Capítulo 26

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      Despertó a la mañana siguiente, o eso esperaba, ya que si le hubiesen dicho que estaba atardeciendo, hubiese podido creerlo. Miró alrededor descubriendo que faltaban el Sr. Medkiavar y otro de los soldados de Liniven, pero no preguntó nada, fingiendo que no le sorprendía, ya que el ambiente entre sus soldados era bastante tenso. Después de un frugal desayuno partieron mientras el principal tema de conversación dentro del grupo era la falta de alimentos y es que ya llevaban cuatro días viajando, cuatro días en los cuales no pudieron añadir nada a su reserva de comida, tan sólo encontraron un pequeño manantial en el cual repusieron la reserva de agua antes de seguir, pero con la comida no tuvieron ninguna suerte. Aquellas cuevas parecían estar tan vacías como lo estaba el exterior.

      Finalmente, una de las veces que miró a su alrededor vio al Sr. Medkiavar que ocupaba su lugar como si nada hubiese pasado y a pesar de que deseaba preguntarle a qué se debió su ausencia, dado que él no se acercó, tuvo que conformarse con hacer cavilaciones sobre qué le había llevado a abandonar su puesto a pesar de saber que eso despertaría comentarios.

—Si no hacemos algo pronto tendremos problemas —le advirtió Rush serio poniéndose a su lado.

—Ya oíste al Sr. Medkiavar ayer —le recordó.

—Lo sé, pero hay un grupo que está empezando a dar problemas y para esta noche serán algo más que unos cuantos solados descontentos.

—¿Quiénes son? —Le preguntó y Rush señaló disimuladamente a un grupo de soldados que cuchicheaban entre ellos—. Espera un momento —le pidió separándose de él y acercándose a Xon, que caminaba junto con Yone.

—Son peligrosos —le dijo Xon en cuanto llegó a su lado señalando al grupo.

—¿Puedes hacer algo?

—Estaba comentando con Yone algunas cosas que los podrían calmar, pero sólo es una medida temporal —añadió.

—Eso es todo lo que necesitamos —asintió ella antes de volver con Rush—. Creo que por esta vez no tenemos que preocuparnos, pero espero que ocurra algo pronto o tendremos problemas.

      Después de la hora de comer aquello fue dejado en un segundo plano, ya que los soldados de Liniven comenzaron a desaparecer y a reaparecer sin que nadie dijese nada y a pesar de sus intentos por hablar con el Sr. Medkiavar para pedirle una explicación, este la evitó todo lo posible dentro del pequeño grupo. Pero era evidente que algo pasaba, tan evidente que cuando se sentó a cenar aquella noche se encontró acompañada por Rush, Pria, Xon, Lenx y Yone que la miraban esperando una respuesta que ella no podía dar.

—No sé qué ocurre —les aseguró mientras comenzaba a comer lentamente.

—¿Y no deberías preguntarle? —La instó Tasex acercándose y uniéndose al grupo.

—Debería —admitió—, pero no estoy segura de poder hacerlo.

—No tienes que preocuparte por tu seguridad —le aseguró Lenx.

—No es eso lo que me preocupa —negó ella.

—Creo que deberíamos confiar en ella. Conoce al Sr. Medkiavar y a los de Liniven mejor que nosotros —terció Yone.

—¿Y eso de qué nos sirve si no averigua nada? —Preguntó Tasex.

—Quizás no haya nada que averiguar —propuso Lenx—. Puede ser que esto responda a costumbres que nosotros desconocemos.

—No, pasa algo —negó Xon con seguridad—. Algo nos sigue, pero por alguna razón los soldados de Liniven no quieren que lo sepamos.

—La cuestión no es si es adecuado o no preguntarlo, la cuestión es si podemos permitírnoslo —lo detuvo Pria señalando a los demás soldados.

—Ellos no se conformarán con una respuesta vaga, no dada la situación —corroboró Xon pensativo—. Algunos puede, pero la mayoría...

—Las cosas están muy tensas —asintió Lenx preocupado.

—Y esto no ayuda —añadió ella señalando al grupo que se había formado allí—. Si alguien tenía alguna duda de que pasaba algo, esto se lo habrá confirmado.

—No hacía falta ninguna confirmación —negó Tasex—. Es algo que todos saben y dentro de poco exigirán una respuesta de una manera formal.

—Y más vale que tengamos algo —le advirtió Xon.

—De acuerdo —aceptó guardando la comida y levantándose. Ya seguiría luego y es que, tal y como decían, era sólo cuestión de tiempo que los soldados hiciesen algo más que comentar lo que pasaba en voz baja.

Cruzó el pequeño campamento sintiendo como las miradas la seguían mientras llegaba al lugar donde estaba el Sr. Medkiavar hablando con un soldado, deteniéndose hasta que este finalmente levantó la cabeza y la miró.

—¿Puedo ayudaros? Le preguntó cortésmente.

—Eso espero —contestó acercándose una vez que el soldado se marchó.

—¿Y en qué?

—Creo que no hace falta que responda a eso, y tampoco es necesario que vos contestéis, sólo quiero algo que decir a los soldados, cuanto más creíble mejor. Desde luego agradecería la verdad, pero dada la situación, por ahora cualquier cosa me sirve.

—Sois directa —dijo el Sr. Medkiavar sonriendo a medias.

—Tiempo es algo que seguimos sin tener.

—Nos están siguiendo —le explicó el Sr. Medkiavar.

—¿Cuántos? —Le preguntó ella ya que era evidente de quién se trataba.

—Un tercio del grupo inicial. Creemos que poco después de partir se dividieron en dos grupos, seguramente los más problemáticos se separaron de los demás, llevándose la mayor parte de las reservas para avanzar más rápido y ese grupo es el que ahora viene a atacarnos.

—¿Para cuándo debemos estar preparados?

—No es necesario. Ya nos estamos haciendo cargo de ellos —respondió el Sr. Medkiavar.

—No habéis mandado ningún grupo —señaló.

—No hace falta —negó el Sr. Medkiavar.

—Estoy segura de que todo esto tendrá una explicación, y estoy segura de que no me gustará, de manera que intentaré hacer de lo que me habéis dicho algo comprensible para los demás. Pero también espero una explicación de vuestros métodos —añadió mientras se marchaba.

—¿Y bien? —La azuzó Lenx impaciente en cuanto regreso.

—El otro grupo que salió de Xritt se separó y un pequeño grupo nos está siguiendo, de manera que los soldados de Liniven están dejando pistas falsas y distracciones para asegurarse de que no nos siguen —explicó.

—Eso no tiene demasiado sentido, de manera que imagino que lo que te han dicho, tiene menos sentido aún —murmuró Xon pensativo—. En cualquier caso, eso no importa. Propagaremos el rumor y una vez que las cosas se calmen, nos contarás qué es lo que está pasando en realidad.

—¿Entonces tú piensas que lo creerán? —Le preguntó Lenx.

—En estos momentos se creerán cualquier cosa que les haga sentir más seguros —asintió Yone mientras recogía sus cosas y poco después estaba sola con Rush y Pria.

—¿Qué es lo que ocurre? —Inquirió Rush.

—En cuanto lo sepa, te lo diré —le aseguró sacando de nuevo su comida y comenzando a comer.


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