmente inmadura y arruinó lo que pudo haber sido una feliz y hermosa familia. Aquel deseo de su estúpida juventud ya había sido dejado de lado desde hace tiempo, estaba orgulloso de todos sus hijos, tal vez un poco más de Shouto ya que el bicolor realmente le había superado como héroe quisiera estar en el ranking o no. Al menos sabía que su apellido estaba en buenas manos, fuesen las de su hijo o hijos, aunque intuía que Natsuo sería el único que continuaría con él.

Obviamente, una vez Fuyumi se casara tomaría el nombre de su esposo, y ya que Shouto salía con otro hombre, si decidía casarse con Katsuki tenían dos opciones: o el rubio tomaba el apellido "Todoroki" o su hijo tomaba el de su pareja. Tenía la ligera sospecha de que, si le daban a escoger, el bicolor tomaría el apellido de su novio.

Llamaron a la puerta de la habitación privada y el mesero entró con sus pedidos. Se inclinó ante ambos ligeramente antes de salir. Enji estuvo por tomar la palabra una vez más, pero Rei volvió a adelantarse, mientras acomodaba las cosas sobre la mesa, habló y logró que el hombre frente a ella perdiera por un instante cada idea y frase que rondaban su cabeza.

Why are you so angry? [©]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora