Capítulo 13: LO QUE PERDIMOS: Hasta que la muerte nos separe

1.4K 65 8
                                    

Es enero de 2011 y ese año la casa de Cariló se llena de caras jóvenes, y una especialmente muy joven y pequeñita.

Peter y Lali, Nicolás y Eugenia con Rufina, Agustín y una blanquísima Candela que escapó del invierno Madrileño, se instalaron en la cabaña a pasar 15 días de vacaciones.

Rufina ya tiene un añito y medio, camina por todos lados, se quiere trepar a todo, todo lo investiga, todo lo muerde y todo lo tira al suelo con violencia. Además de comer incansables puñados de arena.

Eugenia y Candela están sentadas en dos reposeras en la galería de la cabaña simplemente encalladas como orcas.

Rufina duerme despatarrada encima de la panza de Nicolás que tomó una de las hamacas paraguayas y Lali en otra enfrente y lee un libro de Brian Weiss, "Muchas vidas, muchos maestros".

Peter y Agustín juegan al "Scrabble" y cada tanto pelean porque Peter cree que Agustín inventa palabras.

- Escuchame capo... ¡yo no tengo la culpa si vos sos un ignorante!

- a ver Peter... ¡googlea las palabras! - exclama Lali, que ya no soporta más las discusiones, y tiene pánico de que terminen como aquel juego de PICTIONARY, de Peter y su ex amigo Martín.

Cuando cuadraron esas vacaciones el gran dilema fué que Agustín ya estaba en el combo, pero no contaban con que Candela se quedara más allá de las fiestas en Argentina y decidiera pasar el verano con ellos.

Al principio todo parecía tenso, sobre todo para Lali que sabía la historia completa de esos dos.

Candela vivió eternamente enamorada de Agustín, estaban siempre juntos con Lali y los primos. Gastón era demasiado grande y algo aburrido y Agustín era, además de lindo y dulce, canchero, simpático y atento a las dos chicas.

Lali no podía enamorarse de ninguno, porque eran sus primos, pero Candela tenía vía libre con los dos y se decantó por el hermano menor. Si Lali hubiera podido elegir, también se hubiese enamorado de él.

Agustín jamás le demostró nada, ni jugó con sus sentimientos. Él la veía como una prima más, y entre que era fachero y todas las chicas morían por él y que a veces traía a sus chicas ocasionales a las reuniones de primos, Candela sufrió horrores.

Cuando ya empezaron a crecer, Lali lo advirtió de lo que Cande sentía por él desde que eran chicos y Agus no podía creerlo. A los varones a veces les cuesta darse cuenta de las cosas. Entonces su reacción, fué hacer como si nunca se hubiese enterado. Siguió actuando con ella exactamente igual, porque realmente sabía que era una chica buenísima, pero jamás se había fijado en ella como novia, o chape, u otra cosa.

¡Podría haberse fijado!, Candela era simpática, linda, divertida, buena persona y se habían criado juntos, pero eso también era un punto en contra. El miedo a meter la pata con una boludez que no funcionara y luego que la relación quedara tensa entre ellos o el grupo, era una especie de freno para él.

Cuando Candela cumplió los 18 años, decidió intempestivamente irse a España. Lo decidió de un mes para el otro. Al principio fué un drama, sobre todo para Lali, que no se había despegado de ella desde que nació, luego con el tiempo lo fué aceptando.

Candela es un año mayor que Lali, y por esa escasa diferencia que se llevan, es que Cande no pronunciaba bien "Mari", y así nació su apodo... "Lali".

Muy dentro suyo, y a pesar de la confianza que tenían de contarse todo, Candela jamás mencionó nada acerca de irse lejos perseguida por el desamor de Agus. Pero Lali lo intuía y lo intuye hasta el día de hoy.

Una vez más...Where stories live. Discover now