Capítulo 42: Puzzle

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Durante febrero todos habían retomado sus actividades. Las vacaciones para los varones, habían dejado al descubierto unas revelaciones sexuales de sus mujeres, que habían sido una especie de balde con hielo, encima de su virilidad.

Al principio les costó digerir las confesiones. Pero las chicas a su manera estaban tratando día a día de demostrarles que tenían que empezar a aceptar que determinados pensamientos machistas, eran arcaicos y ya no contaban. Y no importaba si eran padres de niñas o niños... porque había que empezar a educar a los dos sexos con la libertad suficiente para elegir y respetar al otro.

El ver una relación entre mujeres como un estimulante porno, ya no estaba en sus cabezas... porque cada vez que se lo imaginaran, entenderían que mujeres reales y cercanas, habían descripto la experiencia, no sólo como satisfactoria sexualmente, sino como amorosa en cuanto a sentimientos.

Eso para ellos era un golpe bajísimo. Por lo general los hombres suelen minimizar el sexo entre chicas, porque lo creen incompleto... piensan que la única forma de satisfacernos, es penetrándonos, y en caso de que fuera esa, sólo es viable con un pene y cuanto más enérgico y dotado sea el varón, más satisfechas nos dejará.

De cualquier manera que dos mujeres describan frente a sus hombres, que tuvieron sexo satisfactorio y amoroso juntas, es un hachazo al machismo.

Pero ambos lo superaron, por lo menos a simple vista. Y de verdad el mejor aprendizaje para ellos, sobre esa confesión, es que si ellas los eligieron posteriormente, fué porque hubo algo que las decidió a ello, y que de esa experiencia, quizá lo más válido era oírlas, y respetar que les gusta, cuándo y cómo... para lograr plenitud en su vida de pareja.

Ellas no los culpaban... muchas veces las mujeres son las más críticas respecto a consentir una relación entre chicas. Por esos mismos principios machistas que están muy enraizados en la sociedad, pero que las nuevas generaciones están derribando a pasos agigantados, tratando de que cada ser humano elija libremente con que siente a gusto, respetando al otro, cuidándose y sobre todo siendo fiel a sus propias convicciones.

Peter y Lali no habían avanzado demasiado en cuanto a trato. Seguían distantes, hablando lo necesario, cordiales pero lejanos.

La casa de Laura se había terminado de reformar, y nadie podía creer que hubiese quedado así de bonita.

Lali sacó flores y plantas de su paisajista, y llenó el jardín del frente y el del fondo. La casa emanaba vida. Además de las ampliaciones, habían hecho el techo nuevo, y picado y revocado las paredes con humedad, abrieron ambientes y todo se veía más luminoso y amplio.

Parecía otra casa. Todo pintado, con colores claros. Y Laura había decidido destinar sus ahorros a comprar electrodomésticos nuevos.

- ¡No lo puedo creer!... es increíble lo que hicieron... Nunca imaginé que podía vivir en un lugar así...

- ¡quedó muy bien!, ¿estas contenta hija?

- ¡Más que contenta!... Si mi mamá viera esto... se volvería loca, siempre quiso arreglarla, pero nunca nos imaginamos llegar a tanto... ¡no tengo palabras para agradecerles, gracias Lali!

- No tenés nada que agradecer... ahora tenés que disfrutarla...

El lugar en que vivimos dice mucho de nosotros. A veces vivir en ambientes oscuros, desordenados, llenos de cosas sin sentido, está reflejando lo que hay dentro de nuestra cabeza. Es síntoma de no tener objetivos claros, desánimo, depresión, falta de proyectos y la necesidad de esconder lo que realmente a uno le está pasando, tapándolo con oscuridad.

Hay muchos programas sobre personas que limpian compulsivamente y paralelamente muestran a otros tantos que son acumuladores de objetos, basura y cosas absolutamente innecesarias. Ambos tienen una distorsión en su conducta, ya que ninguno de los dos extremos es bueno.

Una vez más...Where stories live. Discover now